Artemisia: la realidad supera la ficci¨®n
Banti llena los huecos en la vida de Gentileschi y sutura la historia donde nunca est¨¢ todo dicho o nunca de todo
Se acaba de reeditar en castellano un libro fascinante que es mucho m¨¢s que una biograf¨ªa novelada de Artemisia Gentileschi, la pintora del XVII que en los ¨²ltimos tiempos ha logrado el lugar que le corresponde en la historia del arte. La autora de Artemisia (Perif¨¦rica, 2020), publicado por primera vez en Italia el a?o 1947, es Anna Banti, pseud¨®nimo de Lucia Lopresti, historiadora y cr¨ªtica de arte ¡ªadem¨¢s de narradora¡ª y casada con el tambi¨¦n cr¨ªtico e historiador Roberto Longhi, uno de los primeros defensores de la artista barroca. Las reflexiones de Banti sobre la vida de la pintora deslumbrante, condenada al ostracismo tras la violaci¨®n de su maestro y amigo del padre y borrada por salirse del patr¨®n aceptado para las mujeres en la historia, podr¨ªan extrapolarse a la vida de tantas otras que, como Gentileschi y la propia Banti, vivieron por encima de las posibilidades que su tiempo les ofrec¨ªa.
Escrito con el estilo elegante de los mejores prosistas italianos ¡ªla cuidada traducci¨®n es de Carmen Romero¡ª, Artemisia es m¨¢s que el placer de la lectura. Banti llena los huecos en la vida de Gentileschi, sutura la historia donde nunca est¨¢ todo dicho o nunca de todo; se obstina en encontrar el hilo conductor de lo quebrado por las habladur¨ªas. No solo. La propia materialidad del texto posee una historia azarosa, relacionada con lo peor que puede ocurrirle a un escritor: perder lo escrito, tema sobre el que reflexiona H¨¦l¨¨ne Cixous al principio de Las enso?aciones de la mujer salvaje (Horas y Horas, 2001).
Poco despu¨¦s de acabado, en 1944, un bombardeo en Florencia destruye el manuscrito. Pese a todo, Banti, movida por la obstinaci¨®n y la fe en la artista ¡ªa las cuales apela en la introducci¨®n a la novela¡ª, retomaba la tarea desde el principio, desde los recuerdos de las p¨¢ginas perdidas y reconstru¨ªa este nuevo relato que se publicaba en 1947. Retaba al des¨¢nimo que asalta el escritor frente a las p¨¢ginas perdidas que se imaginan, sin remedio, las mejores jam¨¢s escritas.
Tambi¨¦n un libro escrito por otro puede perseguirnos. Me ocurri¨® con el gran relato en la vida de Artemisia, las Actas del proceso por estupro, los documentos del juicio que sufri¨® Gentileschi tras su violaci¨®n y que la desvelan ¡ªocurre a menudo¡ª culpable, incluso siendo v¨ªctima. Pese a lo crudo de los testimonios, el texto parece tambi¨¦n una historia inventada, quiz¨¢s porque la realidad supera siempre a la ficci¨®n.
Descubr¨ª este libro publicado por Edizioni delle Donne en 1981, el a?o que comenzaba mi tesis doctoral sobre mujeres pintoras, y desde entonces me han perseguido la fe en la protagonista y la obsesi¨®n por publicarlo en espa?ol. Lo he conseguido hace solo cuatro a?os, en la Editorial C¨¢tedra en 2016 ¡ªtraducido por Nieves Mu?iz¡ª, pero esta tarde, viendo los dos libros en mi estanter¨ªa, siento que algo importante ha ocurrido con estas dos traducciones que, en el fondo, funcionan igual que un juego especular de rescates entre mujeres. Para que ninguna historia real o de ficci¨®n vuelva a quedarse sin contar. Y sin leer.
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