Peter Handke, poeta dram¨¢tico
Al escritor le han dado el Nobel. ?M¨²sica de caravanas!
En 1966 yo era un cr¨ªo y no vi Insultos al p¨²blico, la primera obra de Peter Handke, dirigida por Ricard Salvat en el Romea, pero hablaban mucho de aquella funci¨®n que no pudo acabar: la parroquia se tom¨® al pie de la letra el t¨ªtulo y arm¨® un foll¨®n que hizo ¨¦poca. Algunos se preguntaban c¨®mo la censura hab¨ªa dejado estrenar aquello, y yo pensaba que el tal Handke ten¨ªa que ser alguien muy lanzado. En los primeros a?os setenta, tres meteoritos cayeron en el Capsa barcelon¨¦s. En 1971, programa doble: Informe para una academia, de Kafka, y El pupilo quiere ser tutor, una pantomima furiosa del se?or Handke, que repiti¨® de nuevo (y arras¨®) con Gaspar al a?o siguiente. Con la tr¨ªada me qued¨¦ alelado. Jos¨¦ Luis G¨®mez, un actor enteco y el¨¦ctrico como un labriego bajo un rayo, se trajo los regalos bajo el brazo. El director Joan Oll¨¦ contaba que decidi¨® su carrera en el teatro Capsa, donde fue doce veces a ver Gaspar (y conoci¨¦ndole me lo creo), tomando notas y notas en la oscuridad como si sus palabras fueran el evangelio revelado.
En 1982, la Gabia de Vic, dirigida por Joan Anguera, presenta en el Lliure un nuevo Handke: La cavalcada sobre el llac de Constan?a. Atm¨®sfera on¨ªrica, ba?ada en la niebla de la Plana. Los gestos llegaban como una danza de invierno. Y las palabras, como quien con la nariz rompe la capa de hielo del lago. Oll¨¦ dirige otros dos Handkes. En 1996, en el Mercat/Grec, De poble en poble. El poeta segu¨ªa maravill¨¢ndome. Recuerdo las dos citas que abr¨ªan la obra: ¡°Una lentitud tierna es el tempo de estos discursos¡±, de Nietzsche, y Rolling On The River, de los Creedence. S¨®lo a alguien como el autr¨ªaco se le pod¨ªa ocurrir juntar una frase de Ecce Homo y el estribillo de Proud Mary: esa mezcla es su esencia. O la voz de Nova, la protagonista, hablando como una sibila lorquiana: ¡°Hombre de ultramar, ciego para las gotas de sangre en la nieve¡±. O acabar con esta acotaci¨®n que es puro Van Morrison: ¡°M¨²sica de caravanas¡±.
En 2003, otra gloriosa locura: Oll¨¦ convoca en el Grec a dieciocho int¨¦rpretes para perderse y encontrarse en una plaza bajo el hermoso t¨ªtulo de L¡¯hora en qu¨¨ res no sab¨ªem els uns dels altres (1992). Un dibujo en el agua, un brote de fiebre en los ojos, un espect¨¢culo para ser silbado. Lo ¨²ltimo de teatro que vi de Handke fue Los irracionales se extinguen (1973), rebautizada como Quitt y dirigida por Llu¨ªs Pasqual en el Lliure, en 2012. Un reparto encabezado por Eduard Fern¨¢ndez, entre emperador loco y boxeador contra las cuerdas. Dos objetivos del poeta: ¡°Hacer que el mundo sea de nuevo visible con epopeyas de lo cotidiano¡± y ¡°Los personajes deber¨ªan poder dirigirse unos a otros como anta?o los h¨¦roes a los dioses¡±. Cruza Tarz¨¢n en su liana sobre los ¨¢rboles del bosque entre Meudon y Clamart. Se ilumina la tarde. A Peter Handke le han dado el Nobel. ?M¨²sica de caravanas!
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