Aleida Assmann: ¡°La pol¨ªtica del olvido no es una soluci¨®n¡±
La especialista alemana abre las jornadas de la Asociaci¨®n de Estudios de la Memoria (MSA) y afirma que el silencio no es garant¨ªa de paz en las sociedades posdictatoriales
La profesora de la Universidad de Konstanz (Alemania) e investigadora Aleida Assmann, una de las personas m¨¢s influyentes en el ¨¢mbito de la memoria, ha inaugurado las jornadas de la Asociaci¨®n de Estudios de la Memoria (MSA), que se celebran hasta el viernes en Madrid. La egipt¨®loga alemana que ha centrado su carrera en la antropolog¨ªa cultural, con inter¨¦s central en la historia de la memoria alemana desde 1945, ha intervenido para hablar del giro nacionalista en la Uni¨®n Europea y las pol¨ªticas de la memoria que deben realizarse para integrar a todos los grupos sociales. Porque la memoria, seg¨²n sus palabras, puede ser motivo de encuentro, di¨¢logo y uni¨®n, pero tambi¨¦n de todo lo contrario.
Assmann ha asegurado que ¡°en Europa la Segunda Guerra Mundial no ha terminado y Espa?a es un claro ejemplo de la polarizaci¨®n que todav¨ªa se vive¡±. Falta comunicaci¨®n, falta el encuentro de las memorias. ¡°El pacto de silencio de 1977 espa?ol fue una decisi¨®n pragm¨¢tica, que permiti¨® una transici¨®n exitosa a la democracia, pero hoy queda claro que la pol¨ªtica del olvido no es una soluci¨®n. Es muy dif¨ªcil mantener a un pa¨ªs unido cuando no se est¨¢ de acuerdo en ciertos elementos de la historia¡±, ha dicho.
?C¨®mo podemos hacer para que todos se integren en la misma visi¨®n? Ella misma se ha contestado: ¡°Con una concepci¨®n de la memoria m¨¢s inclusiva. Hace falta m¨¢s comunicaci¨®n, que seamos m¨¢s conscientes de las diferencias para integrarlas en todos los discursos¡±, ha dicho en referencia a la crisis migratoria y al problema de reconocimiento de los reci¨¦n llegados en la integraci¨®n de las naciones, que los acogen y las transforman.
En el aula magna de la Facultad de Filolog¨ªa, de la Universidad Complutense, ha dicho que el Valle de los Ca¨ªdos fue un intento de acabar la guerra sell¨¢ndola con la marca de los vencedores, ¡°pero eso no cierra la guerra¡±. Las investigaciones de Assmann (Alemania, 1947) defienden que el silencio no es garant¨ªa de paz en las sociedades postdictatoriales. La adaptaci¨®n democr¨¢tica en estos casos pasa por el recuerdo, no como una meta, sino como un paso intermedio e irremplazable.
Por eso el mito de la experiencia de guerra volver¨¢ con el mito del nacionalismo. ¡°La guerra es lo que embrutece y lo que le debe seguir es un proceso civilizador. Embrutecer o civilizar son caminos distintos que debe elegir una naci¨®n¡±, ha zanjado. Y civilizar es sin¨®nimo de integrar, de ah¨ª que ¡°crear barreras sobre las experiencias de cada grupo socava la comunicaci¨®n, el discurso libre y los valores conjuntos¡±. Es lo que est¨¢n haciendo los nacionalismos y la extrema derecha: ¡°Son una verg¨¹enza y est¨¢n dirigiendo la pol¨ªtica de la UE¡±, dijo la especialista, que lament¨® que la izquierda haya abandonado el concepto de naci¨®n y la derecha se haya aprovechado, reforz¨¢ndose en la polarizaci¨®n (¡°con el rencor y el resentimiento¡±).
La crisis actual de la idea de naci¨®n se ve presionada por la llegada de migrantes y en ellos est¨¢ la soluci¨®n. Para Assmann la integraci¨®n cultiva el proceso de paz, porque las naciones no son violentas o c¨ªvicas por s¨ª mismas, sino en funci¨®n de sus proyectos: ¡°La civilizaci¨®n no es un proceso, sino un proyecto. Solo los humanos pueden consumarla. Reimaginar la naci¨®n es un problema muy complicado, pero es lo que tenemos que intentar en estos momentos¡±. El primer paso para la integraci¨®n es el reconocimiento, porque ¡°es un concepto fundamental de la condici¨®n humana para aceptar la identidad de cada uno de los grupos¡±.
La memoria es el arma que han utilizado los l¨ªderes populistas e imprudentes, seg¨²n la experta, para plantar una batalla de expulsi¨®n, en la que participan todas las naciones. El Reino Unido no se libra, cuenta, celebrando en sus homenajes a los soldados brit¨¢nicos ca¨ªdos en la Segunda Guerra Mundial y olvid¨¢ndose de los compa?eros europeos. ¡°La Segunda Guerra Mundial no se ha cerrado en los corazones de mucha gente. En Italia se conmemoraba el final del r¨¦gimen fascista. Pero este a?o la derrota de las tropas fascistas ya no es un motivo de recuerdo para el partido de Matteo Salvini, sino que rehabilita a Mussolini como un l¨ªder nacional y lo incluye en sus discursos¡±, ha afirmado Assmann.
Ha recordado c¨®mo Winston Churchill dijo, para pasar p¨¢gina de la Segunda Guerra Mundial, que deber¨ªamos mirar al futuro: para salvar a Europa deber¨ªa darse un acto de olvido hacia los cr¨ªmenes y las locuras del pasado. Assmann le ha contestado que esta estrategia de olvido tiene un inconveniente: ¡°Apoya a los vencedores y hace da?o a las v¨ªctimas. La pol¨ªtica del olvido acab¨® en los noventa, cuando se inici¨® una nueva tendencia sobre el recuerdo¡±. La historia no tiene puntos finales.
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