El canal de los aventureros
El canal que separa Francia e Inglaterra, s¨ªmbolo ahora de la desuni¨®n europea, atrae desde hace siglos a aventureros. Un 'hombre volador' de origen espa?ol ha sido el ¨²ltimo pionero en cruzarlo
Y, en el verano en el que conmemor¨¢bamos el 50? aniversario de la llegada a la Luna, un hombre cruz¨® el canal de La Mancha sobre una tabla voladora. ?El futuro era eso?
Franky Zapata tiene nombre de personaje de dibujos animados. Si su proeza fascina, es porque re¨²ne los ingredientes para una historia de ciencia ficci¨®n, o una pel¨ªcula de animaci¨®n. Mezcla la superaci¨®n personal con el espect¨¢culo; el avance tecnol¨®gico con un sue?o at¨¢vico de la humanidad: el de ser p¨¢jaro. Todo esto, en un espacio casi mitol¨®gico: el estrecho que separa Francia e Inglaterra, Europa y las islas brit¨¢nicas, brecha y puente a la vez, hace unos a?os frontera abolida por el Eurot¨²nel y hoy restituida por el Brexit.
"?l siempre fue as¨ª. De peque?o montaba y desmontaba juguetes. Siempre inventaba", recuerda por tel¨¦fono Krystel Zapata, la esposa del hombre volador, mientras ambos se preparan para marcharse de vacaciones. Se conocieron cuando ella ten¨ªa 18 a?os y ¨¦l 22. Por entonces ya era campe¨®n de moto acu¨¢tica. Su abuelo naci¨® en Cartagena (Murcia). Su padre trabajaba en la construcci¨®n y su madre era ama de casa, explica Krystel. No ten¨ªan nada que ver ni con el mundo del deporte ni con el de los inventos. Franky dej¨® la escuela a los 16 a?os. La agencia France Presse ha explicado que era "disl¨¦xico, disortogr¨¢fico y dalt¨®nico". El marsell¨¦s, que ahora tiene 40, pose¨ªa el virus de la competici¨®n y el ingenio del inventor, un personaje que quiz¨¢ habr¨ªa encajado mejor en la California de la revoluci¨®n tecnol¨®gica que en la Francia centralista y reglamentada en la que naci¨®.
Han sido tres a?os de preparativos, una aventura que en algunos momentos pareci¨® quijotesca. Estuvo a punto de perder dos dedos por un accidente y en 2017 la Gendarmer¨ªa le convoc¨® para decirle que si continuaba volando sin permiso le inculpar¨ªan y podr¨ªa acabar condenado a una pena de prisi¨®n. Tras amagar con llevarse el invento a Estados Unidos, se reconcili¨® con su pa¨ªs. El Ministerio franc¨¦s de Defensa le concedi¨® una subvenci¨®n de 1,3 millones de euros para desarrollar el producto.
Las tres ¨²ltimas semanas han sido intensas. El 14 de julio, Franky fue la estrella del desfile de la fiesta nacional francesa. Su paseo a¨¦reo, rifle en mano y vestido de negro, por los Campos El¨ªseos de Par¨ªs, fue un golpe de efecto para el presidente Emmanuel Macron, una imagen viral para demostrar la habilidad de la industria francesa y la capacidad de innovaci¨®n de las fuerzas armadas.
?Arma de guerra?
"Hacer volar a los militares ha sido desde siempre el sue?o de todos los jefes. No es nuevo", explica Jean-Vincent Brisset, general de brigada a¨¦rea retirado, y director de investigaciones en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estrat¨¦gicas. Brisset cita el mito de ?caro o im¨¢genes de la China antigua. "El problema del militar es el peso de lo que transporta. Si a ello se a?ade algo que funcionar¨¢ solo diez minutos y que pesa 20 kilos m¨¢s el carburante, el inter¨¦s [de una tabla voladora como la de Franky Zapata] es limitado", dice.
"En cambio, en algunos casos estos aparatos pueden ser interesantes en combates urbanos, para subir a pisos elevados o para franquear una fosa o un muro. El precio, sin embargo, es la vulnerabilidad". En altura, el 'soldado volador' es m¨¢s f¨¢cil de derribar. Y la escasa autonom¨ªa energ¨¦tica de la tabla obligar¨ªa a los ej¨¦rcitos a organizar una cadena log¨ªstica "relativamente larga y costosa". Los combates con el Flyboard Air de Zapata, o algo similar, quedan lejos.
El 25 de julio, Franky intent¨® por primera vez atravesar los 35 kil¨®metros que separan las costas francesa e inglesa con el Flyboard Air, la tabla con cinco turborreactores alimentados con queroseno y con una autonom¨ªa de 10 minutos. La fecha no era casual, 110 a?os despu¨¦s de que, a bordo del Bl¨¦riot XI, el ingeniero e inventor Louis Bl¨¦riot se convirtiese en la primera persona en cruzar La Mancha volando. Al repostar a medio camino, Franky Zapata sufri¨® un accidente y cay¨® al agua. A Bl¨¦riot no le desanimaron los fracasos. Entre 1907 y 1909, a?o del primer vuelo sobre La Mancha, sufri¨® 32 accidentes, hasta el punto de que la prensa le llamaba "el hombre que siempre cae" o "el rey del destrozo".
Franky Zapata tampoco se desanim¨® y el 4 de agosto volvi¨® a intentarlo. Esta vez, con ¨¦xito. "Si esto es hist¨®rico o no, no lo decido yo, lo veremos con el tiempo", dijo al aterrizar.
