La vida en peligro de Abrasha Rotenberg
'La amenaza' cuenta la ra¨ªz de una existencia marcada por historias de miedo que comienzan en Rusia y siguen con Hitler, en Berl¨ªn
Elegante, risue?o, t¨ªmido pero majestuoso, Abrasha Rotenberg entra en el Caf¨¦ Gij¨®n con la energ¨ªa de un muchacho. Bajo el brazo lleva su libro, La amenaza (Tierra Trivium), que cuenta la ra¨ªz de su vida amenazada. Luego, en la librer¨ªa que lleva el nombre de su amigo Rafael Alberti, al que conoci¨® en el exilio argentino del poeta, confiar¨¢ historias de miedo de una existencia que empez¨® en Rusia, sigui¨® con Hitler, en Berl¨ªn, hall¨® paz en Israel, adonde fue a redescubrir su ra¨ªz jud¨ªa, y en Argentina ech¨® sus propias ra¨ªces, que contin¨²an sus hijos artistas, Cecilia y Ariel Rot.
Abrasha Rotenberg, 93 a?os, mirada clara, editor y periodista. De Argentina sali¨® para Espa?a, exiliado, en 1977, porque a la Junta Militar no le gustaba La Opini¨®n, peri¨®dico que edit¨® con el m¨ªtico Jacobo Timerman, su amigo de la infancia: ¡°El mejor periodista que he conocido¡±. La amenaza reside en la adolescencia. Vio cerca la tentaci¨®n nazi que desemboca en la era de los generales, desde Lanusse a Videla. Su libro (del a?o 2000) sobre la persecuci¨®n que sufri¨® La Opini¨®n precede a esta amenaza como el antecedente de una cr¨®nica general del fracaso argentino que, con altibajos dram¨¢ticos, prosigue hasta hoy mismo y es la materia de su terror y de sus libros.
Su primera experiencia fue en la Uni¨®n Sovi¨¦tica: ¡°[Nac¨ª] bajo un r¨¦gimen comunista que me obnubil¨® y donde supe que era jud¨ªo. En 1934 llegu¨¦ a Argentina, que casualmente viv¨ªa en una crisis que se repite. En Israel viv¨ª el sue?o de los kibutz, del hombre nuevo, del jud¨ªo que iba a ser distinto de todos. Ese sue?o es la pesadilla construida por sus gobiernos. Y, por ¨²ltimo, Espa?a, mi exilio. Viv¨ª aqu¨ª 34 a?os, el pa¨ªs se estaba revolviendo hacia la democracia. Una lecci¨®n hermosa que agradezco¡±.
En La amenaza,?militares juegan a nazis y atemorizan al muchacho jud¨ªo. Al general que quiere ser Hitler le arrebata la iniciativa Juan Domingo Per¨®n. En edad tan temprana, Abrasha prob¨® la hiel, que luego ser¨ªa dur¨ªsima cuando Lanusse comenz¨® el camino que Videla culmin¨® a sangre y fuego y odio.
?De d¨®nde viene ese veneno? ¡°Este adolescente de La amenaza observa esta pasi¨®n alemana de los militares, inspirados por el nazismo y la pasi¨®n por el poder absoluto. De aquella historia surge Per¨®n¡ Ese veneno est¨¢ latente entonces. En esa atm¨®sfera de fascismo o eras dem¨®crata o eras fascista. Como jud¨ªo te jugabas la vida si ganaba Hitler. Y el chico tiene miedo¡ No dir¨ªa que ese clima sigue vivo, pero s¨ª sigue latente el fracaso¡±.
Los argentinos siempre est¨¢n al d¨ªa, siempre lo saben todo. Creo que Argentina es un misterio similar a la cuadratura del c¨ªrculo
?Siempre el fracaso? ¡°La historia es como sigue: Argentina se independiza de Espa?a, pide un cr¨¦dito a Inglaterra y tarda 100 a?os en pagarlo. Ah¨ª empez¨® todo: Argentina es una familia que gasta m¨¢s que lo que gana. En realidad, hay una gran parte de la familia que vive en negro, cuyos manejos no conocemos¡±. El fracaso del mundo, la construcci¨®n m¨¢s ominosa de odio en el siglo XX, la conoci¨® en Berl¨ªn. Hubo una epidemia en Rusia, el padre decidi¨® llevarlos a Argentina, y deb¨ªan pasar por Berl¨ªn. All¨ª vio desfilar a los j¨®venes hitlerianos que luego Christopher Isherwood inmortaliz¨® en Adi¨®s a Berl¨ªn, de la que naci¨® Cabaret. Fue la barbarie de que la que fueron capaces los muchachos bellos.
Argentina fue ¡°una madrastra buena. Yo me siento hijo de Argentina. Rusia me tira, pero me olvid¨¦ de la lengua. Yo no tengo lengua materna, toda es adquirida, en mi cabeza est¨¢n el yidis, el hebreo, el franc¨¦s. El castellano lo aprend¨ª, no me naci¨®¡ Pienso en eso y me siento hu¨¦rfano, me hubiera gustado manejar mi idioma. Viv¨ªamos en una casa con mis primas, mis t¨ªos, mis padres que hablaban un idioma que no se hablaba en la calle. Qui¨¦n soy yo, me preguntaba. Y eleg¨ª un libro para entenderlo, la Biblia, lectura imponente para un ateo, que me abri¨® los ojos a sentir que ¡°lo que fue es y lo que es ser¨¢`, como dice el Eclesiast¨¦s¡±.
¡ª?Y por qu¨¦ Argentina comparte tantos fracasos con tanta maravilla?
¡ªLa maravilla argentina es c¨®mo de la tierra podrida, h¨²meda y mojada en la que nadie quisiera estar sale un arroz maravilloso. Por ejemplo, los uruguayos descubrieron a Bergman. ?Qui¨¦nes lo disfrutaron? Los argentinos. Siempre est¨¢n al d¨ªa, siempre lo saben todo. Salen de su pa¨ªs y lo dominan todo. Creo que Argentina es un misterio similar a la cuadratura del c¨ªrculo. Argentina es un misterio matem¨¢tico argentino.
La amenaza termina as¨ª: ¡°Vale la pena recordarlo¡± ?Y vali¨® la pena vivirlo? ¡°Claro que s¨ª¡ Tuve miedo, tuve angustia. Pero tengo un mecanismo para preguntarme c¨®mo salir del r¨ªo peligroso sin saber nadar. Hasta ahora me parece que lo pude conseguir¡±. En la librer¨ªa Abrasha Rotenberg se qued¨® buscando libros.
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