Susana Solano: ¡°Escultura es una palabra caduca¡±
Hac¨ªa 20 a?os que ning¨²n museo dedicaba una exposici¨®n retrospectiva al trabajo de Susana Solano. Ahora el IVAM rompe el silencio con un di¨¢logo de sus obras recientes
Apocos metros de la entrada a la exposici¨®n de Susana Solano (Barcelona, 1946) en el IVAM hay un peque?o trozo de madera con un asa en una de sus caras y que cojea en su rev¨¦s. Parece una maleta llena de tiempo encogido, un bulto a priori llevadero aunque pesado por la tensi¨®n. Una carga emocional equ¨ªvocamente monumental. Dice que fue la primera obra que hizo como artista, cuando ten¨ªa 31 a?os y aterriz¨® en la Facultad de Bellas Artes. Por aquel entonces, ya trabajaba con esa dualidad contradictoria que se ha convertido en su gran compa?era de viaje, maderas rectangulares y lonas blandas que cos¨ªa o frunc¨ªa modificando los l¨ªmites de los espacios para imponer nuevas din¨¢micas que derivaron en peque?os contenedores s¨®lidos, evocadores paisajes de interior donde la luz, el espacio y los materiales descubren en la gravedad y el hermetismo de sus vol¨²menes una nostalgia melanc¨®lica. Con ella hizo su primera individual en 1980, en la Fundaci¨®n Joan Mir¨®. Ocho a?os despu¨¦s lleg¨® su primera Bienal de Venecia, que repetir¨ªa en 1993, cuando gan¨® el Premio Nacional y su obra lleg¨® al Palacio de Vel¨¢zquez del Museo Reina Sof¨ªa tras pasar por la Documenta de Kassel y por M¨¹nster. Un reconocimiento internacional que coincidi¨® con el movimiento de renovaci¨®n de la escultura espa?ola del que fue principal protagonista.
Se lo digo y me mira encogiendo la mirada, fiel a su personalidad guerrera. Caminando por las salas del museo, Susana Solano invita a la desmemoria. Las palabras, confiesa, le dan v¨¦rtigo y es su silencio quien habla. Si pudiera borrar algo, dice, posiblemente ser¨ªan sus propias huellas. De sus trabajos de escayola tambi¨¦n lo hizo pronto, dejando al material sin memoria, sin lenguaje pl¨¢stico. Seguramente por eso utiliza im¨¢genes que son met¨¢foras de su sentido intuido, para asomarse o hundirse en la complejidad de las preguntas que aparecen cada dos pasos.
PREGUNTA. La naturaleza de su escultura parece igual de esquiva. ?Realmente lo es?
RESPUESTA. Las obras nacen de un pensamiento no definido, de la necesidad de encontrar significados a aquello que a menudo yace sin l¨®gica y que, de pronto, quiere desplazarse hacia otro lugar, fruto de un pensamiento cuestionado. Es una escultura que reclama una lectura simb¨®lica hasta en su propia definici¨®n. Escultura es una palabra caduca en tanto que cerrada y concreta. Aunque m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la escultura hablar¨ªa de l¨ªmites del pensamiento.
P. Se la intuye una persona exigente con su trabajo¡
R. Soy cr¨ªtica con ¨¦l aunque tolerante. En mis obras, todo tiene una medida concreta. En ocasiones, la obra es la que me mide a m¨ª. A veces no tengo muy claro cu¨¢ndo acaba una obra o cu¨¢ndo la empiezo. Aunque siempre empiezo directamente con el material, de ah¨ª las maquetas. Es un trabajo bastante compulsivo. Llego a pensar las cosas con relax, pero con el intelecto atento.
¡°Tras mi resistencia al lenguaje hay relatos de fugas, de incapacidad, de conflictos, de articu?laciones y de gentes¡±
P. ?Y esa resistencia al lenguaje?
R. No me gusta hacer literatura de mi trabajo, ni me gusta explicar d¨®nde empiezan y d¨®nde acaban las obras. No quiero expresarlas como algo cerrado y prefiero la ambig¨¹edad. De ah¨ª esta resistencia, porque en realidad la historia es el entrecruzamiento de experiencias y sue?os. Relatos de fugas, de incapacidad, de conflictos, de articulaciones y de gentes. El discurso como interferencia.
P. ?Qu¨¦ es lo que est¨¢ siempre en el centro de ese discurso?
R. La idea de viaje, de estar en contacto con otros territorios y otro tipo de gente. En mi caso, me ha hecho m¨¢s respetuosa y humana. Me desplaza por la pregunta de no saber cu¨¢l es mi relaci¨®n con el lugar habitual y el del viaje. En ?frica poseo m¨¢s capacidad de sorpresa ante la gente y el paisaje. El viaje me permite abrirme hacia el mundo y reafirmar la conciencia. A mi vuelta parece cerrarse.
P. Algo parecido ocurre con sus obras, que nos hacen conscientes del lugar que ocupamos en relaci¨®n con ellas. Dicen algo as¨ª como que estamos aqu¨ª.
R. S¨ª, algo as¨ª como puntualizar espacios.
P. ?Cu¨¢les ser¨ªan los m¨¢s primarios a los que siempre vuelve?
R. Uno reconstruye su identidad mirando al pasado. Deber¨ªa comenzar por remontarme hacia algunos lugares de andaduras, posiblemente deformados por el tiempo, aunque no as¨ª sus aromas y atm¨®sferas. Todo ha sido significativo en el amor, en la comprensi¨®n, en la belleza, en la experiencia¡ y en sus contrarios. Curiosamente, siempre asociados con la tierra, el espacio y el agua. La relaci¨®n con ella siempre ha sido muy importante. Mis padres son agua. Mi padre pescaba y mi madre era hija de un marinero. Hasta hoy, la naturaleza est¨¢ presente.
P. Muchas de las obras traducen esa complejidad de saber cu¨¢les son los lugares a los que uno corresponde y pertenece. Lugares atados a la infancia como bloque existencial.
R. Muchas veces creo que todo parte de ah¨ª, de cuando siendo ni?a ten¨ªa que quedarme en casa sin ir al colegio por mis problemas con el asma. De estar sola observ¨¢ndolo todo. Desarrollas una mirada sobre el mundo muy concreta que te hace tocar y sentir lo que tienes a tu alrededor de manera muy especial. Cuando sales fuera de casa o te relaciones con otros, el contacto es mucho m¨¢s potente.
P. ?Sigue necesitando el arte?
R. El arte es una actitud vital. Una manera de vivir. Yo la he defendido siempre desde una postura concreta, con cierta dureza. Ha sido muy positivo, pero cada vez lo es menos porque no me interesan los grupos de poder que lo dirigen. Estoy cansada y podr¨ªa estar resentida, pero no quiero envejecer con malestar. M¨¢s que pensar en la falta de nuevas oportunidades, hay que mirar atr¨¢s y ver tambi¨¦n las que uno ha rechazado.
Acta. Susana Solano. IVAM. Valencia. Hasta el 13 de octubre.
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