Desde el siglo XVIII, cuando el franc¨¦s Jean-Pierre Blanchard y el estadounidense John Jeffries cruzaron en globo el estrecho, tantos lo han repetido que ya es un lugar com¨²n. La lista es larga. Incluye entre otros a Bl¨¦riot y a la periodista Harriet Quimby, la primera mujer en atravesar el canal en avi¨®n, en abril de 1912, tres meses antes de morir en un accidente de aviaci¨®n en Boston. Y al austriaco Felix Baumgartner, que en 2003 salt¨® desde casi 10.000 metros de altura equipado de unas simples alas de fibra de carbono, o al estadounidense Jonathan Trappe, que en 2010 vol¨® con 55 globos inflados con helio.
"Creo que la dificultad para franquear este estrecho para los barcos -los navegadores conocen desde hace siglos las tormentas, los vientos contrarios, las corrientes- y al mismo tiempo la proximidad entre ambas orillas, que invita a los aventureros a intentar la haza?a", explica en un correo electr¨®nico el historiador Renaud Morieux, autor de Une mer pour deux royaumes. La Manche, fronti¨¨re franco-anglaise, XVIIe-XVIIIe si¨¨cles (Un mar para dos reinos. La Mancha, frontera francoinglesa, siglos XVII y XVIII).
Morieux, que es profesor en Cambridge, ve La Mancha a la vez como "un trazo de uni¨®n y una l¨ªnea separadora entre dos estados que durante tiempo han estado en guerra y en rivalidad comercial, pero tambi¨¦n vinculados por intercambios pol¨ªticos, culturales y econ¨®micos". La misma denominaci¨®n del canal expresa esta diferencia. "En ingl¨¦s el t¨¦rmino English Channel, es decir,?Canal Ingl¨¦s, es fruto de una larga evoluci¨®n pol¨ªticojur¨ªdica. La Mancha se piensa, desde el siglo XVII, como parte del territorio ingl¨¦s, que no se detiene hasta la costa francesa. En franc¨¦s, el t¨¦rmino 'La Mancha' tiene otra etimolog¨ªa: 'manica' en lat¨ªn es la manga de una t¨²nica. Y, sobre todo, en el nombre de este mar no hay adjetivo que marque la soberan¨ªa nacional. La Mancha, vista de Francia, es exterior al territorio del Estado, es una zona internacional".
Es en el siglo XVII cuando La Mancha se convierte en frontera, en contra de la idea de que se trataba de una frontera natural. "La idea de frontera natural es problem¨¢tica, porque se puede decir exactamente lo contrario de casi todo espacio geogr¨¢fico que, seg¨²n las opiniones, puede presentarse como una barrera o una pasarela. No se trata de negar que existen obst¨¢culos naturales a las acciones humanas, pero el t¨¦rmino de frontera es pol¨ªtico: son los hombres quienes deciden hacer de tal mar o tal monta?a una delimitaci¨®n entre estados". Ahora la frontera reaparece: para los migrantes que esperan en las costas francesas -las mismas de las que despeg¨® Franky Zapata- es un muro m¨¢s alto que el de Trump. La apertura del t¨²nel bajo La Mancha, en 1994, cre¨® una ilusi¨®n: el canal hab¨ªa desaparecido, Gran Breta?a se hab¨ªa unido para siempre al continente. "Esta frontera no hab¨ªa desaparecido para todo el mundo", constata el historiador. "Y es probable que, si el Brexit se decide en su f¨®rmula m¨¢s dura, franquear el canal por debajo de La Mancha ya no sea en absoluto una formalidad".
Que seguir¨¢ atrayendo a aventureros y deportistas para cruzarlo por arriba -por el aire- no hay duda. Qui¨¦n sabe si Franky Zapata lo intentar¨¢ con el coche volador que est¨¢ ultimando y con el que ya ha hecho pruebas. El sue?o de desafiar la gravedad resiste a los siglos. "No tiene nada que ver con ninguna otra experiencia. Est¨¢s dentro de una m¨¢quina voladora que sientes que es parte de ti. Puedes pensar ad¨®nde quieres a ir, y vas", dice por tel¨¦fono otro hombre volador, el brit¨¢nico Richard Browning, que ha desarrollado otro artilugio para volar, pero sin la plancha que transporta a Zapata. "Te sientes libre".
Proezas en el canal de La Mancha
7 de enero de 1785.?El inventor franc¨¦s Jean-Pierre Blanchard y el cirujano militar estadounidense John Jeffries cruzan por primera vez en globo el canal de La Mancha. Parten de Dover (Inglaterra) y llegan a Calais (Francia).
25 de julio de 1909. El piloto y fabricante de aeronaves franc¨¦s Louis Bl¨¦riot es el primero en cruzar en avi¨®n el estrecho. Lo hace a bordo del Bl¨¦riot XI, un dirigible construido con acero, madera y bamb¨² que participar¨ªa despu¨¦s en la Primera Guerra Mundial. Parten del continente y llegan a Dover.
16 de abril de 1912. La aviadora y guionista estadounidense Harriet Quimby se convierte en la primera mujer en pilotar un avi¨®n sobre el canal. En su caso, parte de la isla y aterriza 59 minutos despu¨¦s en Francia. Muri¨® en un accidente a¨¦reo apenas dos meses despu¨¦s.
6 de agosto de 1926. Gertrude Ederle nad¨® a crol en 14 horas y 31 minutos la distancia que separa la costa francesa de la brit¨¢nica. La nadadora estadounidense fue la primera mujer en hacerlo.
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