"La inteligencia es catastr¨®fica para la literatura"
Nancy Huston aparece arrastrando una peque?a maletita con ruedas de esas que no se facturan, llena de libros. Es una mujer tranquila que sonr¨ªe muy a menudo. Cita a EL PA?S una tarde de finales de verano en una de las placitas m¨¢s coquetas de Par¨ªs, la Place de la Contrescarpe, a un paso del Barrio Latino y del Jardin des Plantes. Ella y su marido, el c¨¦lebre fil¨®sofo, historiador y ling¨¹ista Tzvetan Todorov, viven muy cerca. Agarra de nuevo su maleta y conduce al periodista a los fondos de un caf¨¦ cercano, a una mesa solitaria y esquinada. La escritora naci¨® en 1953 en Calgary (Canad¨¢). A los 20 a?os viaj¨® a Par¨ªs con una beca. Fue disc¨ªpula de Roland Barthes. Public¨® varios ensayos sobre teor¨ªa literaria y sociolog¨ªa, y un verano, en Italia, se vio escribiendo su primera novela, Las Variaciones Goldberg, basada en la famosa pieza de Bach. Lo de la m¨²sica no es casualidad: estudi¨® flauta, clavicordio y piano, y no hay d¨ªa en que no practique antes de ponerse a escribir o salir de casa. Desde entonces, adem¨¢s de varios ensayos, ha publicado doce novelas, escritas indistintamente en franc¨¦s o en ingl¨¦s.
"Saffie, la protagonista, ha vivido un episodio estremecedor: ser testigo de la violaci¨®n de su madre y su propia violaci¨®n por las tropas rusas"
El a?o pasado sali¨® en Espa?a su obra m¨¢s conocida, Marcas de nacimiento (Salamandra), con la que obtuvo el Premio F¨¦mina y vendi¨®, s¨®lo en Francia, 400.000 ejemplares. Cuenta la historia de una ni?a ucrania secuestrada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial para ser entregada a una familia alemana. Este hecho marcar¨¢ no s¨®lo la vida de la ni?a, sino la de todos sus descendientes. Narrada con tanto desgarro como sentido del humor, de una forma original (a trav¨¦s de cuatro voces de cuatro ni?os de seis a?os que representan cuatro generaciones de la misma familia), la novela arranca en 2004 y va retrocediendo hasta 1944.
Ahora sale La huella del ¨¢ngel (Salamandra), escrita diez a?os antes que Marcas de nacimiento pero con la que guarda muchas similitudes. En ella se narra la vida de una mujer alemana que huye de su pa¨ªs, de su lengua y de su identidad, que se refugia en el Par¨ªs de los a?os cincuenta, que se pone a trabajar como criada en el piso de un m¨²sico franc¨¦s exitoso pero vulgar, con el que se acaba casando sin quererlo demasiado. La irrupci¨®n en su vida de un amante h¨²ngaro lo trastoca todo...
Huston asegura, con su sonrisa de siempre, que son "primas". Tal vez porque en las dos obras late el mismo conflicto: la influencia de la Historia como cat¨¢strofe en la vida ¨ªntima de ciertas personas, avasalladas en su ni?ez por acontecimientos apocal¨ªpticos como, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial.
PREGUNTA. Su primera novela, Las Variaciones Goldberg
, no tiene nada que ver con ¨¦stas...
RESPUESTA. Bueno, la escrib¨ª en Italia, cuando ten¨ªa 26 a?os. Y creo que contiene ya una de mis caracter¨ªsticas principales: la polifon¨ªa. Un d¨ªa en el despacho de un amigo m¨ªo escuch¨¦ en la radio esa pieza, Las Variaciones Goldberg, que yo hab¨ªa ensayado much¨ªsimas veces al piano y al clavicordio, y de golpe me sobrevino la imagen de una sala de conciertos donde hab¨ªa una pianista tocando para el p¨²blico. En la novela se lee lo que unos y otros dicen o piensan, gentes del p¨²blico que conocen la historia de amor de la pianista, que se conocen entre ellos... Est¨¢ compuesta de 32 peque?os cap¨ªtulos (como las 32 variaciones), es una novela muy formal. La escrib¨ª muy r¨¢pidamente porque me venc¨ªa el plazo de la beca que me hab¨ªan dado en Urbino. Pero recuerdo esa ¨¦poca como de una etapa de total libertad, porque fue entonces cuando abandon¨¦ la teor¨ªa literaria y me puse a escribir novelas: yo era muy cartesiana, yo segu¨ªa la moda del psicoan¨¢lisis en la literatura, del estructuralismo...
P. ?Y qu¨¦ pasaba? ?Que tanta teor¨ªa mataba a la novelista?
R. Completamente. No es una casualidad que empezara a escribir esa novela el verano despu¨¦s de que muriera Roland Barthes. Fue una suerte de liberaci¨®n, que me permiti¨® volverme un poco m¨¢s ingenua a la hora de escribir y creerme a los personajes.
P. Usted es biling¨¹e. ?C¨®mo elige la lengua de sus novelas?
R. Depende de los personajes. La huella del ¨¢ngel la escrib¨ª en franc¨¦s porque discurre en Francia y los personajes hablan en franc¨¦s. Marcas de nacimiento la escrib¨ª en ingl¨¦s por la misma raz¨®n: los personajes hablan en ingl¨¦s.
