Bong Joon-ho, un coreano al mando del cine mundial
¡®Par¨¢sitos¡¯, Palma de Oro en Cannes, se estrena en Espa?a, y es una de las grandes favoritas al Oscar a mejor pel¨ªcula internacional
"Huele a nabo deshidratado, a trapo sucio. Huele como a la gente en el metro". La reflexi¨®n olfativo-clasista sale de boca de un triunfador, un hombre rico que vive en una casa de dise?o en uno de los barrios ricos de Se¨²l. Tumbado en un sof¨¢, abrazado a su mujer, no se da cuenta de que el olor procede de su ch¨®fer, que permanece escondido debajo de la mesa adyacente. Su trabajador no quiere que le descubran y salte por los aires la estrategia que ha urdido su familia para mejorar su estatus econ¨®mico. Son, aparentemente, esos arribistas que dan t¨ªtulo a la s¨¦ptima pel¨ªcula del coreano Bong Joon-ho, Par¨¢sitos, con la que obtuvo la ¨²ltima Palma de Oro de Cannes -la primera de su pa¨ªs, y por ello m¨¢s de 3.000 personas fueron a recibirle a su llegada al aeropuerto de la capital coreano cuando volvi¨® con el trofeo- y principal favorita junto a Dolor y gloria, de Pedro Almod¨®var, a obtener el Oscar a mejor pel¨ªcula internacional. Antes, llega a las salas espa?olas el pr¨®ximo viernes.
"Es Corea del Sur como podr¨ªa ser Espa?a". Entre risas, Bong (Daegu, 50 a?os) habla del pa¨ªs que considera casi de adopci¨®n. "Sabes bien que conozco tu tierra. Soy fruto del festival de San Sebasti¨¢n, recib¨ª un homenaje en el de Valladolid -y agradezco mucho aquel galard¨®n-, entre mis directores favoritos est¨¢n Paco Plaza y Carlos Saura, y creo que las sociedades coreanas y espa?olas se parecen bastante", asegura. Por no hablar de que para las persecuciones del monstruo de The Host us¨® como referencia los encierros de los sanfermines. La charla tiene lugar dos d¨ªas antes de la lectura del palmar¨¦s en Cannes, y Bong intenta usar alguna palabra espa?ola en sus frases en coreano, empe?o que abandona r¨¢pidamente. 48 horas m¨¢s tarde, con la Palma en la mano, el cineasta se cruza con este periodista y tras la felicitaci¨®n, insiste: "Da recuerdos a San Sebasti¨¢n y Valladolid. Seguiremos hablando". El galard¨®n ha imposibilitado su posible viaje a Espa?a.
Bong siempre se ha movido en el cine de g¨¦neros para hablar de desigualdades y discriminaciones. ¡°Me sale as¨ª, no logro cambiar¡±. Daba lo mismo si su trama se desarrollaba en un tren futurista (Snowpiercer) o en la Corea rural (Memories of Murder): el cineasta incluye un trasfondo social: "Es terrible. No conocemos una alternativa al capitalismo, pero no sabemos encauzarlo, Y hoy cada vez parece m¨¢s dif¨ªcil ascender de una clase social a otra". En Par¨¢sitos una familia pobre, que vive en un semis¨®tano, encuentra la manera de colocarse como trabajadores al servicio de una familia boyante econ¨®micamente. La situaci¨®n se aloca cuando empieza una guerra entre el pisar y el ser pisado. "Alguien podr¨ªa pensar que el humor negro est¨¢ exagerado en Par¨¢sitos. Puede, pero tiene conexiones con lo que pasa en la vida real", asegura. "Bueno, todos somos par¨¢sitos de todos. Nos quitamos la respiraci¨®n unos a otros. No nos respetamos como individuos, y eso explica las explosiones de violencia que est¨¢n d¨¢ndose por todo el mundo. Si escuchas al otro, aunque no le entiendas al menos no le pegas".
Solidaridad humana
En algunas de sus pel¨ªculas, como The Host o Snowpiercer, se apuntaba a una solidaridad humana que llevaba a crear v¨ªnculos emocionales muy fuertes entre sus personajes, tuvieran o no lazos de sangre. En cambio, en Par¨¢sitos y en The Mother la familia impone su disciplina. ¡°Porque ambas son comedias negras que hablan de las debilidades que escondemos. Creo que en la realidad, al menos yo as¨ª lo hago en mi vida, deben coexistir las familias consangu¨ªneas y las que construyes con tus amistades¡±.
Con todo, Bong es bastante pesimista con el devenir del mundo: ¡°Mi pa¨ªs no va bien. hemos crecido econ¨®micamente, aprovechando el impulso tecnol¨®gico. Y, sin embargo, los pobres son cada vez m¨¢s pobres, y los ricos, m¨¢s ricos. Las injusticias crecen. Lo mismo pasa en el resto del mundo. Hay un ambiente pesimista, y no, no creo que el cine sea capaz de provocar cambios. Pero, al menos, ilumina la situaci¨®n. Que no se nos olvide d¨®nde y al lado de qui¨¦n estamos¡±.
¡°Es un honor competir junto a un creador como Almod¨®var¡±
Al ganar la Palma de Oro, Bong Joon-ho entr¨® en una espiral de promoci¨®n en EE UU, que se intensific¨® al convertirse en candidato por Corea del Sur al Oscar a mejor pel¨ªcula internacional. Lleva semanas all¨ª, de donde se ha escapado en contadas ocasiones para volver a casa o entregar, como hizo el viernes, un premio a Francis Ford Coppola, en Lyon (Francia). Ten¨ªa previsto pisar Espa?a, visita que se ha frustrado por la presi¨®n de su distribuidora estadounidense. Pero por tel¨¦fono accede a hablar sobre Pedro Almod¨®var: al Oscar internacional se han presentado 93 pa¨ªses, pero parece una competici¨®n cerrada solo a dos candidatos: Par¨¢sitos y Dolor y gloria. "Es un honor para un cineasta como yo estar en cualquier competici¨®n ¡ªy as¨ª pas¨® en Cannes y ocurre ahora en los Oscar¡ª con un creador como Almod¨®var. No he visto Dolor y gloria por culpa de estos viajes, aunque me gustar¨ªa dejar claro que ardo de ganas de verla. Pedro es el autor de un pu?ado de obras maestras, como Mujeres al borde de un ataque de nervios o Todo sobre mi madre.?Particularmente, soy muy fan de la colaboraci¨®n entre ¨¦l y el m¨²sico Alberto Iglesias, de la que han surgido unas bandas sonoras formidables. Recuerdo que pude charlar con ¨¦l con la proyecci¨®n de Okja en Cannes y disfrut¨¦ tanto hablando con Pedro sobre su obra... Es uno de los grandes".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.