El coloso del Congo
Hace 30 a?os mor¨ªa Franco Luambo, gigante del pop africano del siglo XX. Sin embargo, hoy apenas se pueden localizar discos suyos en Europa
En los a?os 80, antes de que la mercadotecnia inventara la categor¨ªa de world music, cuando alg¨²n europeo intentaba acercarse a la m¨²sica africana, se enfrentaba a frustraciones. Se pod¨ªan hallar algunos elep¨¦s en la secci¨®n de Importaciones de la central de la cadena HMV, en Londres, o en tiendas perif¨¦ricas de Paris. Mucho misterio: las fundas apenas inclu¨ªan cr¨¦ditos o datos de relevancia.
Poco sab¨ªamos de los creadores. Con el tiempo, aprendimos que exist¨ªan al menos dos modelos de artistas africanos. Uno, el Rebelde, enfrentado a cara de perro con las autoridades de su pa¨ªs: el paradigma era Fela Kuti, en Nigeria. Pero abundaba m¨¢s el Acomodado al Poder, como Franco Luambo, leal al dictador congole?o Mobutu Sese Seko.
Ya pueden imaginar qu¨¦ prototipo fue mejor aceptado en Europa. Fela luc¨ªa fibroso e indignado; atra¨ªa al p¨²blico blanco amante de emociones fuertes. Franco era un hombre corpulento, que a veces tocaba sentado, ante audiencias de africanos devotos. En realidad, profesionalmente no resultaban tan diferentes: ambos llenaban el escenario con bailarinas, instrumentistas, cantantes y animadores. Para combatir la pirater¨ªa, scaban discos sin parar, aunque podr¨ªamos afirmar que Franco alcanz¨® una mayor productividad: edit¨® unos noventa elep¨¦s (y sus canciones no ocupaban necesariamente toda una cara).
La m¨²sica de Franco Luambo revelaba un extraordinario viaje a la semilla. El son cubano retorn¨®, po¨¦ticamente hablando, a una de sus tierras ancestrales. En el Congo colonial pegaron fuerte los discos del Tr¨ªo Matamoros y el Septeto Habanero. Aquellas pizarras que giraban a 78 rpm inspiraron a los m¨²sicos locales, que pronto generaron formidables variantes, cantadas en lingala, a veces con frases en espa?ol, y distinguidas por torrentes de guitarra (generalmente el¨¦ctrica pero no siempre). Con el tiempo, el invento se difundi¨® por otros pa¨ªses africanos como soukous, aunque Franco siempre prefiri¨® la denominaci¨®n primigenia: rumba. Puedo entenderlo: el soukous moderno alcanzar¨ªa velocidades endiabladas mientras que Franco nunca perdi¨® cierta delicadeza expresiva (y el h¨¢bito de tocar sin p¨²a).
No se obsesionen por los nombres: su banda se llamaba TP OK Jazz, sin que se detecten elementos jazz¨ªsticos. El acr¨®nimo correspond¨ªa a la Tout Puissant Orchestre Kinshasa. Una formaci¨®n en verdad potente, que Franco reforzaba regularmente con nuevos guitarristas o cantantes que florec¨ªan bajo su direcci¨®n, caso de Sam Mangwana. Una agrupaci¨®n al servicio de la imaginaci¨®n de su director. Experto en el doble sentido, Franco ejerc¨ªa de cr¨ªtico del Congo moderno, atizando con igual deleite a hombres vagos como a mujeres malvadas. Y si el precio era adecuado, pod¨ªa dedicar una canci¨®n (¡°Azda¡±) al concesionario de Volkswagen en Kinshasa o incluso al presidente: ¡°Candidat na biso Mobutu¡± terminaba con una recomendaci¨®n a los encarcelados para que tambi¨¦n votaran por el Mariscal. Su mordacidad no siempre pasaba desapercibida; aseguran que pas¨® breves temporadas de c¨¢rcel o exilio.
Maestro del sebene, el arrebato guitarrero que hac¨ªa delirar a las multitudes, Franco no mostraba inter¨¦s por conquistar al p¨²blico blanco: giraba para actuar ante la di¨¢spora (en Madrid, lo hizo bajo el auspicio del Colegio Mayor Nuestra Se?ora de ?frica). Sin embargo, esa authenticit¨¦ tambi¨¦n tiene sus inconvenientes: a diferencia de Fela, jam¨¢s se han hecho reediciones cuidadas de su inmensa obra. Ahora mismo, en Europa hasta cuesta encontrar las benditas recopilaciones introductorias lanzadas por los sellos Manteca, Rough Guide o Stern¡¯s. Por el contrario, s¨ª se pueden escuchar numerosas referencias de Franco en Spotify, aunque sin informaci¨®n.
Y es indispensable conocer la historia completa. Franco falleci¨® en 1989, a los 51 a?os. Fela Kuti muri¨® en 1997, con 58 a?os. Las familias no dieron muchos detalles pero hoy se asume que los dos fueron v¨ªctimas del sida.
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