¡®La democracia en peligro¡¯: Los v¨¦rtigos de Brasil ante un pasado turbulento

31 de agosto de 2016. Dilma Rousseff, la primera mujer en llegar a presidenta de Brasil, baja por la alfombra roja de su residencia oficial, el Palacio de la Alvorada, rodeada de un s¨¦quito de partidarios. El Congreso acaba de destituirla y, aunque en teor¨ªa a¨²n quedaban dos a?os m¨¢s de mandato, ella va a dar su ¨²ltimo discurso como jefa de Estado. Con Rousseff se va tambi¨¦n del poder el Partido de los Trabajadores (PT), tras 13 a?os entre el apoyo apasionado y el rechazo visceral de una poblaci¨®n dividida. Rousseff empieza su discurso. Recita un poema del ruso Vladimir Mayakovski: ¡°No estamos alegres, es cierto / ?Pero por qu¨¦ deber¨ªamos ponernos tristes? / El mar de la historia es agitado / Las amenazas y las guerras hay que atravesarlas / Partirlas al medio cort¨¢ndolas / como una quilla corta las olas¡±.

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En esa met¨¢fora tambi¨¦n cabe el Brasil reciente, cuyo relato se cuenta en La democracia en peligro, el documental que Netflix acaba de estrenar en Espa?a y que est¨¢ realizado por Petra Costa (Belo Horizonte, 1983). La cineasta surca el agitado mar de la historia del pa¨ªs entre la vuelta de la democracia en 1985 y la elecci¨®n del ultraderechista Jair Bolsonaro, en octubre de 2018. Esa sucesi¨®n de acontecimientos, vista con calma y no con la visi¨®n fragmentada que dan los titulares, tiene todos los elementos de una gran ficci¨®n: hay buenos, malos, traidores y vuelcos como en una trama bien trazada. Un material que aguantar¨ªa muchas temporadas en Netflix. Pero la realidad tiene ra¨ªces m¨¢s profundas que la ficci¨®n. Costa muestra que la historia no se a¨ªsla en el tiempo.

Las explicaciones de la destituci¨®n de Rousseff y la elecci¨®n de Bolsonaro exigen una inmersi¨®n m¨¢s profunda, hasta un momento incluso anterior a la vida de la propia cineasta ¡ªCosta, que naci¨® en ese Brasil cambiante, tambi¨¦n protagoniza la pel¨ªcula, del mismo modo que hizo con la premiada Elena (2012)¡ª; hasta la d¨¦cada de los setenta, cuando Brasil todav¨ªa luchaba por dejar atr¨¢s una sangrienta dictadura militar mientras impulsaba el liderazgo pol¨ªtico de un metal¨²rgico sindicalista, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que 30 a?os despu¨¦s se convertir¨ªa en presidente.

A partir de ah¨ª, hay que contar los aciertos en el ¨¢rea social de un PT por primera vez en el poder: unos 30 millones de brasile?os salieron del umbral de la pobreza entre 2002 y 2010. Y los graves ¡ªy criminales¡ª errores de la sistem¨¢tica compra de votos de diputados por parte del mismo partido, revelada en el esc¨¢ndalo Mensal?o (2005). Tambi¨¦n la victoria electoral de Rousseff (2010), convertida en inesperada sucesora de Lula por casualidad: ¡°Pues s¨ª, se?or presidente, esta usted se la sac¨® de la manga¡±, le dice Dilma a Lula en momento del documental. En otro, Dilma se desahoga hablando sobre el poder, en una de las muchas entrevistas reveladoras captadas por la cineasta, esta vez con la ayuda de su propia madre, quien milit¨® contra la dictadura como Rousseff: ¡°Hay cosas que son dificil¨ªsimas para m¨ª. Lo que pasa es que nunca m¨¢s podr¨¦ ser enteramente an¨®nima y tener la inmensa libertad que ten¨ªa cuando estaba en la clandestinidad¡±.

Tambi¨¦n aparece la ineficacia econ¨®mica de Rousseff frente un escenario mundial turbulento. Y las traiciones de personajes como Eduardo Cunha ¡ªel presidente de la C¨¢mara de los Diputados que autoriz¨® el proceso de destituci¨®n y, meses despu¨¦s, acab¨® entre rejas por corrupci¨®n¡ª o Michel Temer ¡ªvicepresidente de Rousseff, su enemigo durante el impeachment y, tras ¨¦l, presidente de Brasil hasta el pasado diciembre.

Se ven tambi¨¦n las protestas callejeras masivas que empezaron en 2013 y se prolongaron hasta 2016 sin que se entendiera muy bien cu¨¢les eran los motivos iniciales. Y las investigaciones de la Operaci¨®n Lava Jato (y sus maniobras a veces cuestionables), con el protagonismo de S¨¦rgio Moro, entonces juez instructor del caso y hoy ministro de Justicia.

Solo entonces se llega al impeachment. Y luego a un fiscal que pone a Lula como jefe de un mecanismo de sobornocracia. Lula es detenido. Mientras, al gran l¨ªder de la oposici¨®n de centro-derecha, A¨¦cio Neves, lo pillan in fraganti en una llamada reveladora que se filtra a la prensa.

As¨ª es c¨®mo se crea el fen¨®meno Bolsonaro. Sin obst¨¢culos al frente, este capit¨¢n retirado llega al poder derrotando en las urnas al candidato del PT, lo que satisfizo tanto a la derecha tradicional como a los extremistas que ped¨ªan el retorno de los militares. La historia es c¨ªclica y, en el Brasil de los ¨²ltimos a?os, bastante revuelta. Pero, m¨¢s all¨¢ de los cap¨ªtulos, la pel¨ªcula de Costa es el retrato de un pa¨ªs que se forj¨® sobre una base de pacotilla, que nunca se reconstruy¨®. ¡°Fundada en el olvido¡±.

En las pel¨ªculas, las historias necesitan un final, por lo que La democracia en peligro nace incompleta. No por culpa del trabajo delicado de la cineasta, que fue ovacionada en festivales como el de Sundance, sino porque los v¨¦rtigos que los brasile?os empezaron a sentir con aquellas protestas de 2013 todav¨ªa prosiguen, como el hilo de un ovillo infinito. El mismo d¨ªa en que el documental lleg¨® a Netflix, el exjuez S¨¦rgio Moro, que conden¨® a Lula y luego acept¨® el puesto de ministro de Justicia de Bolsonaro, declaraba en el Senado sobre unos mensajes privados que intercambi¨® con los fiscales de la Lava Jato. El v¨¦rtigo, esa sensaci¨®n de que todo gira tan r¨¢pido que la sociedad no consigue seguir la actualidad, permanece.