El ¡®annus horribilis¡¯ de las series espa?olas en abierto
En plena bonanza de plataformas, la ficci¨®n se hunde cada vez m¨¢s r¨¢pido en las cadenas generalistas
Las series espa?olas viven una curiosa paradoja: logran conquistar, en las plataformas, al p¨²blico internacional de manera nunca antes vista, pero en la televisi¨®n en abierto en horario de m¨¢xima audiencia viven la situaci¨®n m¨¢s dram¨¢tica que se recuerda. En unas parrillas en las que la ficci¨®n tiene cada vez m¨¢s complicado convivir con realities y concursos, las series aparecen como las grandes afectadas por el cambio en los h¨¢bitos de consumo de los ¨²ltimos a?os. La ficci¨®n se consume cada vez m¨¢s a la carta.
En Antena 3, Matadero perdi¨® en su recorrido, de enero a marzo, dos millones de los 3.336.000 espectadores que tuvo su estreno. Peor todav¨ªa le fue con 45 revoluciones, que en mayo se despidi¨® ante solo 277.000 espectadores: la serie de ficci¨®n menos vista de la historia de las cadenas privadas. Peque?as coincidencias arranc¨® frente a 2.124.000 televidentes, pero la semana pasada ya penaba en horario de madrugada ante solo 455.000 espectadores. A Telecinco no le ha ido mejor: Se?oras del (h)AMPA debut¨® en junio con entusiasmo ante 2.996.000 espectadores. Poco despu¨¦s del par¨®n veraniego, el canal decidi¨® retrasar su hora de emisi¨®n y conformarse con los 861.000 espectadores que tuvo la semana pasada. Otro descalabro fue Brigada Costa del Sol: de 2.469.000 televidentes en su arranque lleg¨® a despedirse ante solo 820.000.
TVE puede presumir de contar con la ¨²nica excepci¨®n: La caza: Monteperdido pr¨¢cticamente no perdi¨® audiencia desde su buen arranque: 2.400.000 espectadores la vieron empezar y 2.274.000 siguieron su final, logrando una fidelidad que desear¨ªan incluso veteranos como Aqu¨ª no hay quien viva o Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®.
El desenlace natural de este proceso ser¨¢ expulsar la ficci¨®n del prime time y trasladarla al consumo bajo demanda en las plataformas. Ese es el diagn¨®stico que hacen algunos de los creadores de series, que destacan la necesidad de un reajuste en la filosof¨ªa de las cadenas para salvar la ficci¨®n en el horario nocturno. "Las cadenas han ido tratando cada vez peor a las series en abierto porque es un producto que est¨¢ en entredicho comercialmente. No solo por la cuota de pantalla, que va a la baja escandalosamente, sino porque es un producto m¨¢s caro que otros programas m¨¢s transversales que cubren muchas m¨¢s horas de parrilla", plantea Alberto Caballero, responsable, junto a su hermana Laura, de ¨¦xitos como Aqu¨ª no hay quien viva o La que se avecina. Muy diferente es la situaci¨®n para la ficci¨®n diaria emitida por la tarde: "cumplen una funci¨®n m¨¢s clara y no hay alternativa evidente".?
"Con los resultados que est¨¢n obteniendo, las ca¨ªdas de audiencia y los vapuleos que sufren, va a ser muy dif¨ªcil sostener la inversi¨®n necesaria", alerta Ram¨®n Campos, que, como responsable de Bamb¨² Producciones junto a Teresa Fern¨¢ndez Vald¨¦s, lleva a?os trabajando tanto en la televisi¨®n en abierto como en plataformas con t¨ªtulos como Fari?a, Velvet o Las chicas del cable y tambi¨¦n 45 revoluciones. "Un canal en abierto puede producir por 540.000 euros por episodio, cuando una plataforma est¨¢ produciendo por encima de 700.000 euros. Llamar a los mejores actores, t¨¦cnicos... es cada vez m¨¢s dif¨ªcil", a?ade.
Ambos coinciden en dirigir parte de la culpa al horario, cada vez m¨¢s tard¨ªo, en que se emite. "Es un milagro absoluto que pueda haber tres millones de personas esperando hasta las 22.45 a que empiece una serie que termina casi a la una de la madrugada. No tiene sentido", explica Caballero.?
En cambio, las plataformas de pago est¨¢n apostando cada vez m¨¢s por el producto nacional. Su f¨®rmula es diferente: cobijados en su pol¨ªtica de no facilitar datos de audiencia, los ¨¦xitos son muy celebrados, pero los fracasos quedan ocultos. Adem¨¢s, el consumo r¨¢pido que promueven hace que los t¨ªtulos se quemen a gran velocidad. "Cuando una serie en abierto pegaba, la repercusi¨®n era muy alta y se prolongaba durante mucho tiempo", recuerda Campos. "Ahora el consumo es cada vez m¨¢s r¨¢pido y nos obliga a todos a trabajar m¨¢s r¨¢pido, y no s¨¦ hasta qu¨¦ punto se puede sostener eso".
Caballero destaca una ventaja en la producci¨®n para plataformas: frente a la competencia entre cadenas y la frecuente contraprogramaci¨®n que convierte a las series espa?olas en rivales entre s¨ª, en las plataformas hay sitio para todos. "Los que hacemos ficci¨®n hemos dejado de competir entre nosotros, y eso desde un punto de vista industrial est¨¢ muy bien", dice Caballero.
Las explicaciones pueden ser muchas, pero los datos son demoledores con las series espa?olas en abierto. Los responsables de algunas de las de m¨¢s ¨¦xito de los ¨²ltimos tiempos lo ven claro. "O las cadenas cambian de actitud, o la ficci¨®n en la televisi¨®n en abierto est¨¢ tocada de muerte", dice Campos. "Las series en prime time son una especie en extinci¨®n", concuerda Caballero.
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