Retrato de sal¨®n

Josep Llu¨ªs Sert i L¨®pez (Barcelona, 1902-1983) fue el primer arquitecto espa?ol cosmopolita. Cuestion¨® la modernidad estrictamente bauhasiana de la mano de Le Corbusier ¡ªcon quien trabaj¨®¡ª y rescat¨® la arquitectura mediterr¨¢nea an¨®nima. Construy¨® en tres continentes, desarroll¨® una preocupaci¨®n por la ciudad ¡ªel contexto antes que la obra¡ª y defendi¨® la uni¨®n de lo popular y lo art¨ªstico junto a sus amigos Calder o Mir¨®. Pas¨® de llegar a la Escuela de Arquitectura en un Rolls Royce con ch¨®fer a convertirse en un progresista. Entre sus logros figuran el pabell¨®n de la Rep¨²blica ¡ªdonde Picasso colg¨® el Guernica¡ª y la humanizaci¨®n de la modernidad en proyectos como las viviendas sociales de Roosevelt Island, la Fundaci¨®n Maeght o la Fundaci¨®n Mir¨®. Tambi¨¦n introducir la c¨¢tedra de Dise?o Urbano en los planes de estudios de GSD, la escuela de arquitectura de Harvard, en la que fue decano.

Con esa trayectoria, era significativo que Sert no tuviera una buena biograf¨ªa. Sigue sin tenerla. Su obra se ha contado en exposiciones y art¨ªculos de los que Mar¨ªa del Mar Arn¨²s extrae muchas de las ideas de su libro. ?Qu¨¦ aporta ella? An¨¦cdotas curiosas ¡ªla clasificaci¨®n entre ¡°pollitas¡± L¨®pez y ¡°poll¨®n¡± Sert¡ª, un tono personal ¡ª¡°su mirada azul y su honradez (¡­) consegu¨ªan que su baja estura no fuera un h¨¢ndicap para relacionarse¡±¡ª y una familiaridad ¡ª?era t¨ªo de su marido¡ª que termina por convertirse en falta de distancia. ¡°Sert era uno de los pocos arquitectos, si no el ¨²nico, capaz de establecer relaciones estrechas con pintores y escultores¡±. Esas vaguedades desembocan en un relato hagiogr¨¢fico que llega incluso a apuntar que Sert corrige a Le Corbusier. Un libro en el que un joven arist¨®crata se enamora de la hija de la portera de uno de los edificios que ha dise?ado ¡ªmotivo por el que su madre deja de hablarle¡ª retrata a un arquitecto poco habitual. Su periplo por el mundo y la contradicci¨®n entre sus ideales de izquierdas y el trabajo para el dictador cubano Fulgencio Batista ¡ªpara quien dise?¨® un palacio¡ª construyen una biograf¨ªa de novela. Sin embargo, estas evoluciones y contradicciones se ahogan en un volumen desordenado ¡ªempieza y abandona el orden cronol¨®gico¡ª y salpicado de imprecisiones ¡ªcomo repetir que Barcelona fue la primera ciudad bombardeada (antes lo fue Madrid) o citar a Adolf Loos como candidato a dirigir la Escuela de Arquitectura de Harvard, cuando ya estaba muerto¡ª.

La biograf¨ªa tiene tambi¨¦n notables omisiones. Nos enteramos de que Sert y Moncha tuvieron un hijo porque muere, no porque se anuncie su nacimiento, y ni siquiera sabemos cu¨¢ndo naci¨® el biografiado. La raz¨®n es que est¨¢ narrada desde un punto de vista a menudo irrelevante para ahondar en la obra de Sert. Por el libro desfilan m¨¢s las cenas de Arn¨²s que las del arquitecto. De una con Frank Gehry se dice que su esposa, Berta, es peruana, cuando es paname?a. Esos descuidos desv¨ªan la atenci¨®n del lector y convierten la obra en vaga e imprecisa: como de corrillo de sobremesa, un relato que parece m¨¢s improvisado oralmente que escrito y corregido. Dos tercios son descripciones o juicios arquitect¨®nicos no particularmente pertinentes ¡ª¡°su arquitectura, a base de cemento, tuvo su impacto (¡­) se viv¨ªa muy bien en ella y nunca era aburrida¡±¡ª. Esta es, as¨ª, una biograf¨ªa de andar por casa, un libro sin editar que no se entiende en un sello como Anagrama y que ser¨ªa m¨¢s ajustado titular El Ser(t) del que he o¨ªdo historias. El resultado es un flaco favor para un tipo del que Gropius dijo que hab¨ªa unido el esp¨ªritu mediterr¨¢neo con el Nuevo Mundo.

Ser(t) arquitecto. Mar¨ªa del Mar Arn¨²s. Anagrama, 2019. 293 p¨¢ginas. 23,90 euros.