El ¡°Miguel ?ngel de la miniatura¡± entra en el Museo del Prado

El Museo del Prado ha recibido el dep¨®sito de una miniatura del artista veneciano Giulio Clovio (1498-1578), donado a la American Friends of the Prado Museum por la coleccionista Pilar Conde Guti¨¦rrez del ?lamo, hermana de Rosa Conde, exportavoz del Gobierno con Felipe Gonz¨¢lez. La pintura ha permanecido en una coleccio?n privada en Espan?a hasta poco antes de ser adquirida por la donante. La escena recrea la leyenda de Cristo resucitado, copia de un modelo escult¨®rico de dos metros de altura hecho en m¨¢rmol por Miguel ?ngel, cuatro d¨¦cadas antes y que se conserva en bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa sopra Minerva, en Roma.

El Cristo con la cruz, de 1565, es un temple y oro sobre pergamino montado sobre una tabla de menos de 20 cent¨ªmetros de altura. El Museo L¨¢zaro Galdiano conserva una?Sagrada Familia con santa Isabel y san Juanito, de 1556-1557, realizado con la misma t¨¦cnica y pr¨¢cticamente del mismo tama?o. El ¨²nico rastro que ten¨ªa el museo del Prado de Clovio, quien fuera amigo de El Greco, es una miniatura de devoci¨®n (La Virgen de la leche) sobre tablilla de marfil, an¨®nima, pero con una aplicaci¨®n del color propia de la escuela renacentista de iluminadores implantada por Clovio.

En la segunda edici¨®n de sus?Vidas, Giorgio Vasari dedic¨® a este pintor una de sus biograf¨ªas de artistas vivos, incluida junto con las de Tiziano, Sansovino, Primaticcio y Leone Leoni, despu¨¦s de la de Miguel ?ngel. El historiador se mostr¨® incondicional de la obra del miniaturista: ¡°No ha habido nunca, ni tal vez habr¨¢ en muchos siglos, un miniador o pintor de cosas peque?as, si as¨ª queremos llamarle, m¨¢s extraordinario ni m¨¢s excelente que don Giulio Clovio, pues este ha superado en mucho a cuantos se han ejercitado en hacer esta clase de pinturas¡±.

A peque?a escala

El artista, que efectivamente dedic¨® su carrera a la iluminaci¨®n de c¨®dices, cuadros de peque?o formato, miniaturas y dibujos, fue aplaudido por Vasari gracias a su obra maestra, el?Libro de horas de Alejandro Farnesio (1546). El volumen contiene 26 miniaturas a p¨¢gina completa (episodios del Antiguo y Nuevo Testamento) y 37 hojas con orlas miniadas, y estuvo en poder de Clovio hasta meses antes de su muerte, cuando se lo entreg¨® al cardenal Farnesio.

¡°Podemos decir que don Giulio ha superado en esta especialidad a los antiguos y a los modernos, y que en nuestros tiempos ha sido un peque?o y nuevo Miguel ?ngel¡±, escribi¨® Vasari. Al compararlos, defini¨® a Clovio como el ¡°nuevo¡± Miguel ?ngel de la miniatura, porque seg¨²n el cronista nunca nadie en su arte hab¨ªa podido alcanzarlo. Sin embargo, en el matiz de ¡°peque?o¡± desvela el cambio de gusto a favor de la pintura y olvido de la miniatura.

La habilidad de Clovio consist¨ªa en recrear la manera monumental de Miguel ?ngel en peque?o formato. Adem¨¢s, fue un sobresaliente consejero en materia art¨ªstica del cardenal Alejandro Farnesio. De ah¨ª que, el 16 de noviembre de 1570, le remitiera una carta de recomendaci¨®n de El Greco. Dos a?os m¨¢s tarde, el pintor cretense retrat¨® al miniaturista con su obra maestra, el Libro de horas de Alejandro Farnesio, entre sus manos.

Los v¨ªnculos de Clovio con el patrimonio espa?ol no acaban ah¨ª, porque su manera fue determinante para la formaci¨®n de la conocida como ¡°escuela escurialense¡± de miniatura, al servicio de Felipe II. Seg¨²n apunta Vasari, Clovio, mientras estaba en Roma en 1516, aprendi¨® ¡°la manera de emplear las tintas y los colores a la goma y al temple¡± de Giulio Romano, quien le recomend¨® especializarse en la miniatura.

Diez a?os m¨¢s tarde Clovio se centr¨® en su carrera art¨ªstica y ¡°se puso a dibujar y a procurar imitar con denodado esfuerzo las obras de Miguel ?ngel¡±, escribe Vasari. Desde ese momento, y gracias a la observaci¨®n que tuvo de la Capilla Sixtina, ser¨ªa aplaudido por la habilidad que ten¨ªa de representar figuras peque?¨ªsimas como si fueran gigantes.