El gigantismo de Plensa aterriza en un patio neog¨®tico mexicano
¡®Detr¨¢s del muro¡¯, una de las esculturas monumentales del artista espa?ol, llega al Museo Nacional del Arte tras exponerse en Nueva York
La frente de la escultura, una inmensa superficie blanca, tersa y ligeramente ondulada, contrasta con las severas l¨ªneas rectas de los ventanales, las columnas de relieves cuadrados y los retorcidos faroles de hierro negro. La apabullante cabeza, m¨¢s de siete metros de alto y dos toneladas de peso, parece haber aterrizado desde un ovni en este patio de principios de siglo XX, entre lo neocl¨¢sico y lo neog¨®tico.
El efecto de extra?eza tambi¨¦n lo sintieron los operarios del Museo Nacional del Arte (MUNAL), que han tardado casi una semana montar la obra, despiezada y embalada en tres camiones para la ocasi¨®n. No es lo mismo encajar un gigante en un patio en semic¨ªrculo de apenas 15 metros de ancho, que en la plaza abierta del Rockefeller Center con la quinta avenida de Nueva York, la anterior sede de Detr¨¢s del muro, del escultor Jaume Plensa.
Las monumentales cabezas, entre el hieratismo antiguo de las efigies de la isla de Pascua y los cr¨¢neos inflamados estilo alien¨ªgena, son marca de la casa de Jaume Plensa (Barcelona, 1955), uno de los artistas espa?oles m¨¢s internacionales y cotizados. Adem¨¢s de la plaza Rockefeller, el tambi¨¦n neoyorquino Madison Square Park, el Toranomon Hills de Tokio, la playa Botafogo de R¨ªo de Janeiro o el Palazzo Cavalli-Franchetti de Venecia han acogido sus figuras de gran escala.
Casi siempre femeninas. Laura, Paula, In¨¦s, Awilda. Ninfas o musas con ecos a la cultura cl¨¢sica. Pulidas en madera, bronce o resina de poli¨¦ster y polvo de m¨¢rmol, como la reci¨¦n inaugurada este mi¨¦rcoles en la capital mexicana, que en este caso rompe un tanto la solemnidad del retrato con dos manos que se cubren los ojos.
¡°Queremos provocar un di¨¢logo tanto con edificio (palacio de comunicaciones durante el porfiriato) como con nuestra colecci¨®n, sobre todo la correspondiente al siglo XX y las vanguardias¡±, apunta la directora del museo, Carmen Gait¨¢n, con apenas dos meses en el cargo. Bajo su batuta el MUNAL ha rescatado algunas joyas olvidadas de su colecci¨®n ¨Cobras tempranas de Siqueiros, Orozco o Rivera¨C, para enriquecer el fabuloso cat¨¢logo ¨Cque abarca desde la ¨¦poca virreinal hasta la primera mitad del XX¨C de uno de los grandes museos p¨²blicos mexicanos.
La exposici¨®n de Plensa inaugura adem¨¢s otra de las apuestas de la nueva direcci¨®n: convertir tambi¨¦n el patio interior un espacio expositivo m¨¢s del museo. Con un presupuesto de 1,8 millones de pesos (cerca de 100.000 d¨®lares), el proyecto ha visto la luz gracias a la colaboraci¨®n de la galer¨ªa que representa al artista, la neoyorquina Lelong, fondos p¨²blicos mexicanos y patrocinadores coordinados por la Fundaci¨®n Callia, expertos en mecenazgo. ¡°Es la primera vez que una de sus obras se exhibe en un museo p¨²blico latinoamericano. Queremos que M¨¦xico sea su puerta de entrada a Latinoam¨¦rica¡±, explica Carmen Reviriego, directora de Callia y comisaria de la exposici¨®n.
Silencio, poes¨ªa, serenidad, reflexi¨®n o espiritualidad son descripciones que suelen asociarse a la obra de Plensa, y con que el propio autor tambi¨¦n se siente c¨®modo. ¡°En esta caso, una joven que se lleva las manos al rostro para cubrirse los ojos. Podr¨ªa parecer una figura evasiva de la realidad contempor¨¢nea. Sin embargo, se trata de una pieza que invita a detenernos y a reflexionar en medio de la prisa y la vor¨¢gine, en medio de este mundo complicado¡±, apunta el curador H¨¦ctor Palhares de una de las obras que m¨¢s fotograf¨ªas y selfies ha provocado a su paso por Nueva York, compitiendo con otra instalaci¨®n que ocup¨® el mismo espacio: el espejo gigante que reflejaba la punta de la torre comercial, a cargo de Anish Kapoor. Dos escultores que tambi¨¦n comparten el hecho de recibir m¨¢s atenci¨®n y entusiasmo por parte del p¨²blico y el mercado, que de manos de la cr¨ªtica.
Plensa, en todo caso, puede presumir de prestigiosos galardones como la Medaille de Chevalier des Arts et des Lettres, del Ministerio de Cultura de Francia; el Premio Nacional de Bellas Artes, del Gobierno de Espa?a en 2012, o el t¨ªtulo de Doctor Honoris Causa del Art Institute of Chicago. El a?o pasado fue su coronaci¨®n definitiva en los museos espa?oles con una amplia retrospectiva en el MACBA de Barcelona y otra muestra en el Reina Sof¨ªa.
Babelia
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