P. En las dos novelas la Historia es determinante y aniquila no s¨®lo a los que la viven sino a sus descendientes.
R. Es la vida. Es parte de la vida. En los dos libros se habla del impacto de las opiniones pol¨ªticas sobre la infancia. El hecho de haber vivido un momento pol¨ªtico traumatizante a trav¨¦s de los padres predispone a tener tal o cual postura despu¨¦s. Por ejemplo, Saffie, la protagonista de La huella del ?ngel, ha vivido un episodio estremecedor: ser testigo de la violaci¨®n de su madre y su propia violaci¨®n por las tropas rusas. No fue algo excepcional, como se sabe: hubo 300.000 mujeres violadas en Berl¨ªn. El hecho de haber vivido eso, m¨¢s el hecho de haber conocido a un profesor que culpa de todo a los alemanes hace que crezca un muro entre ella y el resto del mundo, entre ella y su identidad alemana. Adem¨¢s, otro de los personajes de la novela, que de ni?o fue salvado por los comunistas, siente el impulso casi autom¨¢tico, en plena guerra de Argelia, de ayudar, por su parte, a los oprimidos, a los que ¨¦l considera oprimidos.
P. M¨¢s que la infancia, el tema de La huella del ¨¢ngel
es el de la inocencia.
R. No creo en la inocencia.
P. ?Es imposible la inocencia del ni?o?
R. Desde que habla de culpables, desde que a ¨¦l le meten en ese lenguaje, es imposible.
P. En estos dos libros aparecen ni?os. En Marcas de nacimiento,
usted les da voz, adem¨¢s. ?C¨®mo se consigue eso?
R. No lo s¨¦. Nunca he intentado imitar su manera de hablar; s¨®lo reflejar su forma de comprender. No s¨®lo me baso en mis propios recuerdos. Tambi¨¦n observo mucho. Pero d¨¦jeme que le diga una cosa. Despu¨¦s de escribir Marcas de nacimiento, me di cuenta de que, tras examinar mis recuerdos de infancia, hab¨ªa tenido cuatro infancias distintas, como las de los cuatro protagonistas: yo hab¨ªa sido perversa, mentirosa y cruel como Sol; y acobardada como Randall; y triste y col¨¦rica como Sadie; y alegre y luminosa como Kristina.
P. ?Es cierto que el hecho de que su madre la abandonara cuando era ni?a le hizo novelista?
R. ?Y eso le extra?a?
P. Algo.
R. Para m¨ª es evidente. Tal vez lo que diga suene a banalidad: una infancia traumatizada fomenta la vocaci¨®n literaria. Porque crea un misterio. Para un ni?o, los padres son como dioses. Si los dioses discuten entre ellos, eso se convierte en algo extraordinariamente impresionante, y si uno de ellos se va pegando un portazo (que no fue mi caso), pues despu¨¦s el ni?o tiene que saber por qu¨¦ y recabar la versi¨®n de tal y de cual y las sucesivas hip¨®tesis... El ni?o no deja de reescribir esa historia, que es infinita e inagotable, porque un hecho as¨ª, para el mundo de un ni?o, es inextricable por definici¨®n. As¨ª que no hace m¨¢s que darle vueltas a la cabeza, inventando, adornando la historia. Y de esa invenci¨®n a la novela no hay sino un paso. En mi caso concreto, adem¨¢s, hay otra raz¨®n: el ¨²nico contacto que yo ten¨ªa con mi madre eran las cartas que, con frecuencia, me escrib¨ªa. Ella, que hasta ese momento era la presencia misma en mi vida, de pronto se volvi¨® s¨®lo escritura: letras, letras...
P. ?Por qu¨¦ mantiene que es mejor novelista desde que es madre?
R. Me hice infinitamente mejor. Las Variaciones Goldberg es un libro bonito, un poco cartesiano, es, en el fondo, una idea bonita, pero un libro escrito con la cabeza; los ni?os te meten en el coraz¨®n de las cosas. Y la novela nace del coraz¨®n, no de la cabeza, porque habla de la vida material, de cosas muy concretas. La escritora Flannery O'Connor sosten¨ªa que la gente que tiene miedo a ensuciarse no debe meterse a escribir novelas. La vida material te ensucia. Adem¨¢s, hay que estar fascinado por los detalles, y lo repito: en relaci¨®n estrecha con la vida material. Y al contrario, la vida intelectual es la cat¨¢strofe de la literatura. ?sa es una de las razones de que no me interese mucho la literatura francesa contempor¨¢nea.
P. ?Por qu¨¦? ?Por ser demasiado intelectual?
R. Piensan demasiado. Son agotadores. Se han convertido en gente muy inteligente. Y la inteligencia es catastr¨®fica para la literatura. Hacen falta tambi¨¦n tonter¨ªas. Hay que ser un poco tonto. Para m¨ª, escribir dentro de la piel de los ni?os fue un poco un ejercicio de tonter¨ªa. No pod¨ªa utilizar mi inteligencia. Yo soy muy inteligente, pero no pod¨ªa utilizar mi inteligencia en esa novela. Los ni?os no pod¨ªan tener ning¨²n discurso te¨®rico, ni emplear ninguna palabra de m¨¢s de tres s¨ªlabas, ni servirse de la iron¨ªa, no se trataba de teorizar, sino de vivir la historia...
La huella del ¨¢ngel. Nancy Huston. Traducci¨®n de Eduardo Iriarte. Salamandra. Madrid, 2009. 256 p¨¢ginas. 16 euros.
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