Un nuevo mapa para el arte en Espa?a
Este ser¨¢ recordado como un a?o de emergencia cultural frente a pol¨ªticas que empujan a la precariedad
Ocurr¨ªa el jueves 31 de octubre en el auditorio del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. En el escenario, una ara?a de la especie Cyrtophora citricola dispuesta a bailar. En la voz, El Ni?o de Elche: experimental, expansivo, excepcional. La invitaci¨®n de cantarle a un ar¨¢cnido era una de las actividades al hilo de la exposici¨®n M¨¢s-que-humanas, donde se presentaron obras de Dominique Gonzalez-Foerster y Tom¨¢s Saraceno abriendo un di¨¢logo sobre el poder de lo desconocido. Saraceno lleva tiempo interesado en el modo en que las ara?as conocen el mundo a trav¨¦s de las vibraciones producidas en sus complejas telas por el sonido que las rodea, ruidismo que pasa absolutamente inadvertido para el o¨ªdo humano. La idea de aquella comunicaci¨®n interespecie, con un auditorio abarrotado, todo sea dicho, era doble: por un lado, amplificar las vibraciones de las telas y hacerlas audibles para nosotros, y por otro, traducir el sonido humano en vibraciones que actuaran sobre las cuerdas de las telas y que la ara?a pudiera percibir.
Tras un primer momento de duda esc¨¦ptica, aquella jam session fue una revelaci¨®n. Fuerza nueva y bizarra. No s¨®lo por el di¨¢logo animal con la exposici¨®n en la que se enmarca, seguramente una de las m¨¢s interesantes que se han visto este a?o en Madrid. Ni ¨²nicamente por el estupendo proyecto que la promueve: el acuerdo entre TBA21 y el Thyssen-Bornemisza, que ha conseguido inyectar savia nueva al museo y trabajar en esa l¨ªnea tan ansiada en el arte: la distancia cero entre ¨¢reas culturales. Tambi¨¦n con sus prejuicios asociados.
El caso es que El Ni?o de Elche cant¨® y la ara?a apenas se movi¨®, aunque el alcance del aracno-concierto fue m¨¢s all¨¢. Tiene que ver con una actitud vital, la de mirar al diferente, el paso previo a todo acto compasivo. Poner el foco en un ser vivo al que solemos rechazar fue toda una declaraci¨®n de intenciones sobre la necesidad de acercarse a lo distinto para, conoci¨¦ndolo mejor, poder respetarlo m¨¢s. Una met¨¢fora global del inter¨¦s ¨²ltimo de lo art¨ªstico: hacer siempre el esfuerzo de pensar en lo que est¨¢ ante ti, prestarle una atenci¨®n real, no olvidar que viene de otro sitio que no tiene que ver con lo que crees, lo que temes, lo que esperas. Amarlo por ser como es: un enigma.
El Bicentenario del Museo del Prado deja un programa excepcional, un hito en su propia historia
Eso que parece tan obvio ha sido la gran piedra en el zapato de este 2019 en las artes pl¨¢sticas. Un a?o que se recordar¨¢ por su emergencia cultural, por sus injerencias extraart¨ªsticas y por pol¨ªticas que llevan al sector del arte a la precariedad extrema. ¡°Nuevas guerras culturales¡±, las define ADACE (Asociaci¨®n de Directores de Arte Contempor¨¢neo de Espa?a) en un comunicado enviado hace unos d¨ªas. Se refieren a la destituci¨®n de directores nombrados siguiendo las reglas del Documento de Buenas Pr¨¢cticas, aprobado hace ya 12 a?os, como el caso de Rafael Doctor en el Centro Andaluz de Fotograf¨ªa de Almer¨ªa. Tambi¨¦n el de Soledad Guti¨¦rrez en CentroCentro de Madrid y el cinismo encerrado en llamar de ¡°mutuo acuerdo¡± a la oferta de continuar como directora pero sin mantener su proyecto. M¨¢s casos: el de Isla Aguilar y Miguel Oyarzun en el Conde Duque de Madrid y la destituci¨®n de Bel¨¦n Poole como directora del Centro de Arte de Alcobendas, que, pese a no ser nombrada mediante concurso, ten¨ªa entre manos un proyecto competente, con identidad propia.
