Tres cabalgan juntas
'Las b¨¢rbaras', de Luc¨ªa Carballal, es un multiacierto: una comedia cr¨ªtica, ¨¢cida, con tres fenomenales actrices y?muy bien dirigida
Tres amigas ¡°de toda la vida¡± se re¨²nen en un hotel fronterizo convocadas por una muchacha muerta. Pero Las b¨¢rbaras, de Luc¨ªa Carballal, que se est¨¢ viendo en la sala Francisco Nieva del Valle-Incl¨¢n, no es un drama. Y por otro lado, definir a Encarna (Amparo Fern¨¢ndez), Carmen (Mona Mart¨ªnez) y Susi (Ana Wagener) por sus profesiones es quedarse bastante corto. Hay que escucharlas hablar, lo que dicen y lo que no se han dicho en los ¨²ltimos a?os. Hablar de c¨®mo son sus vidas, de lo que han dejado atr¨¢s, de a lo que no quieren renunciar. Contra todo lo que tuvieron que luchar sin perder nunca del todo el sentido del humor. Carballal ha tratado de ¡°observar sin imponer mi juicio a una generaci¨®n crecida en el franquismo, que experimentaron una ruptura hist¨®rica con madres y padres¡±. Pero Las b¨¢rbaras tampoco es una proclama. De alg¨²n modo, la autora quiso escuchar a esa generaci¨®n, tender un puente ¡°pasando por encima de nuestras diferencias, que son much¨ªsimas¡±. O, como apunta Carol L¨®pez, su directora, quiz¨¢ sea ¡°una cr¨ªtica del feminismo desde el feminismo¡± en clave de comedia de bulevar. Es singular, desde luego, pero dir¨ªa que no es su tema central: la funci¨®n es caleidosc¨®pica y aborda muchos asuntos, con el paso del tiempo a la cabeza. Hay que celebrar tambi¨¦n que los papeles principales se hayan escrito para estupendas actrices maduras, demasiadas veces relegadas a roles por debajo de su val¨ªa. Y, sobre todo, destacar esa mirada llena de humor y bonhom¨ªa (pero tambi¨¦n con dardos) sobre unos personajes construidos, como dice la autora, ¡°con el derecho a la contradicci¨®n: ese lugar donde una idea y su contraria conviven en la misma persona, en la misma frase, en la misma emoci¨®n¡±.
Las criaturas de Luc¨ªa Carballal (la indefinible familia de Una vida americana, la pareja de escritores de La resistencia) funcionan porque te las crees, por el equilibrio entre tonos. Por ejemplo, entre el perfil realista de las tres mujeres y el detonante de la historia: la herencia oculta, deliciosamente inveros¨ªmil, casi de cuento. O esos di¨¢logos que te hacen re¨ªr mientras sueltan verdades como pu?os, que parecen muy sencillos y a la vez son sofisticados, de alta comedia. En Las b¨¢rbaras todo funciona, incluso lo que est¨¢ al borde del tropez¨®n, porque est¨¢ muy pensado y parece fluir por s¨ª solo. Otro ejemplo: la escenograf¨ªa de Jos¨¦ Novoa para la sala de ese hotel ir¨®nicamente llamado Juventud, donde tiene lugar la acci¨®n. Tiene algo de espacio on¨ªrico, como dise?ado por un disc¨ªpulo de Lynch tirando a listillo, pero cuela porque no pierde la toma de tierra, combina as¨ª realidad y misterio, y evoca el espacio adolescente de las protagonistas.
El espect¨¢culo ha sido, pues, un multiacierto. El texto, siempre sorprendente, de la Carballal; el espacio de Novoa; la direcci¨®n de Carol L¨®pez, no en vano responsable de aquel celebrado Hermanas. Y acierto grande haber elegido a las tres amigas: ves y escuchas a Encarna, Carmen y Susi y te resulta muy dif¨ªcil (a m¨ª por lo menos) imaginarlas interpretadas por otras que no fueran Amparo Fern¨¢ndez, Mona Mart¨ªnez y Ana Wagener. Las tres est¨¢n fant¨¢sticas y pautan su material de maravilla: clavan frases y tonos como suelen hacerlo, por ejemplo, quienes trabajan para Alfredo Sanzol. Sin buscar la risa, pero precisamente por eso haciendo que te partas. O como sol¨ªa hacer su abuelo morgan¨¢tico Jaime de Armi?¨¢n. Y a ratos, sin que tenga nada que ver con sus mundos, me recuerdan el humor sarc¨¢stico de Susan Harris, la autora de Las chicas de oro. A Amparo Fern¨¢ndez me la descubri¨® Carol L¨®pez en Hermanas y no ha parado de hacer comedia: hac¨ªa tiempo que no la ve¨ªa en escena y ha sido de nuevo un aut¨¦ntico placer. De hecho es un regalo ver y escuchar a las tres. Ana Wagener tiene algo alegremente p¨¦rfido en sus r¨¦plicas a lo Dorothy Parker, y Mona Mart¨ªnez me recuerda el burbujeo risue?o de Concha Velasco.
Hay un cuarto personaje: adivinaron que se trata de B¨¢rbara, pero es dif¨ªcil adivinar (y no ser¨¦ yo quien lo cuente) que est¨¢ y no est¨¢ en escena. Se reparten al enigm¨¢tico personaje dos estupendas cantantes: Maria Rod¨¦s (discazo: Maria canta copla) y Tulsa (Miren Iza, ultrapresente en Los exiliados rom¨¢nticos, de Jon¨¢s Trueba). Lo de ¡°est¨¢ y no est¨¢¡± digamos que podr¨ªa referirse a la esencia del personaje, muy bien dibujado. Sus versiones funcionan perfectamente, desde Yo no soy esa, de Mari Trini, hasta A qui¨¦n le importa, de Alaska y Dinarama. Tambi¨¦n se agradece que no hayan ca¨ªdo en la sorna a la hora de elegir las canciones, que nos llegan con emoci¨®n y una suave melancol¨ªa. Otra buena elecci¨®n de tono. Yo creo que Las b¨¢rbaras va a ser un ¨¦xito en toda Espa?a. Se lo merece.
Las b¨¢rbaras Texto: Luc¨ªa Carballal. Direcci¨®n: Carol L¨®pez Teatro Valle-Incl¨¢n. Madrid. Hasta el 24 de noviembre
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