La escritora Nancy Huston (Calgary, 1953) nunca ha formado parte de ning迆n clan. Ni de peque?a, sola en el patio del colegio por ser hija de un profesor que no dej車 de mudarse por toda la geograf赤a canadiense. Ni al llegar a Par赤s en los setenta, cuando fue disc赤pula de Roland Barthes y se introdujo en los c赤rculos feministas 每public車 en la revista Sorci豕res con Marguerite Duras y Julia Kristeva每, aunque nunca perdiera la distancia cr赤tica. En su pa赤s adoptivo, donde vivi車 con el semi車logo Tzvetan Todorov durante casi 40 a?os, Huston sigue siendo una pensadora imprevisible, una intelectual no alineada.
La autora de Marcas de nacimiento o La especie fabuladora diserta en su obra sobre la identidad contempor芍nea, la liberaci車n de las mujeres (y sus paradojas) o la crisis medioambiental, de la que lleva a?os alertando. En su nuevo libro, Labios de piedra (Galaxia Gutenberg), compara sus a?os de formaci車n con los de Pol Pot, el jefe de los jemeres rojos, se?alando a los intelectuales europeos como inc車modos garantes del genocidio camboyano. En paralelo, Huston recuerda su propia juventud, marcada por el abandono de su madre, el descubrimiento de su sexualidad y el peligro de la prostituci車n, que vivi車 de cerca. En lugar de empatizar con las v赤ctimas, Huston prefiere hacerlo con los verdugos.
PREGUNTA. ?Usted cree que todos somos dictadores en potencia?
RESPUESTA. No conozco a mujeres dictadoras, lo que ya elimina a la mitad de la poblaci車n. Pero, si las circunstancias se prestan a ello, casi cualquier persona que goce de buena salud puede convertirse en dictador. Todo depende de la educaci車n recibida. La de Pol Pot no estuvo mal, en ese sentido: tanto el budismo de la escuela Theravada, que incita a no vivir en el mundo con afectos muy poderosos, como el hecho de haber tenido una infancia desdichada. Es el caso de Hitler, de otra manera.
P. ?Es este su libro m芍s incomprendido?
R. Es una dura cr赤tica a mi generaci車n, que supongo que se sinti車 atacada por lo que cuento: que participamos en la tragedia al apoyar el r谷gimen de Pol Pot, igual que sostuvimos a los comunistas en Vietnam. En Francia, los intelectuales siguieron la l赤nea oficial con un conformismo total. Y ah赤 me incluyo: yo tambi谷n la segu赤 como una borrega#
P. ?Qu谷 salva usted del marxismo?
R. Su an芍lisis sobre la emergencia del capitalismo y la opresi車n de la clase obrera es muy preciso. El problema es que en los pa赤ses comunistas no tard車 en emerger una jerarqu赤a. Se reconstituy車 el lugar del rey o del zar y, a su alrededor, surgieron cortesanos que gozaban de enormes privilegios. La 迆nica diferencia es que se les llam車 ※miembros del comit谷 central§, en lugar de corte#
P. Su madre se fue de casa cuando era peque?a. ?C車mo le marc車?
R. Me convirti車 en escritora. Viv赤a tan lejos, en lugares como Londres, Madrid o Mallorca, que solo nos pod赤amos comunicar por carta desde mi Canad芍 natal. Yo procuraba que mi vida pareciera interesante y le escrib赤a cartas palpitantes. Su acto fue muy valiente, fue una feminista antes de tiempo. Me cost車 a?os empezar a considerarlo inadmisible. Todo cambi車 cuando me convert赤 en madre. Cuando vi lo apegada a m赤 que estaba mi hija, entonces entend赤 que hab赤a sucedido algo muy violento.
P. Escribe en franc谷s antes de autotraducirse al ingl谷s. ?Cu芍les son las ventajas del biling邦ismo?
R. Todo el mundo deber赤a hablar una segunda lengua, porque con ella viene otra manera de entender el mundo y la identidad. Siempre he cre赤do que te da ventaja en la vida familiar, donde tendemos a volvernos un poco salvajes. Hablar una lengua extranjera te civiliza.
P. ?Le preocupa el estado de Europa?
R. Constato el renacimiento de tropismos nacionalistas y proteccionistas. Estoy muy preocupada por lo que sucede con el Brexit, por lo que pasa en Hungr赤a o en Italia. Pero es muy dif赤cil predecir lo que va a suceder# Lo m芍s importante en este momento es el cambio clim芍tico y el resto casi ha pasado a un segundo plano. Nos dirigimos hacia cat芍strofes de una amplitud in谷dita. Europa trata de protegerse contra los migrantes que llegan de los pa赤ses de ?frica y Oriente Medio, en parte, en respuesta a la cat芍strofe clim芍tica. Esa inmigraci車n aumentar芍. Nadie puede predecir con exactitud qu谷 aspecto tendr芍 el mundo en 20 o 30 a?os.
P. ?Por qu谷 hemos tardado tanto en tomar conciencia de esta crisis?
R. Con los primeros avisos de los cient赤ficos, all芍 por los setenta, hubo un esfuerzo concertado de los economistas y de ciertos pol赤ticos para desviar la atenci車n. Lo importante era que los ricos se enriquecieran. Yo soy la primera culpable de esa distracci車n, porque formo parte de las masas que debieron implicarse. Mi generaci車n debi車 haber sido como la de Greta Thunberg.
