Muere Rafael Ju¨¢rez, poeta, librero y gestor cultural
Fue el primer editor de Antonio Mu?oz Molina y divulgador del legado de Francisco Ayala
¡°Muere un poeta y la creaci¨®n se siente herida y moribunda en las entra?as¡±. Lo escribi¨® Miguel Hern¨¢ndez a la muerte del poeta Federico Garc¨ªa Lorca y ayer lo reescrib¨ªa una amiga del poeta Rafael Ju¨¢rez al conocer su muerte. Esa era la sensaci¨®n que experimentaba el c¨ªrculo de amigos, extenso, cuando la Fundaci¨®n Ayala anunci¨® el fallecimiento en la ma?ana de este viernes de Ju¨¢rez. El poeta que comenz¨® como librero para convertirse luego en gestor cultural y editor, dedic¨® sus ¨²ltimos a?os a la gesti¨®n y divulgaci¨®n del legado del escritor Francisco Ayala. Ju¨¢rez fue secretario del patronato de esa fundaci¨®n desde 2005 hasta 2017. Ya enfermo, el poeta se traslad¨® a Madrid donde muri¨® este viernes con 63 a?os.
¡°Excelente poeta, librero ejemplar, fiel amigo y buen gestor en la Fundaci¨®n Ayala¡±, as¨ª lo recuerda el periodista Alejandro V. Garc¨ªa. ¡°De muy buena y sutil poes¨ªa¡±, a?ade. Rafael Ju¨¢rez naci¨® en Estepa (Sevilla) en 1956 y lleg¨® a Granada a principios de los a?os setenta para estudiar la carrera de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica. A finales de esa d¨¦cada, Ju¨¢rez tom¨® dos decisiones relevantes para ¨¦l y afortunadas para la cultura. En 1978, desencantado tras un periodo de reivindicaci¨®n pol¨ªtica, volvi¨® a la actividad literaria que cultivaba desde su adolescencia y decidi¨® volcarse en la poes¨ªa. En 1979, junto a su socio Pepe Mart¨ªn, puso en pie la librer¨ªa Al-?ndalus, epicentro del movimiento cultural de la ciudad. All¨ª se mantuvo hasta 1992.
De vender y, sobre todo, de recomendar libros pas¨® Ju¨¢rez a editarlos, sin dejar nunca de escribirlos. En 1980 publica su primera plaquette (libro de extensi¨®n corta y formato peque?o) de poes¨ªa.
Ju¨¢rez public¨® mucha poes¨ªa. ¡°Pero era un tipo muy discreto. Tan discreto que, en el fondo, quiz¨¢ ¨¦l mismo fuera el principal freno para que su obra no fuera mucho m¨¢s conocida¡±, explica Alejandro V. Garc¨ªa, que concluye: ¡°Definitivamente, no era propagandista de sus versos. Rafa era, casi casi, de la poes¨ªa secreta¡±.
Tras su etapa al frente de la librer¨ªa Al-?ndalus, Ju¨¢rez se convirti¨® en editor del Servicio de Publicaciones de la Diputaci¨®n de Granada. All¨ª ech¨® a rodar Los libros de la Estrella, una excelente colecci¨®n sobre autores y asuntos granadinos que a¨²n hoy se mantiene operativa. Pero su primer ¨¦xito como editor tiene lugar en el a?o 1984, cuando junto al poeta Jos¨¦ Guti¨¦rrez, ambos fundadores de la editorial de poes¨ªa Silene, convencieron a Antonio Mu?oz Molina para que reuniera art¨ªculos ya publicados en el Diario de Granada. As¨ª naci¨®?El Robinson urbano, el primer libro de Mu?oz Molina.
El Alc¨¢zar Genil, un palacete nazar¨ª contempor¨¢neo de la Alhambra, fue su siguiente destino. Ju¨¢rez dej¨® atr¨¢s el servicio de publicaciones de la Diputaci¨®n, a la que solo volver¨ªa una ma?ana muchos a?os despu¨¦s para despedirse de ¡°las vistas que tuvo durante tantos a?os¡±, explica Garc¨ªa, que coincidi¨® con ¨¦l aquella ma?ana. El Alc¨¢zar Genil ha sido y es la sede de la Fundaci¨®n Francisco Ayala. All¨ª, unas veces m¨¢s arropado que otras, Rafael Ju¨¢rez puso en orden en todo el material escrito de Ayala, ayud¨® a quienes quer¨ªan investigar sobre ¨¦l e hizo todo lo que pudo para difundir la obra del escritor granadino.
En 2017 dej¨® la Fundaci¨®n y se retir¨® en Madrid. En realidad, llevaba d¨¦cadas con su enfermedad a cuestas. A finales de los a?os noventa, durante una estancia de investigaci¨®n en Roma, Ju¨¢rez se desvaneci¨®. Curiosamente, este diario lo cont¨® a trav¨¦s de Mu?oz Molina que, recuerda Alejandro V. Garc¨ªa, lo relat¨® en un art¨ªculo en las p¨¢ginas de El Pa¨ªs Semanal. All¨ª empezaron sus problemas de salud que Ju¨¢rez llev¨® con d¨ªas mejores y peores hasta que este viernes, 20 de septiembre, casi 30 a?os despu¨¦s, la enfermedad le ha vencido. Ju¨¢rez no est¨¢. S¨ª est¨¢ su poes¨ªa, su sosiego y los recuerdos de tantos con qui¨¦n trabaj¨® y frecuent¨® para hacer una Granada m¨¢s culta.
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