El di¨¢cono Vincentius que resolvi¨® el enigma del obispo
Hallada la espectacular tumba decorada de un cl¨¦rigo del siglo VI que confirma la existencia de un episcopado medieval en Ciudad Real
Si Sherlock Holmes pod¨ªa, a partir de una min¨²scula pista, saber qui¨¦n hab¨ªa sido el asesino, el equipo del profesor de Historia Antonio Manuel Poveda Navarro (Universidad de Alicante) y del arque¨®logo Jos¨¦ Luis Fuentes S¨¢nchez (Universidad de Granada) ha resuelto una de las grandes inc¨®gnitas del mundo religioso visigodo gracias a haber hallado enterrado un modesto pedazo de cer¨¢mica norteafricana en el t¨¦rmino municipal de Gran¨¢tula de Calatrava (Ciudad Real): si existi¨® o no el Obispado de Oretum, qui¨¦n lo destruy¨® y por qu¨¦. Han demostrado con este descubrimiento que al sur de la entonces todopoderosa Toledo, en el siglo VI se alz¨® el muy discutido episcopado -con obispo y di¨¢cono incluidos (una especie de ayudante no secular que realizaba las labores que su superior no quer¨ªa)-, y hasta han hallado el espectacular sepulcro de este ¨²ltimo. El di¨¢cono fue inhumado, adem¨¢s, en un mausoleo, bajo 15 capas de protecci¨®n, y rodeado de decenas de tumbas de fieles que lo adoraban. Se llamaba Aurelius Vincentius y sobrevivi¨® 70 a?os, menos de los que logr¨® perdurar el episcopado donde realizaba su labor pastoral y que fue aplastado, finalmente, por la envidiosa Toledo.??
Toledo en el siglo VI era la capital del reino visigodo y, por ende, contaba con el m¨¢s poderoso obispado. En ella se celebraban los concilios que deb¨ªan decidir, entre otras cuestiones, si los monarcas -y el pueblo en consecuencia- deb¨ªan profesar la fe arriana o la cat¨®lica. Cualquier intento de levantar un episcopado al sur de la ciudad y, por tanto, de disminuir su poder acarrear¨ªa su ira. "Cuando la di¨®cesis de Oretum lo intent¨®, Toledo exigi¨® a Roma que lo impidiese. Y lo hizo mediante dos bulas firmadas por el propio Papa", explica Antonio Manuel Poveda, uno de los directores de las excavaciones. Hasta ah¨ª, la historia oficial.
Pero todo cambi¨® cuando en 2005 un equipo arqueol¨®gico comenz¨® a excavar un hamm¨¢n (ba?os ¨¢rabes) en Gran¨¢tula de Calatrava. Los ba?os hab¨ªan sido construidos en el siglo IX sobre un anterior asentamiento visigodo. Al abrir el terreno, los expertos vieron que bajo este se distingu¨ªa un mosaico. Lo fotografiaron y lo taparon. Este pasado verano, el equipo de Poveda y Fuentes volvi¨® a abrir el subsuelo: all¨ª segu¨ªa la bell¨ªsima lauda elaborada con teselas y un criptograma que hac¨ªa referencia a Cristo. En la parte inferior se mostraba una inscripci¨®n: Di¨¢cono Aurelius Vincentius, muerto a los 70 a?os". Y al abrir la tumba bajo la lauda, el cuerpo del eclesi¨¢stico.??
As¨ª comenz¨® la fase deductiva de la investigaci¨®n. Si hab¨ªa di¨¢cono, hab¨ªa obispo. Si hab¨ªa obispo, hab¨ªa obispado. ?Pero en qu¨¦ fechas? No quedaba constancia. En Toledo, se celebraron en aquellos tiempos los concilios II y III, en los a?os 527 y 589. En el primero de ellos no hay registrada la presencia de ning¨²n supuesto "obispo de Oretum", pero s¨ª de cuatro prelados de los que no se conoce su procedencia.
Cuando se encontr¨® este verano la tumba de Aurelius Vincentius se descubri¨® que hab¨ªa sido recubierta, para protegerla, con 15 capas de distintos materiales, incluida una c¨¢mara de aire que fue construida con tejas y cer¨¢mica. Uno de los peque?os trozos encontrados (unos 15 cent¨ªmetros) correspond¨ªa a un plato fabricado en el norte de ?frica entre el 530 y el 570, de los conocidos como del tipo Clara D. Es decir, como muy tarde, el fragmento fue utilizado en la excavaci¨®n mortuoria del fallecido entre los a?os 570 y 580, momento en que Aurelius era di¨¢cono y, por lo tanto, estaba a las ¨®rdenes de un obispo, el de Oretum. El enigma quedaba resuelto.
El cuerpo encontrado en el sepulcro fue enterrado a finales del VI con una especie de toga (dalm¨¢tica) y un c¨ªngulo (cord¨®n para la cintura), pero el paso de los siglos ha convertido ambos en polvo. Dentro del enterramiento, aparte de sus huesos, no se ha hallado ning¨²n otro objeto de valor. "Esto demuestra", indica Poveda, "que deseaba ser enterrado con toda humildad, alejado de otra corriente eclesial existente en la ¨¦poca y que propugnaba enterramientos m¨¢s ricos. La pel¨ªcula El nombre de la rosa refleja muy bien esta divisi¨®n".
Ahora, todos los restos se encuentran en el Instituto de Investigaci¨®n Arqueol¨®gica de Oretum (Gran¨¢tula de Calatrava), y como permite la legislaci¨®n podr¨¢n quedarse en ¨¦l o ser trasladados al Museo Provincial de Ciudad Real, donde descansar¨¢n con una cartela en la que podr¨ªa leerse: "Tumba de Aurelius Vincentius, fallecido a los 70 a?os y humilde y amado di¨¢cono del Obispado de Oretum, el que anul¨® Toledo en el siglo XIII para mantener su poder tras la conquista cristiana de las tierras del sur".
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