P. ?Cree que es demasiado tarde?
R. Nos dirigimos hacia una gran mortalidad, pero eso no significa que vaya a ser el final del planeta. La Tierra sobrevivir芍 porque ya est芍 curada de espanto. Ya ha visto aparecer y desaparecer otras especies. Antes, cuando le赤a a Schopenhauer decir que le daba igual si la especie humana desaparec赤a me parec赤a una barbaridad. Ahora me parece una posibilidad.
P. ?La igualdad entre g谷neros es posible?
R. Lo que hay que saber articular es que la igualdad no excluye la diferencia y que la diferencia no excluye la igualdad. En Francia, como en todo el mundo occidental, existe una moda de una teor赤a de g谷nero que excluye esa diferencia. Lo que siempre cae en el olvido es la maternidad, que es un tema que siempre ha molestado tanto a los mis車ginos como a las feministas. Las feministas, a menudo, son muy mis車ginas. Por ejemplo, aunque hiciera mucho por la causa de las mujeres, podemos decir que Simone de Beauvoir fue mis車gina. No le gustaba lo que constituye la especificidad del sexo femenino en todas las especies mam赤feras. A m赤 me parece que esa voluntad de que el ser humano sea pura conciencia racional forma parte de lo que nos est芍 llevando al fin del mundo, a nivel ecol車gico. Deseamos dominar la vida de principio a fin, y es imposible hacer eso.
P. ?En qu谷 son distintas las mujeres?
R. Cuando una mujer se integra a un dominio este cambia. Por ejemplo, cuando un Gobierno es menos masculino siempre se transforma. Al principio, para que las mujeres fueran aceptadas como iguales tuvieron que demostrar que eran id谷nticas a los hombres. Una vez instaladas en el poder han logrado exhibir valores que tradicionalmente no han demostrado tener los hombres. Lo hemos visto con Angela Merkel respecto a Margaret Thatcher o Golda Meir.
P. Apoya el #MeToo y, a la vez, es cr赤tica en algunos aspectos. ?Qu谷 no le convence?
R. El debate sobre el g谷nero ha tomado el lugar que en otro tiempo tuvo el marxismo. Igual que con el marxismo, se adoptan posturas ortodoxas. Para que las cosas cambien, los hombres deben liberarse tanto como las mujeres. Est芍 muy bien luchar contra las agresiones sexuales, pero hay que ir m芍s all芍. Las mujeres somos corresponsables de la violencia masculina, porque seguimos esperando de los hombres que sean fuertes y que nos defiendan. Si queremos una sociedad igualitaria, ?por qu谷 no hay mujeres en el frente de guerra?
P. Fue una de las pocas intelectuales que criticaron a Charlie Hebdo tras el atentado islamista de 2015. Para usted, ?la libertad de expresi車n tiene l赤mites?
R. El atentado contra Charlie Hebdo fue horrible y nos desgarr車 una parte del alma, aunque yo no llevase a esa revista en mi coraz車n por razones feministas, precisamente# Siempre la he encontrado sexista y hom車foba. Pero el problema de Charlie Hebdo no tuvo que ver con la libertad de expresi車n, me pareci車 un error insistir en eso. No se puede pedir a los terroristas que respeten la libertad de expresi車n. Se la debemos pedir a las leyes y a los gobiernos. Charlie Hebdo la tuvo y la utiliz車, de una manera que yo desapruebo. Me impactaron mucho las caricaturas antiislamistas, que me parecen tan violentas como los dibujos antisemitas en la Alemania de los a?os treinta. Cuando nos dicen que Charlie Hebdo tambi谷n se r赤e de los cat車licos y los jud赤os, yo respondo que no es lo mismo re赤rse de una poblaci車n oprimida que de quienes tienen el poder. No digo que est谷 bien y nunca dir谷 algo tan atroz, pero hay que darse cuenta de que la palabra y el dibujo tambi谷n son actos.
P. ?Lo que dice es que hay que saber usar bien esa libertad de expresi車n?
R. La cuesti車n que nunca nos planteamos es qui谷n tiene derecho a ella. ?Qui谷n se expresa y qui谷n tiene acceso a los medios que permiten expresarse? Por ejemplo, todos los 車rganos de prensa han estado en posesi車n de hombres desde hace siglos. Su libertad de expresi車n consist赤a en presentar a las mujeres como putas. Eso ha influido en las mentalidades y en la educaci車n de los ni?os. Mi hijastro, cuando ten赤a 4 a?os, me preguntaba por qu谷 las mujeres siempre se estaban desnudando, porque en los kioscos solo ve赤a a mujeres ligeras de ropa. Con la poblaci車n del Magreb o de Oriente Medio sucede lo mismo: su representaci車n refuerza los prejuicios existentes.
P. De un tiempo a esta parte dice que ha dejado de creer en la utilidad de la ficci車n. ?Por qu谷?
R. Estoy menos convencida sobre su utilidad pol赤tica. Me sorprende su elitismo. La literatura no debe convertirse en el opio de la 谷lite. Los escritores debemos salir de nuestros despachos y bajar a la calle. Estamos destinados a cambiar nuestro modo de vida en los pr車ximos a?os. Cada cual debe decidir qu谷 proporci車n de su tiempo y energ赤a consagra a una obra literaria, ya sea para leerla o para crearla, y qu谷 parte dedica a su deber de ciudadano.
P. Para usted, ?el bien y el mal existen?
R. Nunca he cre赤do en el bien y el mal. No s谷 lo que son. Hay que tener un esp赤ritu un poco religioso para creer en ellos. El bien y el mal emanan de nuestros juicios, porque estamos obligados a tener un sistema de justicia con prohibiciones. Pero debo decir que casi nunca me sirvo de esos conceptos en mi vida personal#