La Biblioteca Nacional quiere custodiar los videojuegos
La instituci¨®n propone una reforma de la norma que regula el dep¨®sito legal para que contemple los nuevos formatos de creaci¨®n digital
Las instituciones del ayer pugnan por dar su espacio a la cultura de hoy. La?Biblioteca Nacional de Espa?a (BNE), creada hace m¨¢s de tres siglos para albergar el conocimiento (impreso), est¨¢ adapt¨¢ndose a marchas forzadas a la actual realidad tecnol¨®gica. El nuevo paso que pretende dar aspira a incorporar a su legado la conservaci¨®n de videojuegos o sitios web, como figura en la propuesta que la directora de la instituci¨®n, Ana Santos, ha enviado a Javier Garc¨ªa Fern¨¢ndez, subsecretario en funciones del Ministerio de Cultura y Deporte. Tambi¨¦n plantea incluir la regulaci¨®n de la conservaci¨®n de carteles de propaganda electoral y marcap¨¢ginas, entre otros formatos, a partir de la reforma de la ley de dep¨®sito legal de 2011.
Adem¨¢s, la nueva ley renunciar¨¢ al almacenamiento de las antiguas microformas (tambi¨¦n pasatiempos, crucigramas, sudokus y sopas de letras). ¡°Los videojuegos ser¨¢n bien de inter¨¦s cultural [BIC] en el futuro, porque tienen un valor cultural important¨ªsimo como creaci¨®n art¨ªstica¡±, afirma Ana Santos, directora de la BNE.
De momento, la instituci¨®n no puede conservarlos porque la ley de dep¨®sito legal obliga a entregar copias a la BNE solo a los editores espa?oles y en Espa?a se editan pocos, aunque la mano de obra sea espa?ola. Pero apunta que est¨¢n en conversaciones con la Asociaci¨®n Espa?ola de Videojuegos para encontrar la manera de no perder ese patrimonio. ¡°Aunque quiz¨¢ ahora no les demos mucho valor, son nuevos materiales que debemos conservar¡±, comenta la directora. Cuando Santos tuvo noticias de la intenci¨®n del Ministerio de Cultura de reformar la ley de patrimonio hist¨®rico de 1985, moviliz¨® a los suyos para desarrollar un borrador que incluyese cap¨ªtulos dedicados al patrimonio bibliogr¨¢fico m¨¢s espec¨ªficos y amplios. En ellos se refundir¨¢n las leyes que en estas tres d¨¦cadas han surgido para hacer frente a las nuevas necesidades. Fundamentalmente la del dep¨®sito legal electr¨®nico, de 2015. ¡°Debemos adaptar la ley del 85 a la realidad actual, es decir, a los distintos tipos de colecciones patrimoniales que recibe la BNE, incluido el patrimonio digital¡±, cuenta la directora, que se?ala el inter¨¦s por adaptar las leyes y seguir trabajando para el futuro, conservando el presente.
Santos lamenta los escasos medios que tiene la instituci¨®n para conservar el conocimiento digital, pero se felicita por el rendimiento que ha dado la creaci¨®n de especialistas llamados ¡°conservadores web¡±, repartidos por toda la geograf¨ªa espa?ola. Son los responsables de determinar el inter¨¦s. Seleccionan y comunican a la BNE lo que quieren guardar. ¡°Estos equipos ayudan a dar coherencia a las colecciones, porque definen qu¨¦ es lo que interesa conservar¡±, indica la directora.
Esta es una parte esencial de la nueva redacci¨®n de la ley para la conservaci¨®n de este patrimonio: las comunidades aut¨®nomas ser¨¢n las que decidan qu¨¦ sitios web y qu¨¦ recursos capturar¨¢n y depositar¨¢n para ser conservados y difundidos. La BNE ya no tendr¨¢ exclusividad en la inspecci¨®n y conservaci¨®n del dep¨®sito legal, con lo que ahorra en recursos y da margen de actuaci¨®n a otros centros. El criterio es ¡°lograr la mejor representatividad del mundo de Internet¡±.
Creatividad en alza constante
En 2018, la cosecha de ingresos por dep¨®sito legal en la BNE fue notable. El incremento en todas las modalidades es el reflejo de una actividad creativa incesante: 127.843 ejemplares de libros (un 17,14% m¨¢s); 5.556 ejemplares de audiovisuales (un 44,2% m¨¢s); 27.010 partituras (un 150,8% m¨¢s); 6.501 registros sonoros (un 61,6% m¨¢s). Es muy llamativo el n¨²mero de documentos ingresados por donaci¨®n: de 60.216, en 2017, a 256.388, en 2018 (un 325,8% m¨¢s). Tambi¨¦n crecieron los usuarios en las salas y las visitas a la BNE: 96.954 personas. Curiosamente, los pr¨¦stamos en sala caen de los 199.066 a 190.460. Y no cesan de crecer los documentos digitales descargados en la Biblioteca Digital Hisp¨¢nica: de 4,9 millones en 2014 han pasado a 6,2 millones en 2018 (un crecimiento del 27,5%).
