Tracy Chevalier: ¡°La vida va a volverse m¨¢s local y tranquila. Habremos ganado algo¡±
La escritora estadounidense regresa con ¡®Las mujeres de Winchester¡¯, una novela sobre la solter¨ªa de la mujer de entreguerras, y se muestra aliviada ante los hallazgos meramente est¨¦ticos del reciente estudio sobre el cuadro que centr¨® su primer ¨¦xito, ¡®La joven de la perla¡¯
Tracy Chevalier (Washington D.C., 57 a?os) sigui¨® nerviosa desde su casa en Londres, donde permanece confinada, la presentaci¨®n del m¨¢s exhaustivo estudio que se ha hecho hasta la fecha sobre uno de los cuadros m¨¢s famosos del mundo: La joven de la perla, de Johannes Vermeer. No en vano, Chevalier public¨® en 1999 una novela en la que fantaseaba con la posibilidad de que la chica del cuadro fuese una criada del pintor, y constru¨ªa una historia en la que la belleza de la modelo era el centro. Fue un ¨¦xito en todo el mundo. Chevalier sigui¨® escribiendo, pero a¨²n hoy, m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s, se la recuerda por aquella novela. ?Y qu¨¦ pod¨ªa pasar si el estudio revelaba que de ninguna manera la chica pod¨ªa haber sido una criada? ¡°Lo habr¨ªa arruinado todo¡±, dice.
¡°Si llega a descubrirse que La joven de la perla era una de las hijas de Vermeer, algo con los que los estudiosos han especulado durante a?os, mi novela habr¨ªa dejado de tener sentido. ?Uf! ?Respir¨¦ aliviada cuando no dijeron nada de su identidad!¡±, se?ala. Lo que se sabe ahora ¨C que lo que hab¨ªa de fondo era una cortina verde, y que le hab¨ªa pintado pesta?as ¨C ¡°me result¨® curioso, en especial el asunto de las pesta?as; quiz¨¢ parezca un detalle sin importancia pero para m¨ª dice mucho, y no solo que fuese un pintor detallista hasta ese punto, sino que conoc¨ªa muy bien a la chica¡±, a?ade. Es un d¨ªa de mayo por la ma?ana. Es probable que esta tarde cocine, o plante algo en su jard¨ªn. Estos d¨ªas le est¨¢ dando sobre todo por limpiar, hacer pasteles y hablar con familia y amigos por tel¨¦fono. ¡°Tengo m¨¢s tiempo para escribir, pero no escribo m¨¢s. Me distraen las noticias¡±, dice.
Siempre he tenido la sensaci¨®n de que las mujeres somos nuestro peor enemigo. Los hombres juzgan menos que nosotras. Aunque creo que hay una solidaridad especial entre las mujeres solterasTracy Chevalier
Su ¨²ltima novela, Las mujeres de Winchester (Duomo), llegaba a las librer¨ªas dos d¨ªas despu¨¦s de que se decretara el estado de alarma en Espa?a, as¨ª que se qued¨® en ese extra?o limbo del que ahora intenta escapar. En ella explora la supuesta libertad de las mujeres sobrantes de entreguerras, aquellas que no se vieron obligadas a casarse porque, por la falta de hombres ¨C todos los que hab¨ªan muerto durante la Primera Guerra Mundial ¨C, no pod¨ªan hacerlo, y por lo tanto, no eran tan duramente juzgadas. ?O lo eran igualmente? ¡°Lo eran igualmente, especialmente por las mujeres. Siempre he tenido la sensaci¨®n de que las mujeres somos nuestro peor enemigo. Los hombres juzgan menos que nosotras. Aunque creo que hay una solidaridad especial entre las mujeres solteras, que exist¨ªa entonces y sigue existiendo hoy. Y Violet la encuentra¡±, contesta.
