Leonardo llega al Louvre sin el ¡®Salvator Mundi¡¯
El cuadro m¨¢s caro del mundo no figura en la exposici¨®n que el museo parisiense consagra al pintor en el 500? aniversario de su muerte
Despu¨¦s de diez a?os de preparativos, el Louvre inaugurar¨¢ el pr¨®ximo jueves la mayor exposici¨®n dedicada a la pintura y el dibujo de Leonardo da Vinci que haya tenido lugar hasta la fecha. La muestra, organizada con motivo del 500? aniversario de la muerte del genio renacentista, concentrar¨¢ 10 de sus cuadros ¨Co m¨¢s bien 11, si se le suma La?Gioconda, que permanecer¨¢ en la reci¨¦n renovada Sala de los Estados¨C, adem¨¢s de 88 dibujos y una veintena de manuscritos, sumados a un pu?ado de lienzos de sus contempor¨¢neos. Aun as¨ª, las ausencias dieron m¨¢s que hablar que esta asombrosa suma de botines en la visita previa para los medios que organiz¨® ayer el museo.
En las salas de la muestra, pr¨¢cticamente finalizada a pocos d¨ªas de la apertura, no figuraban ni el Hombre de Vitruvio, todav¨ªa retenido en Italia pese a que la justicia haya autorizado su pr¨¦stamo, ni el Salvator Mundi, vendido por la cifra r¨¦cord de 450 millones de d¨®lares (380 millones de euros) al pr¨ªncipe saud¨ª Bader al Saud en 2017. Los responsables de la muestra aseguran que el m¨ªtico estudio anat¨®mico llegar¨¢ a Par¨ªs ¡°en los pr¨®ximos d¨ªas¡±. La posibilidad de ver llegar el codiciado retrato parece, en cambio, menos probable. ¡°Hemos mantenido la petici¨®n de pr¨¦stamo y todav¨ªa quedan unos d¨ªas para la inauguraci¨®n¡±, dec¨ªa ayer, con optimismo algo impostado, el comisario de la muestra, Vincent Delieuvin, conservador de pintura italiana del Louvre. ¡°Si termina llegando estaremos felices. Pero, si no es as¨ª, la reuni¨®n de estas 162 obras ya es suficientemente impresionante¡±, a?ad¨ªa sobre una muestra que podr¨¢ visitarse en el Louvre hasta el 24 de febrero (solo con entradas reservadas por Internet, para evitar las previsibles aglomeraciones). La atribuci¨®n del cuadro ha despertado dudas entre algunos especialistas. El museo parisiense asegura que sentar¨¢ c¨¢tedra sobre su autor¨ªa cuando haya podido inspeccionar el lienzo. ¡°Si la obra viene al Louvre, los comisarios se pronunciar¨¢n sobre la cuesti¨®n¡±, precisaba ayer el conservador jefe de pintura del museo, S¨¦bastien Allard, erguido junto a la Madona Benois, un pr¨¦stamo excepcional del Hermitage.
La exposici¨®n s¨ª concentra otra versi¨®n del Salvator Mundi, propiedad de una colecci¨®n privada y atribuida al taller del artista. Adem¨¢s de los cinco leonardos que posee el Louvre en su colecci¨®n, como La Belle Ferronni¨¨re o San Juan Bautista, la muestra ha logrado pr¨¦stamos como El m¨²sico (de la Pinacoteca Ambrosiana), La despeinada (de la Galer¨ªa Nacional de Parma) o el llamado Cart¨®n de Burlington, cedido por la National Gallery de Londres. En cambio, no aparecen obras como la Ginevra de Benci, que permanece en Washington, o La dama del armi?o, que seguir¨¢ expuesta en Cracovia. Por motivos de conservaci¨®n, tampoco se solicitaron lienzos como La adoraci¨®n de los magos, cuyo estado es delicado.
A quienes esperaban una retrospectiva con aires de blockbuster definitivo, el Louvre les responde con una muestra sobria y erudita, que cede un lugar protagonista al proceso creativo del artista y a la dr¨¢stica evoluci¨®n de su t¨¦cnica gr¨¢fica y pict¨®rica. En sus pasillos cuelgan abundantes estudios previos y reflectograf¨ªas infrarrojas, m¨¦todo que revela las capas escondidas bajo la pintura, lo que permite visualizar los cambios realizados por el pintor durante la concepci¨®n de sus obras. La primera sala ya se distancia de las expectativas. La muestra no arranca con un gran formato cautivador, sino con un bronce de Andrea del Verrocchio, gran escultor del siglo XV, en cuyo taller florentino Leonardo estudi¨® el movimiento y el claroscuro. A su alrededor, cuelgan estudios sobre el drapeado que el aprendiz realiz¨® hacia 1473.
¡°Cuando un museo habla de un artista conocido, se da por sentado que tiene la c¨ªnica ambici¨®n de ganar dinero. Esta exposici¨®n demuestra que eso es falso¡±, respond¨ªa ayer Allard, subrayando que el museo ha hecho una apuesta por ¡°la seriedad¡± de sus tesis cient¨ªficas y no por el mero espect¨¢culo. La principal es que la pintura sigue siendo fundamental para entender su poli¨¦drica obra. ¡°Desde hace medio siglo se ha presentado su obra de manera fragmentada. Se ha hablado m¨¢s del arquitecto o del cient¨ªfico que del pintor, porque parec¨ªa reductor presentarlo as¨ª. Queremos recordar que la pintura siempre fue su puerta de acceso al conocimiento¡±.
El recorrido de la exposici¨®n refleja a un artista empe?ado en alejarse de las convenciones para inventar una nueva manera de pintar. ¡°Se distancia del imperativo de la forma perfecta, porque se da cuenta de que eso supondr¨¢ la muerte de la pintura, al ser una forma inm¨®vil¡±, se?ala Delieuvin. Leonardo emprende entonces su conquista del movimiento sobre el lienzo. Las finas capas de ¨®leo del sfumato le permitir¨¢n ¡°reproducir la vibraci¨®n de la vida¡±, en palabras del comisario, que recuerda que sus cuadros causaron ¡°terror¡± en una ¨¦poca que desconoc¨ªa la imagen en movimiento. ¡°Abri¨® los ojos a sus contempor¨¢neos sobre el poder de la obra inacabada, inaugurando una v¨ªa que conducir¨¢ hacia la abstracci¨®n en el siglo XX¡±, a?ade Delieuvin.
Nadie negaba ayer que los preparativos han sido especialmente arduos. Allard no dudaba en calificarla como la exposici¨®n ¡°m¨¢s dif¨ªcil¡± en la historia del museo. ¡°Las obras son escasas y fr¨¢giles. Es un proyecto muy caro que era esperado con expectaci¨®n, pero tambi¨¦n suspicacia¡±. ?Alguna vez se plante¨® dejarlo correr? ¡°No, porque el Louvre nunca se rinde¡±, zanja el conservador jefe. A esas dificultades se les sum¨® la pol¨¦mica generada por la reticencia del Gobierno italiano a mandar sus obras a Par¨ªs, seguida del recurso judicial de una asociaci¨®n veneciana que intent¨® frenar estos pr¨¦stamos. ¡°Lamento la pol¨¦mica, pero Italia ha acabado siendo nuestro principal socio en el proyecto¡±, recuerda Allard. ¡°Hemos tenido dificultades. Pero, en el fondo, son las mismas que vive la propia Europa¡±.
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