Dice el ¨²ltimo informe de la OCDE (Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico), que estudia el panorama de las instituciones p¨²blicas, que Espa?a es el tercer pa¨ªs a la cola, tras Chile y Turqu¨ªa, en el n¨²mero de puestos directivos que son reemplazados con cada cambio de Gobierno. Tal vez haya que decir otra obviedad, que me quema en la palma de la lengua: las instituciones p¨²blicas no existen para dar votos a los partidos pol¨ªticos en el poder, sino para cumplir una funci¨®n p¨²blica: un acceso a las manifestaciones art¨ªsticas de calidad. Una calidad para la ciudadan¨ªa, pero tambi¨¦n para el trabajo de los directores, que reclaman nuevas formas contractuales, recursos administrativos y de gesti¨®n que permitan una independencia real para desarrollar proyectos estables y a largo plazo.
Otro informe, el de MAV (Mujeres en las Artes Visuales) sobre exposiciones individuales entre 2014 y 2019, deja este a?o otro suspenso: solo 4 de los 20 museos y centros de arte m¨¢s importantes de Espa?a cumplen con la Ley de Igualdad de 2007. Son el DA2 de Salamanca, el CA2M de la Comunidad de Madrid, La Panera en L¨¦rida y el CAAC de Sevilla. Muchos otros se acercan a ese 40% de mujeres artistas en sus programaciones, como el Musac, el CAB, el Macba, el Museo Reina Sof¨ªa o Es Baluard, que este a?o, adem¨¢s, estrena directora: Inma Prieto. Un relevo generacional m¨¢s que flagrante, ya que se expande a los fichajes de Tania Pardo en la subdirecci¨®n del CA2M, Javier Hontoria en Patio Herreriano de Valladolid y Joana Hurtado en el Fabra i Coats de Barcelona. Maribel L¨®pez tambi¨¦n se ha puesto al mando de la feria espa?ola m¨¢s internacional: Arco. Y un caso ejemplar, en cuanto a generaci¨®n y g¨¦nero: el de Marti Manen al frente de Index Foundation, que cierra el a?o con el 100% de las exposiciones con artistas mujeres, tambi¨¦n su plan para 2020.
El sector pide proyectos estables y la independencia real de las instituciones frente a los pol¨ªticos
El arte es, a ratos, una manera de resistir el sinsentido de las cosas y, a ratos, tambi¨¦n, de celebrarlo. Por eso, pese a todo, hay que decir que 2019 ha sido un a?o magn¨ªfico por sus exposiciones. Los programas p¨²blicos de museos y centros de arte cada vez tienen m¨¢s peso, en much¨ªsimos casos feminista, y expanden esa idea de cota asociada a lo expositivo. Un trabajo fundamental que no siempre se ve. Gracias a miradas como la de Marisa Gonz¨¢lez empieza a funcionar una Wikipedia de mujeres artistas, y los dos premios m¨¢s importantes, el Nacional de Artes Pl¨¢sticas y el Vel¨¢zquez, han ido tambi¨¦n para ellas: ?ngels Rib¨¦ y Cecilia Vicu?a. El Bicentenario del Prado deja una programaci¨®n excepcional, incluyendo esa habitaci¨®n compartida de Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, convertida ya en un hito en la historia de la pinacoteca. ?Enhorabuena! S¨®lo una duda: ?por qu¨¦ no una exposici¨®n propia para cada una?
Otra cosa tan ins¨®lita como hacer que baile una ara?a: Madrid se ha convertido en el reclamo para la apertura de galer¨ªas, de aqu¨ª y de all¨¢. La idea de tejer una red de trabajo y contactos est¨¢ clara, aunque bajo un centralismo acuciante. Las ¨²ltimas en llegar han sido Aural y 1 Mira Madrid, el nuevo proyecto de Mira Bernabeu tras cerrar EspaiVisor en Valencia. Aunque antes lo hicieron The Ryder, con sede en Londres, y Carlier Gebauer y Kow con espacios en Berl¨ªn. Y hay m¨¢s que abrir¨¢n el pr¨®ximo a?o, engrosando la conocida calle del Doctor Fourquet en Madrid, a riesgo de colapso. La gran inc¨®gnita: ?lo har¨¢ finalmente Hauser & Wirth en Menorca?
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