Jia Zhangke, el emperador del cine independiente chino
El cineasta estrena 'La ceniza es el blanco m¨¢s puro', un viaje de 17 a?os a los bajos fondos de su pa¨ªs
Jia Zhangke es director de cine. Y diputado. Y director de un festival. E impulsor de una cadena de cines de arte y ensayo. Y el rey cultural de su ciudad natal, Fenyang, en el norte de China. En realidad, Jia, a sus 49 a?os, es una marca, un imperio, un cineasta m¨¢s conocido fuera de su pa¨ªs que dentro de ¨¦l, y que realiza malabares para lograr pasar la censura del Gobierno chino, algo que no siempre ha logrado con sus retratos de corrupci¨®n y miserias.
Y La ceniza es el blanco m¨¢s puro, estrenada el pasado viernes en Espa?a, no se queda atr¨¢s. Ambientada en el mundo del jianghu, apuestas ilegales y chanchullos en los bajos fondos en la ciudad de Datong ¡ªen la misma provincia, Shanxi, de la que procede Jia¡ª, el filme transcurre durante 17 a?os, entre 2001 y 2018. Y aunque al inicio parece una historia masculina, pronto queda claro que la protagonista es Zhao Tao, enorme actriz y esposa en la vida real del director, que encarna a una mujer que acaba superando chanchullos, rupturas amorosas y problemas econ¨®micos para convertirse ella tambi¨¦n en una mafiosa. Para ilustrar tama?o viaje, Jia rod¨® durante cuatro meses, viajando miles de kil¨®metros para encontrar las localizaciones m¨¢s adecuadas para cada ¨¦poca. De paso, ha contado con el presupuesto m¨¢s grande de su carrera, y por tanto, del cine indie chino.
Todo aquello qued¨® atr¨¢s. Jia enciende un puro en la ¨²ltima planta del Palacio de Festivales de Cannes. Es m¨¢s que probable que est¨¦ prohibido fumar en este inmenso sal¨®n. El periodista inquiere con la mirada al traductor, que en un solo gesto resume la frase: "A m¨ª qu¨¦ me cuentas, solo soy el traductor y no ser¨¦ yo quien le lleve la contraria a Jia". Ganador del Le¨®n de Oro de Venecia por Naturaleza muerta, del Premio al mejor guion en Cannes con Un toque de violencia, Jia se mueve como pez en el agua en este ambiente de pleites¨ªa al cine de autor. El chino saluda al periodista, apaga el puro, duda si quitarse o no las gafas de sol ¡ªal final, se las deja¡ª y arranca la conversaci¨®n hablando de su esposa. "La idea naci¨® de ver restos que se cayeron de anteriores pel¨ªculas m¨ªas, y en esas secuencias ella estaba estupenda. Adem¨¢s, siempre me ha fascinado el jianghu, juego que est¨¢ muy arraigado en la cultura china, y la gente que juega a ¨¦l... A ver, no dir¨¦ que sean delincuentes, pero s¨ª que se mueven en los m¨¢rgenes de la sociedad, y se organizan para protegerse a s¨ª mismos y sus compa?eros. Tienen su propia filosof¨ªa, sus propios valores y rituales... Son ante todo personas leales", cuenta. Y aqu¨ª llega el primer rejonazo sobre la China actual: "Esos valores est¨¢n perdidos en el hurac¨¢n que ha cambiado mi pa¨ªs, con enormes transformaciones econ¨®micas, que nos han llevado a centrarnos m¨¢s en nosotros mismos, el dinero y el ¨¦xito que en la gente que nos rodea".
Algo bueno han tra¨ªdo las transformaciones, y el cineasta lo subraya en pantalla y de viva voz: las mujeres han aumentado su peso. "Son m¨¢s resueltas, han tomado las riendas en los ¨²ltimos a?os, y para ilustrar ese cambio decid¨ª abrir mucho la horquilla temporal de mi pel¨ªcula". ?Usted es capaz de imaginarse su pel¨ªcula sin su esposa, y su inmenso trabajo interpretativo? "Tengo que decir que me plante¨¦ que lo hiciera otra actriz, pero finalmente, vista la pel¨ªcula, est¨¢ perfecta. A m¨ª incluso me sorprendi¨® en algunos momentos". Jia cuenta un par de trucos: "La edad de Tao en 2018 era la misma que la del personaje en ese instante, por lo que en ese viaje emocional a trav¨¦s del tiempo de su papel ella encontr¨® numerosos asideros personales. Ha tra¨ªdo experiencias que han hecho ganar en dimensi¨®n a su personaje".
Jia forma parte de una generaci¨®n de cineastas, como Feng Xiaogang (Yo no soy Madame Bovary, ganadora en San Sebasti¨¢n), Zhang Yibai o Diao Yi'nan (Black Coal, Oso de Oro en Berl¨ªn), a los que ha invitado a actuar en la pel¨ªcula. "Son mis amigos, as¨ª que me pareci¨® un bonito gui?o. S¨ª que nos sentimos unidos". En La ceniza es el blanco m¨¢s puro ellas son quienes mueven las monta?as y ellos los que se quejan y quedan atr¨¢s. ?Jia Zhangke piensa que ocurre lo mismo en la vida real? "En la China actual, desde luego. No dir¨¦ que todos los hombres son d¨¦biles, pero hay una corriente principal que adem¨¢s conecta con el neopopulismo que est¨¢ encallada en esas quejas".
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