¡®El vecino¡¯, el superh¨¦roe espa?ol que lucha contra la proliferaci¨®n de las casas de apuestas
Quim Guti¨¦rrez se enfunda el traje de un personaje con capa torp¨®n y ego¨ªsta
Quim Guti¨¦rrez ha descubierto que puede tener agujetas en "sitios que no sab¨ªa que exist¨ªan". Las ¨²ltimas nueve semanas las ha pasado colgado de alambres, girando y d¨¢ndose golpes. En un perchero de su camerino, mientras cuenta sus peripecias, sobresale un enorme traje rojo en el que se tiene que embutir cada d¨ªa para convertirse en Tit¨¢n, superh¨¦roe espa?ol protagonista de El vecino. Tarda 30 minutos en ajust¨¢rselo. "Por suerte el personaje tambi¨¦n es torp¨®n", resume el actor en un descanso del rodaje en Madrid de la serie de Netflix mientras come algo.
En este espacio de desconexi¨®n ajeno al loco mundo de la comedia que se estrena el 31 de diciembre los guantes rojos comparten espacio en la mesa con un libro de John Berger. No todo va a ser tonificarse para que volar sea m¨¢s sencillo. "Curiosamente convertirte en un superh¨¦roe en la ficci¨®n te vuelve un hombre con menos habilidades, un ser tonto. El casco es lo m¨¢s dif¨ªcil, te mueves peor, ves menos, no oyes... Te limita el espacio hasta darte cuenta de cu¨¢ntos automatismos tienes al rodar", cuenta. Esa ha sido su manera de adaptarse al naturalismo c¨®mico de esta serie de 10 episodios de 25 minutos en los que Miguel Esteban?y Ra¨²l Navarro (equipo de El fin de la comedia) adaptan el c¨®mic de Pepo P¨¦rez y Santiago Garc¨ªa.
Algo que sirve para trasladar que esto no es Gotham ni Nueva York. El costumbrismo patrio debe transpirar entre alien¨ªgenas y poderes. En los primeros dos episodios de or¨ªgenes dirigidos por Nacho Vigalondo hay referencias a Airbnb y los problemas de alquiler, Blablacar, Mecano, y un villano sin capa: las casas de apuestas que se multiplican en el barrio obrero en el que viven los protagonistas. Un h¨¢bitat que convierte al madrile?o Las ?guilas en su particular Metr¨®polis, con grandes bloques de viviendas marrones, toldos verdes y parques descuidados. El bar, ese cl¨¢sico de la ficci¨®n espa?ola, lleva por nombre esta vez Bar rio.
En el interior, levantado en una nave industrial en el tambi¨¦n obrero Ciudad Lineal, los pisos de paredes de gotel¨¦ acumulan basura, latas de cerveza, muebles antiguos y hasta alg¨²n CD de Operaci¨®n Triunfo en un peque?o espacio. El plat¨® est¨¢ listo para entrar a vivir. "Jugamos a los superh¨¦roes pero no con la visi¨®n estadounidense habitual, sino la de un barrio que podr¨ªa ser el de cualquier lugar. Un juego de estilos", explica Adri¨¢n Pino, el otro protagonista de la historia. "Hay una entidad que no tendr¨ªa sentido en otro lugar, es lo que la hace diferente. Los valores salen solos, sin forzarlo a lo castizo", observa Vigalondo.
La casa es de Javier, h¨¦roe que recibe los poderes por casualidad de un ente con el rostro de un Jorge Sanz convertido en Marlon Brando. El cr¨¢pula interpretado por Guti¨¦rrez nunca quiso esa responsabilidad; es un "jeta encantador" que vive sin complicaciones como camarero y copiando camisetas a Mr. Wonderful. "Es un ego¨ªsta puro, no lucha para conseguir lo suyo aplastando a los dem¨¢s, sino que ante una ganancia propia, los dem¨¢s ni existen. Es una percepci¨®n muy aut¨¦ntica", explica el actor, ya habituado al tebeo y la acci¨®n gracias a Anacleto, que desde el primer momento entendi¨® a este personaje "tan espa?ol". Por suerte, al ponerse el traje, conoce a Jos¨¦ Ram¨®n, vecino que acaba de aterrizar en Madrid para estudiar oposiciones.