Tambi¨¦n apuntan novedades en la conservaci¨®n de libros si se aceptan los cambios en la ley. Adem¨¢s de dos ejemplares de las primeras ediciones de cada t¨ªtulo publicado en Espa?a, el editor depositar¨ªa en el servidor de la BNE igualmente el ejemplar digital.
Estos t¨ªtulos digitales estar¨¢n a disposici¨®n del p¨²blico. La Biblioteca Nacional de Espa?a ¡°podr¨¢ facilitar la consulta de las publicaciones en soporte digital a trav¨¦s de las bibliotecas regionales de las distintas comunidades aut¨®nomas utilizando medios seguros de acceso¡±, dice el nuevo texto del art¨ªculo 10.
En la propuesta para la nueva redacci¨®n de la ley de dep¨®sito legal se plantea, para el apartado 2 del art¨ªculo 9 relacionado con el cine, que la Filmoteca Espa?ola reciba los originales de cada producci¨®n, ¡°en versi¨®n original, de toda pel¨ªcula cinematogr¨¢fica, documental o de ficci¨®n¡±, realizada por un productor con domicilio en Espa?a. Es una medida consensuada con la directora del Instituto de la Cinematograf¨ªa y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Beatriz Navas. ¡°Tienen que estar en una instituci¨®n p¨²blica¡±, sostiene Ana Santos.
De hecho, el pasado diciembre el grupo Unidas Podemos registr¨® una proposici¨®n no de ley con medidas para evitar la desaparici¨®n del patrimonio cinematogr¨¢fico. Propuso al Gobierno la creaci¨®n del bien de inter¨¦s cultural audiovisual (BICA) y una ampliaci¨®n y desarrollo del cap¨ªtulo dedicado al cine en la ley de patrimonio hist¨®rico, porque ¡°la ley carece de una figura de protecci¨®n espec¨ªfica para la correcta salvaguarda del cine¡±, aseguraban desde el grupo pol¨ªtico.
Cronolog¨ªa de tres siglos de memoria
Una ley de 2011. El dep¨®sito legal es la obligaci¨®n de entregar ejemplares de las publicaciones de todo tipo, reproducidas en cualquier soporte, en la BNE (o en la red de bibliotecas que colaboran con la instituci¨®n). La actual ley ya incorpor¨® un primer acercamiento a las nuevas formas de edici¨®n debidas a la incorporaci¨®n de tecnolog¨ªas y a la llegada de Internet.
Los sitios web, regulados en 2015. Un nuevo real decreto consider¨® por primera vez objeto de dep¨®sito legal los sitios web y las publicaciones en l¨ªnea. La norma consideraba que son objeto de dep¨®sito legal todo tipo de sitios web y las publicaciones en ellos contenidas, siempre que contengan patrimonio bibliogr¨¢fico, sonoro, visual, audiovisual o digital de las culturas de Espa?a.
La recolecci¨®n digital. Los encargados de determinar qu¨¦ sitios web y qu¨¦ recursos son los que se almacenan son la Biblioteca Nacional de Espa?a, que es el centro de conservaci¨®n de ¨¢mbito estatal, y los centros de conservaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas.
El precedente del dep¨®sito legal. Fundada por Felipe V a finales de 1711, no abri¨® sus puertas hasta marzo de 1712 como Real Biblioteca P¨²blica. Seg¨²n explica en su p¨¢gina web, por un privilegio real, precedente del actual dep¨®sito legal, los impresores deb¨ªan depositar un ejemplar de los libros impresos en Espa?a. En 1836, la instituci¨®n dej¨® de ser propiedad de la Corona y pas¨® a depender del Ministerio de la Gobernaci¨®n. Fue entonces cuando recibi¨® por primera vez el nombre de Biblioteca Nacional.
Tres siglos de custodia. La Biblioteca Nacional custodia m¨¢s de 34 millones de contenidos producidos en Espa?a desde comienzos del siglo XVIII. El material es de muy diverso tipo, aunque alrededor de la mitad son libros.
Casi medio mill¨®n de ingresos. En 2018 entraron en la instituci¨®n, por dep¨®sito legal, 454.886 ejemplares, una cifra mayor que la del a?o anterior, que rondaron los 410.000.
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