Un error atribuye a ¡®Los testamentos¡¯ de Atwood el premio Booker dos semanas antes del fallo del jurado

La esperada secuela de El cuento de la criada, de Margaret Atwood, se ha convertido en el ¨¦xito de la temporada antes incluso de su publicaci¨®n. El entusiasmo de una cadena brit¨¢nica de librer¨ªas, sin embargo, ha provocado una desafortunada sombra de sospecha sobre Los testamentos. Los primeros ejemplares del libro fueron expuestos en sus escaparates con la pegatina a?adida de "Ganador del Premio Booker 2019", dos semanas antes de que se conociera el fallo del jurado de ese prestigioso galard¨®n de las letras del Reino Unido.

Fue el novelista y acad¨¦mico, Matthew Sperling, quien este lunes lanz¨® la alerta, al publicar en su cuenta de Twitter una foto del escaparate del establecimiento, en la que la obra de Atwood aparec¨ªa ya convenientemente premiada. "No creo que pudierais usar todav¨ªa esas pegatinas, colegas...", escribi¨® Sperling (el mensaje ya no est¨¢ en su perfil).

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La organizaci¨®n del Premio Booker, la Booker Prize Foundation, que depende del grupo de inversiones Man Group, se ha apresurado a aclarar que el jurado todav¨ªa no ha emitido su fallo, y que, por tanto, las noticias de que Los testamentos se hab¨ªa hecho ya con el galard¨®n eran, cuando menos, precipitadas. "La decisi¨®n no se tomar¨¢ hasta que se re¨²nan los miembros del jurado el pr¨®ximo 14 de octubre", han dicho los responsables en un comunicado p¨²blico.

En un pa¨ªs en el que todo es materia de apuestas, la posibilidad de que obtenga el Booker el libro de Atwood, que ha generado enormes expectativas despu¨¦s del renovado ¨¦xito de su novela El cuento de la criada, se paga dos a uno en la principal casa de juego, William Hill. La favorita sigue siendo Ducks, Newburyport, de la escritora Lucy Ellmann, una novela de m¨¢s de mil p¨¢ginas y solo ocho frases (7 puntos y aparte y un punto final) en la que un ama de casa de Ohio reflexiona sobre su pasado.?

A pesar de las cr¨ªticas que recibe cada a?o el Premio Booker, en especial desde que los responsables de la fundaci¨®n decidieron hace cinco a?os ampliar su campo a todas las obras escritas en ingl¨¦s (y abrir as¨ª la v¨ªa a los autores estadounidenses), formar parte de la lista de finalistas asegura un enorme empuj¨®n en las ventas y en las traducciones de la obra galardonada. Eso, y probablemente un error humano, explica la precipitaci¨®n de la librer¨ªa brit¨¢nica (a¨²n no identificada) en incorporar a los ejemplares que ten¨ªa de Los testamentos una pegatina cuyo tiempo a¨²n no hab¨ªa llegado.