El escudero del superh¨¦roe interpretado por Pino ha le¨ªdo todos los c¨®mics que el superh¨¦roe no. Al actor, el ¨²nico que ya se hab¨ªa le¨ªdo antes el tebeo original, le pasa lo mismo: "Me gustaba c¨®mo la historia sucede en la trastienda de los superh¨¦roes, y acababa tirando por caminos oscuros. Me parezco tanto a mi personaje que me daba miedo. Me gasto tanto en c¨®mic que ya no me caben m¨¢s". De este enfrentamiento tan dispar nace El vecino. Es el momento de ense?arle que "todo poder conlleva una gran responsabilidad" en esta relaci¨®n quijotesca. "El superh¨¦roe tiene la br¨²jula moral rota y su Sancho acaba siendo el verdadero h¨¦roe, el que sabe lo que es bueno", explica la show-runner y guionista Sara Antu?a: "La vocaci¨®n era bajar a la calle".
Los gui?os al g¨¦nero son omnipresentes. As¨ª, Javier tambi¨¦n tiene su propia Lois Lane: Lola, periodista cansada de las tonter¨ªas de su novio interpretada por Clara Lago que se enfrenta a adaptar su trabajo a la ¨¦poca de las influencers. Esta ha sido la oportunidad para Lago de acercarse a la sitcom del mundo actual que siempre ha querido enfrentar: "Si hay un proyecto del que me hubiera gustado formar parte es Friends, que lo tengo gastado en Netflix". Guti¨¦rrez tambi¨¦n agradece la cotidianidad del proyecto: "Es la primera vez que cuando mi personaje se aburre puede agachar la cabeza y en c¨¢mara ponerse con el m¨®vil. Es algo que hacemos todos, pero que no se ve en ficci¨®n". No todo va a ser estar colgado y recibir tortazos.
La deconstrucci¨®n del supertipo
"Los superh¨¦roes viven en la mente del gran p¨²blico y sus c¨¢nones se han homogeneizado en el subconsciente. Antes no ten¨ªamos interiorizadas muchos c¨®digos, y hoy todos lo entendemos. Podemos ir m¨¢s lejos y romperlos", explica el guionista y show-runner Carlos de Pando. "La mezcla de eso y que Netflix quer¨ªa hacer una comedia en Espa?a era ideal". Esa es la excusa para aprovechar el momento del c¨®mic espa?ol y su personalidad diferenciadora, si bien quienes descubran el tebeo caminar¨¢n por otros temas y perspectivas cada vez m¨¢s oscuras. "Hemos hecho una modernizaci¨®n de su contexto manteniendo los temas principales: el mayor superpoder al que aspirar es ser la mejor versi¨®n de uno mismo y que los poderes no te ayudan a mejorar tu vida, a arreglar una discusi¨®n con tu pareja o dejar la precariedad", apunta.
"Los superh¨¦roes son el santoral moderno", se?ala su compa?era Antu?a: "Hoy ya es m¨¢s f¨¢cil vender una adaptaci¨®n de un c¨®mic a los productores que una novela". Para Vigalondo, experto en convertir lo rutinario en ciencia-ficci¨®n que conoce el c¨®mic desde que se public¨® hace 15 a?os "los superh¨¦roes son a la cultura popular lo que Amazon a la venta online en esta ¨¦poca de asombrosos monopolios. M¨¢s de lo que fue el w¨¦stern". Eso ayuda a que los t¨®picos sean m¨¢s f¨¢ciles de utilizar sin explicar. "No me gustaba hablar de mi locura por Marvel, y ahora todo el mundo me pregunta por las teor¨ªas sobre el futuro". Lo que viv¨ª en la sala con el grito '?Vengadores, Reun¨ªos!' es mi equivalente a cuando Iniesta marc¨® un gol en el Mundial", explica Adri¨¢n Pino, que disfruta con esta apertura del g¨¦nero a otros estilos ahora que es parte de la mente global. "Hemos dejado de ser el ni?o solitario que le¨ªa superh¨¦roes".
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