Una exposici¨®n reconstruye la misteriosa historia del cuadro de Goya que Franco rob¨® para Hitler y vendi¨® a un empresario
El Bellas Artes de Bilbao inaugura una exposici¨®n sobre las obras que reuni¨® F¨¦lix Fern¨¢ndez-Vald¨¦s, quien compr¨® al dictador ¡®La marquesa de Santa Cruz¡¯ por 1,5 millones de pesetas
La resoluci¨®n del misterio de la colecci¨®n Vald¨¦s llega con la investigaci¨®n del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que ha logrado reconstruir un conjunto de obras maestras jam¨¢s expuestas juntas m¨¢s que en la propia casa del empresario vasco F¨¦lix Fern¨¢ndez-Vald¨¦s (Bilbao, 1895-1976). El museo ha localizado 300 piezas de las 400 que lleg¨® a adquirir, y expone hasta el 1 de febrero una selecci¨®n de 80.
Para Javier Novo, comisario junto con Pilar Silva, de la muestra, se trata de la colecci¨®n espa?ola de arte m¨¢s importante de la posguerra, que reuni¨® obra de El Greco, Ribera, Zurbar¨¢n, Murillo, Van Dyck, Vald¨¦s Leal, Goya, Rosales, Fortuny, Regoyos, Sorolla, Zuloaga, Romero de Torres, V¨¢zquez D¨ªaz o Robert Delaunay. Lo ¨²nico que no coleccion¨® fue pintura de historia.
Como ha explicado Miguel Zugaza, director del centro, Vald¨¦s ¡°fue el semillero de una nueva generaci¨®n de coleccionistas como Abell¨®, Arango, Koplowitz, V¨¢rez Fisa y Villar Mir¡±. A diferencia de ellos, Vald¨¦s vivi¨® en la intimidad y el secretismo sus adquisiciones hasta su muerte. Entonces hubo que repartir el legado entre sus siete hijos. La herencia fragment¨® la unidad en cientos de pedazos hasta que Novo y Silva se propusieron localizarlos y volverlos a reunir, gracias al ¡°¨¢lbum de la t¨ªa Mariv¨ª¡±, ¨²nico registro fotogr¨¢fico de la casa de Vald¨¦s al poco de morir y antes del reparto.
La joya de aquella colecci¨®n extinta es el retrato La marquesa de Santa Cruz, a la que Goya disfraz¨® de Terps¨ªcore, musa de la danza, la poes¨ªa y el canto, en 1805. Vald¨¦s tuvo especial cari?o a este cuadro, pero la historia de c¨®mo lleg¨® a sus manos se conoce ahora por primera vez, gracias a la investigaci¨®n de Pilar Silva, antigua conservadora del Museo del Prado.
El cuadro de Goya fue sacado de Espa?a durante la Guerra Civil, junto con otras muchas obras. Al iniciarse la contienda, los due?os del lienzo ¡ªherederos del conde Pie de Concha¡ª lo hab¨ªan depositado el lienzo en el Banco de Espa?a. De ah¨ª viaj¨® a Ginebra, en marzo de 1939, pero no se mostr¨® en la exposici¨®n del tesoro espa?ol en el exilio.
Un hallazgo de pel¨ªcula
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial la pintura regres¨® a Esap?a y fue depositada en el Prado, pero ¡°falt¨® poco para que fuera entregada a Hitler¡±, explica Pilar Silva en el cat¨¢logo. El cuadro permaneci¨® en la familia de la marquesa retratada hasta 1941, cuando Franco quiso regalarla al F¨¹hrer porque confundi¨® en la lira un lauburu vasco con una cruz gamada. A partir de ese momento una espesa bruma cae sobre la propiedad del cuadro hasta que en 1944, un nuevo propietario se lo reclama al Museo del Prado. El cuadro sale entonces de la instituci¨®n, aunque en los registros se evita nombrar al due?o.
Tres a?os despu¨¦s, en 1947, F¨¦lix Fern¨¢ndez-Vald¨¦s lo compra por 1,5 millones de pesetas con un cheque a favor del general Francisco Franco Salgado, primo del dictador. Silva ha encontrado en el archivo el recibo de la operaci¨®n. La compra se ejecut¨® libre de todo impuesto y se omiti¨® en todo momento qui¨¦n vend¨ªa el cuadro, aunque la entrega del dinero al primo del dictador hace sospechar el destino final de la cantidad. En el recibo se hac¨ªa constar que Franco Salgado lo hab¨ªa recibido en calidad de ¡°secretario particular de su Excelencia el Jefe del Estado¡±, Francisco Franco Bahamonde.
Seg¨²n las investigaciones, Franco, aprovechando el alboroto, se habr¨ªa adjudicado el cuadro desde que hab¨ªa estado en Suiza. La comisar¨ªa apunta, adem¨¢s, que durante esos tres a?os sin noticias del lienzo de Goya hubo rumores de que se iba a vender en Londres, en la casa de subastas Harris. De hecho, a?os m¨¢s tarde, una de las herederas de Vald¨¦s lo vendi¨® en 1983, y despu¨¦s fue exportado ilegalmente a la capital brit¨¢nica. Un juicio favorable al Estado espa?ol interrumpi¨® esa nueva venta, en 1986, pero hubo que compensar al propietario de entonces.
La exposici¨®n en Bilbao re¨²ne obras que siguen en manos de los descendientes de Fern¨¢ndez-Vald¨¦s con otras que han acabado en otras colecciones privadas ¡ªAbell¨®, Arango o Bot¨ªn, entre otras¡ª. El Prado ha prestado cuatro obras, y otros museos como el propio Museo de Bellas Artes de Bilbao (con el que el coleccionista mantuvo un estrecho v¨ªnculo), el Museo de Bellas Artes de Asturias, el Museo de Bellas Artes de Valencia o el Museu Nacional d¡¯Art de Catalunya. La obra Despu¨¦s del ba?o (1902) de Sorolla es otro de los grandes descubrimientos de la muestra, puesto que se expone al p¨²blico por vez primera en la exposici¨®n.
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