Tres sombreros de copa y alrededores
Est¨¢ bastante completa la pieza teatral de Mihura; la m¨²sica instrumental es de muy buena factura. Solo queda por lamentar que el guiso no cuaje
Cada vez que aparece la posibilidad de una zarzuela actual vuelven los habituales fantasmas: ?qu¨¦ es una zarzuela? ?Ser¨¢ esta? La adaptaci¨®n del cl¨¢sico de Miguel Mihura, Tres sombreros de copa, parec¨ªa contar, a priori, con buenas credenciales. Una obra teatral divertida, escrita a inicios de los treinta, justo cuando el g¨¦nero de la zarzuela se encontraba en una de sus c¨²spides, la ¨²ltima, aunque no lo supieran¡ Y en la zarzuelizaci¨®n de este referente del teatro c¨®mico espa?ol ha cre¨ªdo el compositor alicantino Ricardo Llorca, m¨²sico afincado de largo en Nueva York, donde es profesor de su materia en la prestigiosa escuela Juilliard. Llorca es, desde luego, un compositor de s¨®lida formaci¨®n y sus miradas a Espa?a son frecuentes.
Pero parece inevitable que su visi¨®n como m¨²sico de teatro est¨¦ mucho m¨¢s cerca del teatro musical que de la zarzuela. ?Que cu¨¢l es la diferencia? Para empezar que el gran teatro musical se ha desarrollado cuando la zarzuela ya no ten¨ªa pulso. No deber¨ªa ser grave que Llorca piense en t¨¦rminos de teatro musical, el problema es que la obra de Mihura apenas deja resquicios para ello. Y como a Llorca le gusta la obra teatral y la respeta, el resultado no termina de cuajar.
Hay momentos muy brillantes, especialmente los colectivos, como la conga de la loca compa?¨ªa que invade la tranquilidad del atribulado protagonista, o la presentaci¨®n de Madame Olga, la mujer barbuda, que el tenor Enrique Viana hace suya con brioso desparpajo. Pero, las mini arias que el m¨²sico incrusta en medio del r¨ªo verbal de Mihura no siempre a?aden a la historia ni consiguen alcanzar el vuelo l¨ªrico que justifica un teatro musical o una zarzuela. Funcionan bien, no obstante, algunos momentos de m¨²sica incidental de fondo, al modo cinematogr¨¢fico, por m¨¢s que el poliestilismo del compositor cuente historias diferentes de las que el texto de Mihura pretende.
En general, los ingredientes son interesantes, est¨¢ bastante completa la pieza teatral de Mihura; la m¨²sica instrumental es de muy buena factura, destacando la capacidad de Llorca para individualizar los timbres; y el trabajo del elenco es de mucho m¨¦rito. Solo queda por lamentar que el guiso no cuaje; o bien Tres sombreros de copa no tiene la versatilidad que debe tener un libreto, siempre peor literatura, pero mejor adaptada a la potencialidad de la m¨²sica para crear sus propios significantes, o bien el mundo musical de Llorca maneja c¨®digos expresivos y estil¨ªsticos que parecen reclamar textos creados a la medida de su imaginaci¨®n. El p¨²blico puede pasarlo bien, pero la huella de las impresiones positivas es de corto alcance.
En el apartado de la interpretaci¨®n, la Orquesta de la Comunidad de Madrid brilla con luz propia, m¨¦rito que alcanza, desde luego, a la faceta concertante de Diego Mart¨ªn-Etxebarr¨ªa. La direcci¨®n esc¨¦nica de Arellano embarranca un poco en un concepto de modernidad est¨¢ndar, lo que hace confusa la l¨®gica de una obra que hace del barullo uno de sus atractivos. En cuanto a la pareja protagonista, la soprano Roc¨ªo P¨¦rez, encantadora en escena, y el tenor Jorge Rodr¨ªguez-Norton, se entregan a la causa, por m¨¢s que el mucho teatro y la poca parte vocal no les permitan exponer todo su potencial.
FICHA T?CNICA
M¨²sica, Ricardo Llorca. Di¨¢logos, Miguel Mihura (a partir de su obra hom¨®nima). Cantables, Ricardo Llorca. Direcci¨®n musical, Diego Mart¨ªn-Etxebarr¨ªa. Direcci¨®n de escena, Jos¨¦ Luis Arellano. Escenograf¨ªa, Ricardo S¨¢nchez Cuerda. Vestuario, Jes¨²s Ruiz. Iluminaci¨®n, Juan G¨®mez-Cornejo. Reparto: Jorge Rodr¨ªguez-Norton; Roc¨ªo P¨¦rez, Emilio S¨¢nchez, Gerardo Bull¨®n, Enrique Viana, Irene Palaz¨®n, Anna Gom¨¤. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro Titular del Teatro de la Zarzuela. Del 12 al 29 de noviembre. Teatro de la Zarzuela.
Babelia
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