David Huerta revela ¡°el mejor poema del mundo¡± en la apertura de la FIL
El poeta mexicano recibe el premio del mayor certamen editorial en espa?ol en un acto concentrado en la belleza y el dolor colectivo
Para destripar los misterios de la poes¨ªa, David Huerta cit¨® este s¨¢bado, durante la jornada inaugural de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), a los grandes poetas y al familiar de un joven mexicano al que le arrancaron la cara. El mejor poema del mundo, por tanto, deber¨ªa contener ¡°la belleza de las aguas marinas¡± de G¨®ngora y ¡°el mundo del dolor¡± de la familia de un desollado.
El primer poeta mexicano en recibir el Premio FIL de Lenguas Romances ?salvando al nacionalizado Tom¨¢s Segovia?, convirti¨® su discurso de aceptaci¨®n del galard¨®n en un tratado sobre anatom¨ªa po¨¦tica. Desde las alturas de los s¨ªmbolos herm¨¦ticos hasta los fangos de la barbarie y la violencia. De la construcci¨®n del yo a la destrucci¨®n del otro. Porque no todo van a ser ¡°himnos de puros sentimientos afirmativos y luminosos¡±, sino un ¡°despliegue de la vida en toda su complejidad¡±, con ¡°sus penas y atrocidades incluidas¡±.
Una tradici¨®n con solera encarnada por la pugna entre Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y Pablo Neruda, entre los paradigmas de la poes¨ªa pura e impura. Una tensi¨®n que ya mantuvo el padre del premiado, el tambi¨¦n poeta Efra¨ªn Huerta, en la dial¨¦ctica con su amigo desde el colegio, Octavio Paz, y que hered¨® el hijo desde que siendo un ni?o pasaban por la casa familiar muchos de los grandes nombres de la poes¨ªa latinoamericana: Nicol¨¢s Guill¨¦n, Jos¨¦ Emilio Pacheco, Al¨ª Chumacero.
Profesor universitario de lengua y literatura espa?ola, Huerta, 70 a?os, es autor a la vez de densos artefactos posmodernos como Incurable (1987), un poema de 389 p¨¢ginas dividido en nueve cap¨ªtulos, abarrotados de polifon¨ªas, digresiones y una improbable trama adelgazada, fragmentada y confesional; y de textos m¨¢s aterrizados como Ayotizinapa (2014), una eleg¨ªa rabiosa ante la descomposici¨®n de su pa¨ªs tras la traum¨¢tica desaparici¨®n de un grupo de estudiantes a manos de una alianza criminal entre autoridades y mafiosos.
Esa s¨ªntesis entre los dos polos la volvi¨® a encontrar Huerta en la frase de un pariente de Julio Cesar Mondrag¨®n, uno de aquellos muchachos que tras el ataque falleci¨® desfigurado y sin rostro. ¡°Vivimos desde entonces en el mundo del dolor¡±, le dijo un familiar cercano. Una frase que emocion¨® a un auditorio abarrotado y en la que el poeta encuentra ecos a las estrofas torturadas y abismales de Cesar Vallejo, porque contiene ¡°una diversidad vertiginosa¡±, ¡°el opuesto perfecto del obtuso, lerdo y est¨¦ril mon¨®logo del poder¡±. La poes¨ªa como ¡°espejo de todo contrapoder¡±.
Para Huerta, ¡°la mente humana es el mejor poema del mundo¡± y el tema principal de la poes¨ªa es la ley. Y para explicarlo continu¨® dando nombres: ¡°Shelley dec¨ªa que sus colegas, los poetas, son los legisladores no reconocidos del mundo¡±. Joseph Conrad, que el prop¨®sito del arte ¡°es hacerle la mas alta justicia al universo visible¡±. Esa ser¨ªa la ley de los poetas: ¡°el brillo fecundo de la verdad¡±.
¡°El mejor poema del mundo tiene la belleza del agua, una de las formas de esa ley¡±, incidi¨® con mas ejemplos: la hermana agua de Amado Nervo, el agua multiforme de Francisco Segovia, las ciudades de agua de Raul Zurita. Cit¨® a Macedonio Fern¨¢ndez para recordar a su madre y a Garcilaso para homenajear a su esposa, la tambi¨¦n escritora Ver¨®nica Murgu¨ªa. Hizo un repaso tambi¨¦n por los otros nueve poetas que han ganado el premio en sus 29 ediciones. De Tom¨¢s Segovia dijo ser para ¨¦l ¡°una especie de estrella polar¡±. A la uruguaya Ida Vitale, la ¨²ltima ganadora, le llam¨® ¡°la nonagenaria m¨¢s ilustre de la poes¨ªa de nuestro idioma¡±.
Sobre el chileno Nicanor Parra record¨® que fue invitado hace a?os a un festival de poes¨ªa en Ciudad de M¨¦xico. No pudo asistir al evento por la censura de Pinochet y Huerta decidi¨® dedicar su ponencia a recitar versos de sus antipoemas. Tambi¨¦n tuvo tiempo para Luis de G¨®ngora, su poeta fetiche, y Miguel de Cervantes, ¡°el escritor de los siglos de oro que m¨¢s se parece a Don Luis¡±, y de quien tom¨® prestada una frase del Quijote para titular su obra mayor: ¡°La poes¨ªa es una enfermedad incurable y pegadiza¡±.
Babelia
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