Mucha riqueza de series sobre ricos
Las ficciones sobre los fracasos y ¨¦xitos, profesionales y emocionales, de familias adineradas cada vez son m¨¢s habituales en la televisi¨®n
Se llama landscape novel a la novela que pretende seducir al lector por el lugar en el que se desarrolla, siendo este un sitio ex¨®tico, lejano y hermos¨ªsimo, un lugar inalcanzable en el que van a ocurrir todo tipo de cosas, casi siempre relacionadas con algo tambi¨¦n imposible e inalcanzable, por ejemplo, un amor maldito. Y de la misma manera, la televisi¨®n se dedica ¨²ltimamente a coquetear con personajes a los que ninguna de las miserias del mundo deber¨ªan arruinar, y sin embargo, ah¨ª est¨¢n, doblemente hundidos en ellas, pese a estar rodeados de muebles car¨ªsimos y vistas a un brav¨ªsimo mar que casi forma parte de su jard¨ªn. ?Est¨¢n los guionistas y creadores castigando a aquellos que tienen m¨¢s o se aproximan cada vez m¨¢s a su mundo?
Se considera wealth porn (porno de fortuna) a la exhibici¨®n de riqueza sin l¨ªmites, el equivalente al m¨¢s extendido food porn ¨Cetiqueta que acompa?a a todo suculento plato que se precie y el m¨¢s intelectual book porn ¨Cque acompa?a a cualquier libro deseable¨C. Y se podr¨ªa decir que su m¨¢ximo exponente son las vidas, acomodad¨ªsimas, casi de cat¨¢logo solo apto para millonarios, de las protagonistas de Big Little Lies (HBO): esas terrazas que incluyen su propia playa de ensue?o, esos interiores perfectos (algunos, como el del personaje de Laura Dern, intencionadamente exc¨¦ntricos y egoc¨¦ntricos, con habitaciones destinadas ¨²nicamente a colecciones de trenes y cosas por el estilo).
En la misma l¨ªnea est¨¢n los enormes despachos acristalados y fr¨ªos como sus ocupantes en Billions, la serie sobre delitos financieros que protagonizan Paul Giamatti y Damian Lewis (el soldado terrorista Brody de Homeland). Como tambi¨¦n todo lo que aparece en Succession (HBO). Y tampoco est¨¢ nada mal el ¨¢tico y el piso (casi contiguos), criadas y todas las comodidades mediante, en el que se desarrollan las peripecias de La maravillosa se?ora Maisel (Amazon Prime Video)¨C despu¨¦s de todo, estamos en el Nueva York de 1958, y la clase de vida de los Maisel solo puede envidiarse ¨C, pero por supuesto no tienen nada que ver con el glamour de las mansiones del reboot de Dinast¨ªa (en Espa?a se ve en Netflix).
Precisamente el creador de esta ¨²ltima, Josh Reims, aseguraba la semana pasada que hab¨ªan tenido que contratar asesores que les indicasen c¨®mo viven exactamente los ricos, porque ¡°nosotros, guionistas, no tenemos la m¨¢s remota idea¡±. La serie, que supone un lavado de cara ¨C en diversidad ¨¦tnica y sexual ¨C de la m¨ªtica versi¨®n de los ochenta, es tambi¨¦n, seg¨²n su creador, hija de estos tiempos. Es decir, si hubo una ¨¦poca en la que ¡°llegar a ser tan rico como sus protagonistas era un sue?o, una fantas¨ªa¡±, hoy, cuando ¡°la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor¡±, esa fantas¨ªa tiene un componente amargo. ¡°Por primera vez vemos en televisi¨®n de qu¨¦ manera esos ricos reciben su merecido¡±, le contaba Reims a Variety. La vida de las cinco de Monterrey en Big Little Lies podr¨ªa ser perfecta, pero ?lo es? No, poseen cientos de cosas, pero ?acaso las cosas pueden salvarlas?
Los Roy, protagonistas de Succession (estreno de la segunda temporada el 12 de agosto), tambi¨¦n tienen cientos de cosas, ?y las disfrutan? No, est¨¢n demasiado preocupados por lo que ocurrir¨¢ cuando las pierdan, si es que las pierden. Por no hablar de Patrick Melrose (Sky), la fascinante adaptaci¨®n de las novelas del prodigioso (y visceral y oscuro) Edward St. Aubyn. Hijo de una nauseabunda aristocracia brit¨¢nica, Melrose (un portentoso Benedict Cumberbatch) destruye, en la primera secuencia del primer episodio, una suite tan enorme que parece un palacio de m¨¢rmol, a la vez que intenta hacerse explotar por dentro. Lo ha tenido todo menos un gesto de cari?o. No hay empat¨ªa en un mundo en el que tu padre te considera su juguete (sexual) y en el que sus amigos sue?an con convertir las praderas en cuadros. ¡°A veces me pregunto por qu¨¦ no podemos pegar a las ovejas al suelo, ?no ser¨ªa as¨ª todo perfecto?¡±, se pregunta uno de los personajes. Son ni?os en extremo mimados. Son monstruos.
Danny McBride, el creador de Los Gemstones, una serie que se estrena el 19 de agosto en HBO Espa?a sobre una famosa y disfuncional familia de televangelistas, lo tiene claro. Si Edward Berger, el director de Patrick Melrose y David E. Kelley, el responsable de la adaptaci¨®n de Big Little Lies, vieron lo tr¨¢gico de una vida repleta de lujos, McBride no puede evitar verle el potencial c¨®mico a tan rid¨ªcula contradicci¨®n. Sus personajes tienen ¨¦xito, consiguen todo lo que se proponen, y eso les hace rid¨ªculamente infelices. ¡°Vi una oportunidad de mostrar c¨®mo de corrosivo y destructivo puede llegar a ser cumplir todos tus sue?os¡±, dijo hace poco. As¨ª las cosas, parece ser que, contra todo pron¨®stico, el wealth porn es tambi¨¦n, y sobre todo, una forma, francamente sutil y narrativamente brillante, de castigo.
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