Violet, la protagonista de la novela, ha perdido a su hermano y a su prometido en la guerra, y se ha convertido en una leftover, una futura solterona forzosa, que no va a poder hacer m¨¢s que cuidar de su cruel madre hasta el fin de sus d¨ªas. ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si consiguiera reunir algo de dinero y escapar? Que podr¨ªa acabar en Winchester y dar con una comunidad de bordadoras en la que desprenderse, para siempre, de todo. ¡°Siempre hab¨ªa querido escribir una novela sobre una catedral. Me fascinan desde adolescente. Y estaba especialmente interesada en la Winchester, en parte porque es all¨ª donde est¨¢ enterrada Jane Austen. La visito a menudo. En una de mis visitas, ya con la novela en mente, me qued¨¦ prendada de un conjunto de 56 cojines bordados y cientos de rodilleras, confeccionados por un grupo de mujeres voluntarias durante los a?os 30¡±, relata.
Si el coronavirus hubiera llegado hace 200 a?os, no estar¨ªamos esperando una vacuna, sino haci¨¦ndonos a la idea de que tendr¨ªamos que vivir con ¨¦l. Somos muy afortunadosTracy Chevalier
As¨ª empez¨® todo. Pregunt¨¢ndose c¨®mo ser¨ªa la vida de aquellas mujeres y por qu¨¦ hab¨ªan hecho aquellos cojines. ?Es eso lo que ocurre siempre, elige un momento del pasado, como escritora de novela hist¨®rica, y se traslada a ¨¦l para entenderlo mejor y, de paso, entender el presente? ¡°S¨ª, as¨ª es. Me encanta pensar que el tiempo es un enorme tapiz por el que podemos movernos a nuestro antojo. ?Y por qu¨¦ elegir quedarnos siempre en el presente cuando podemos viajar a otras ¨¦pocas?¡±, contesta. ?Y de qu¨¦ manera, una escritora de novela hist¨®rica, se enfrenta al presente pand¨¦mico en el que vivimos, siendo consciente de que la situaci¨®n que atravesamos se repite cada cierto tiempo? ¡°Por un lado consuela pensar que nuestros antepasados pasaron por algo as¨ª y sobrevivieron. Incluso antes de que se inventaran las vacunas¡±, contesta.
¡°Si el coronavirus hubiera llegado hace 200 a?os, no estar¨ªamos esperando una vacuna, sino haci¨¦ndonos a la idea de que tendr¨ªamos que vivir con ¨¦l. Y eso deber¨ªa hacer que nos consider¨¢ramos afortunados de vivir en la ¨¦poca en la que vivimos, pero tambi¨¦n servir de advertencia. Porque deber¨ªamos cambiar la manera en que vivimos. Adaptarnos. No creo que podamos evitar que la historia se repita. Lo que nos permiten las novelas hist¨®ricas es mirar atr¨¢s y tener una fotograf¨ªa m¨¢s completa del mundo. Nos dicen que somos parte de algo m¨¢s grande. Es un poco inmaduro vivir apegado ¨²nicamente al presente. ?Hora de crecer, gente!¡±, apunta, divertida.
Sobre la nueva normalidad, a?ade, que a¨²n no sabemos exactamente en que va a consistir, pero ¡°est¨¢ claro que la vida el pr¨®ximo a?o va a parecerse mucho a la que tenemos ahora¡± y, aunque hecha de menos los viajes, y a la gente, ¡°debo admitir que no est¨¢ nada mal¡±. ¡°La vida va a volverse m¨¢s local, y tranquila, y me parece que con eso habremos ganado algo¡±, concluye.
Las verdaderas 'leftovers'
?se era el nombre que recib¨ªan las mujeres que, de ninguna manera, iban a poder formar una familia despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial. Por entonces, exist¨ªan en Inglaterra dos millones de mujeres m¨¢s que de hombres, y ¨¦stas estaban condenadas a una libertad que no era tal. ¡°No hab¨ªa muchos trabajos que pudiesen hacer: dar clase, ser enfermeras, secretarias. No pod¨ªan ganarse bien la vida con eso. Tampoco pod¨ªan estudiar. Y eso las hac¨ªa igualmente dependientes de sus familias. No se ocupaban de un marido, pero s¨ª de sus padres¡±, se?ala Chevalier. ¡°La solter¨ªa era solo otro modo de esclavitud¡±, a?ade.
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