El inesperado sarc¨®fago pl¨²mbeo del siglo III
Un ata¨²d romano de plomo en excelente estado de conservaci¨®n ha sido hallado en las obras de remodelaci¨®n de un edificio en el centro de Granada
Los arque¨®logos no esperaban ning¨²n gran descubrimiento, quiz¨¢ material de la ¨¦poca musulmana sin mayor trascendencia. No era m¨¢s que una prospecci¨®n en el centro hist¨®rico de Granada, obligatoria para cualquier obra que quiera profundizar en el subsuelo y con la que se pretende descartar que existan restos hist¨®ricos. Los trabajos se desarrollaban con la normalidad esperada. Algunos restos de la ¨¦poca cristiana. Algunos de la ¨¢rabe. Nada relevante. Pero antes de levantar el campo, el equipo de arque¨®logos decidi¨® llegar un poco m¨¢s abajo. Y all¨ª estaba. A 2,5 metros de profundidad apareci¨® una tumba romana cubierta de piedra arenisca y barro. A¨²n nada sorprendente en principio para ?ngel Rodr¨ªguez, el arque¨®logo responsable de la prospecci¨®n del edificio Villamena, junto a la catedral de Granada. Pero al quitar la losa, ligeramente aplastada, apareci¨® un sarc¨®fago de plomo. Eso s¨ª fue una sorpresa.
Estamos entre el siglo II y el IV despu¨¦s de Cristo. Los sarc¨®fagos de plomo no eran frecuentes. En Andaluc¨ªa, adem¨¢s de caros, eran dif¨ªciles de conseguir porque solo se fabricaban en una industria de C¨®rdoba. Por tanto, ¡°probablemente es de una familia adinerada, pero eso no significa que vayamos a encontrar grandes joyas en su interior¡±, explica Rodr¨ªguez, que piensa que el sarc¨®fago ser¨¢, a falta de la dataci¨®n exacta que se har¨¢ pr¨®ximamente, del siglo II o III, no m¨¢s. El ajuar no tiene por qu¨¦ ser especialmente rico porque, cuenta, lo de mucho valor se quedaba fuera, ¡°para los vivos¡±.
El verdadero inter¨¦s de este tipo de sarc¨®fago, del que apenas se han encontrado una decena en Andaluc¨ªa ¡ªy no siempre en buen estado o sin expoliar¡ª, est¨¢ en que el plomo conserva los restos especialmente bien. Eso significa que, si todo va como los arque¨®logos esperan, dentro habr¨¢ un cuerpo, un ajuar y textiles probablemente muy bien conservados y, por tanto, se extraer¨¢n muchas conclusiones que permitir¨¢n "conocer bastante del ritual de inhumaci¨®n¡±, sostiene ?ngel Rodr¨ªguez.
El sarc¨®fago se localiz¨® el jueves pasado y este mi¨¦rcoles ha sido ya trasladado al Museo Arqueol¨®gico y Etnol¨®gico de Granada. All¨ª aguardar¨¢ unos d¨ªas hasta que se defina exactamente c¨®mo proceder a descubrirlo. Un equipo multidisciplinar de antrop¨®logos f¨ªsicos, restauradores y arque¨®logos ser¨¢ entonces quien viva el emocionante momento de la apertura. ?Qu¨¦ futuro espera a lo que se halle en el interior? ¡°El cuerpo ir¨¢ al laboratorio de antropolog¨ªa forense de la Universidad de Granada y el propio sarc¨®fago y el ajuar quedar¨¢n en el museo para ser estudiados¡±, resume el arque¨®logo jefe.
Granada tiene un centro hist¨®rico que, en realidad, no siempre lo fue. En ¨¦poca romana, el epicentro de la ciudad era el Albaic¨ªn y lo que hoy configura el centro hist¨®rico era, sencillamente, una zona rural periurbana. Pero ten¨ªa una peculiaridad: estaba ba?ada por el r¨ªo Darro, una corriente de agua que hace casi un siglo dej¨® de verse a cielo abierto en esa parte de la ciudad y pas¨® a descender embovedada a lo largo de un par de kil¨®metros. Y ah¨ª, en ese lugar entonces rural, ha aparecido el sarc¨®fago pl¨²mbeo. Eran ¡°zonas de cultivo fuera de la ciudad romana, en el margen del r¨ªo Darro. No se trata de un cementerio. Sin embargo, quiz¨¢ por la influencia del Darro, deb¨ªa tener alguna significaci¨®n especial como ¨¢rea funeraria¡±, asegura Rodr¨ªguez, quien recuerda que en 1902 apareci¨® un ata¨²d similar que ¡°fue expoliado por los trabajadores que lo descubrieron¡± antes de que llegara el primer cient¨ªfico, que solo encontr¨® ¡°unos huesos¡±.
El sarc¨®fago de plomo pesa entre 300 y 350 kilos y sus dimensiones son como las de cualquier ata¨²d cl¨¢sico: 1,97 metros de largo y 40 cent¨ªmetros de alto. Algo m¨¢s ancho en la cabecera (0,56 metros) que en los pies (0,36). En una primera inspecci¨®n, ha respondido el arque¨®logo responsable, ¡°no tiene inscripciones aparentes, aunque a¨²n tiene barro y arena; veremos cuando lo limpiemos¡±. La procedencia s¨ª la da por segura: ¡°C¨®rdoba, el ¨²nico lugar donde se fabricaban ata¨²des de plomo¡±. Su exterior ya ha aportado numerosas pistas. En unas semanas, ser¨¢ el turno del interior, algo que los cient¨ªficos esperan con emoci¨®n.
Alh¨®ndiga, c¨¢rcel, banco
El edificio de Villamena, bajo el que ha aparecido el sarc¨®fago, es un lugar con mucha historia. Ya en ¨¦poca romana se hizo un hueco como espacio relevante. En el siglo XI los comerciantes genoveses establecieron all¨ª su alh¨®ndiga, una especie de embajada comercial donde compraban la seda y el az¨²car, explica Rodr¨ªguez, que vend¨ªan por toda Europa. A este lugar llevaban productos de lujo europeos para vender en la urbe. Los Reyes Cat¨®licos, en el siglo XVI, ceden el edificio a la ciudad, que se convierte en c¨¢rcel durante m¨¢s de cuatro siglos, hasta 1930. La ¨²ltima funci¨®n que tuvo fue la de oficina bancaria y all¨ª es d¨®nde, exactamente debajo de una impresionante puerta de caja fuerte que hace tiempo que no guarda nada, ha aparecido el sarc¨®fago de plomo.
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