Parejas autodestructivas
El aburrimiento crea monstruos: obliga a las parejas a hablar, a menudo a decir estupideces, nader¨ªas que, de tan inocuas, degeneran en una discusi¨®n hasta terminar con relaciones de 20 a?os
Los viajes en coche a Galicia desde la meseta son peor que un confesionario. Un viaje mon¨®tono como ese, en donde la carretera no te deja ni dar curvas, a falta de destruir los nervios te acaba destruyendo la vida. Cuando salen de Pontevedra, la mitad de las parejas que conozco se autodestruyen al atravesar el Padornelo. Algunas no esperan ni a Puebla de Sanabria; otras explotan en mitad de la nada, sumergi¨¦ndose en silencios hostiles, bajo un odio fantasioso: ya se han dicho todas las palabras, ya no hay nada m¨¢s que decir. Cuando bajen del coche, en lugar de irse juntos se ir¨¢n cada uno por un lado. Eso es porque el aburrimiento crea monstruos: obliga a las parejas a hablar, a menudo a decir estupideces, nader¨ªas que, de tan inocuas, degeneran en una discusi¨®n hasta terminar con relaciones de 15 o 20 a?os. Las pel¨ªculas de acci¨®n o aventuras acaban siempre con dos enamorados en una terraza llena, normalmente un d¨ªa de sol, tras variopintas tensiones y peripecias; las pel¨ªculas familiares en las que no pasa nada, solo di¨¢logo y m¨¢s di¨¢logo, terminan con la maletas en la puerta un d¨ªa de noviembre, un c¨¦sped sin podar, un columpio viejo y un ni?o traumatizado que un d¨ªa acabar¨¢ yendo a clase con dos escopetas de ca?ones recortados.
Eso es lo que yo pensaba y lo que de vez en cuando dec¨ªa al volante del Cabrio de Elisardo Bastiaga, que iba a mi lado con la cabeza vendada en un descapotable: el colmo. Marta, que aleg¨® haberse disfrazado de Maroto por parafilia, se hab¨ªa subido con nosotros en Sotosalbos. Se llamaba Marta La Fiesss porque en su juventud hab¨ªa sido bakala y termin¨®, como todas las leyendas de la ruta de bakalao de los noventa, trabajando en la sede de G¨¦nova del Partido Popular.
Yo quer¨ªa decirles a Elisardo Bastiaga y a Marta en nuestro viaje a Galicia, pero no s¨¦ si lo dije bien, que el amor dura siempre que no se intenten solucionar los problemas en profundidad, evitando las ¡°grandes charlas¡±, sent¨¢ndose a hablar. Y a olisquear, como buenos animales entrenados, los momentos est¨²pidos en los que cualquier comentario inocente puede desembocar en tragedia. A veces las grandes crisis se producen por problemas que no son m¨¢s que problemas fingidos que exigen fingir una soluci¨®n, pero curiosamente nos cuesta menos fingir la guerra que fingir la paz. Y bueno, todo esto lo contaba porque al irme con Bastiaga dej¨¦ a mi novia en la estaci¨®n de Chamart¨ªn con un malet¨®n de emigrante gallega que se va a vivir a Berna.
¡ªPues ah¨ª no se fingi¨® un carallo¡ª?dijo Bastiaga.
¡ªPero eso resume muy bien el estado de la cuesti¨®n ¡ªdijo La Fiesss¡ª. Todas las putas cagadas las llen¨¢is de ch¨¢chara.
Bastiaga, que ten¨ªa sus propias ideas sobre todo, tambi¨¦n las ten¨ªa sobre el amor. Cuando entramos en las R¨ªas Baixas y empezamos a oler el mar, anunci¨® su objetivo de agosto: conseguir llegar a 100 followers en Instagram. La Fiesss, animad¨ªsima, le pregunt¨® desde d¨®nde part¨ªamos. ¡°99¡±, atron¨®. Y lo dijo tan concentrado, con la mirada tan limpia y desnuda, tan lleno de planes para conseguirlo, que pens¨¦: 1) iba a ser imposible y 2) iba a ser un agosto de locos.
Babelia
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