Juanma Bajo Ulloa: ¡°El sistema es cada vez m¨¢s agresivo y conservar la libertad creativa un imposible¡±
El director vasco vuelve, tras cinco a?os sin dirigir ficci¨®n, con una singular f¨¢bula muda, ¡®Baby¡¯, a competici¨®n en Sitges
Cada disparo cinematogr¨¢fico del hasta cierto punto enfant terrible Juanma Bajo Ulloa (Vitoria, 53 a?os) es un peque?o gran acontecimiento. A lib¨¦rrimas pinceladas, ha ido fijando sobre el lienzo de su carrera, desde el estreno de Alas de mariposa (1991), nuevos caminos para un cine espa?ol que, a ratos, parece instalado en un costumbrismo hoy, en su opini¨®n, ¡°por completo dominado por lo racional¡±. Sobre la mesa, una taza de t¨¦. Mascarilla negra, gafas de sol, y de fondo, el c¨¦sped de la terraza del hotel, epicentro del, en esta edici¨®n, menguado festival de cine fant¨¢stico y de terror. El director de Airbag, con cinco a?os de silencio en la ficci¨®n a sus espaldas, presenta a concurso Baby, su ¨²ltimo y epatante asalto, en el que no se escucha otra cosa, durante las cerca de dos horas de metraje, que el llanto de un beb¨¦.
Como un hermano Grimm que construyese sus macabras f¨¢bulas con imagen y no con palabras, Bajo Ulloa renuncia a la palabra en pos de ¡°lo esencial¡±, esto es, del cine ¡°puro¡±, la imagen, y el sonido, la evocaci¨®n, la construcci¨®n de un mundo aterrador, de cuento de hadas ¡°a punto del derrumbarse¡±. La historia es la siguiente: Rosie Day (Good Omens) es una joven de la que nada sabemos excepto que es adicta a todo tipo de sustancias y acaba de tener un beb¨¦ que no hace m¨¢s que llorar. En su pasado, hay unos padres que quisieron algo mejor para ella que ella nunca acab¨® de aceptar (algo que se explica con apenas una fotograf¨ªa y un maillot de ballet), y en el futuro la posibilidad de vender al beb¨¦ para seguir consumiendo (un n¨²mero de tel¨¦fono escrito en su mano por una extra?a). Decisi¨®n que toma, y de la que al instante, se arrepiente.
¡°Es una pel¨ªcula sobre las segundas oportunidades¡±, dice el director, sorprendido a¨²n de la peculiar batalla que ha librado con la historia. ¡°Como en un texto del que no dejas de eliminar l¨ªneas, la pel¨ªcula empez¨® siendo una cosa de la que fui extrayendo elementos hasta que qued¨® lo m¨ªnimo. Como en un cuento, la esencia, ese terreno del subconsciente que exploran las f¨¢bulas, era lo que me interesaba¡±, expone. ¡°En el fondo, es lo que he hecho siempre, solo que en este caso, de una forma m¨¢s radical. Para m¨ª, Alas de mariposa y La madre muerta eran cuentos de hadas, solo que aqu¨ª no hay disimulo¡±, a?ade.
Est¨¢ la casa de la bruja, interpretada por Harriet Sansom Harris (Ratched), en la que todo es muerte y desesperaci¨®n ¡ªy una maldad azarosa y no del todo culpable¡ª y luego la naturaleza, lo salvaje, que ¡°renace d¨ªa a d¨ªa¡±. En un matriarcado imposible, y con el doloroso trasunto de los beb¨¦s robados ¡ªen realidad, de la creaci¨®n robada¡ª, Bajo Ulloa apuesta por ¡°las met¨¢foras y los s¨ªmbolos¡±, y ¡°la m¨²sica y el silencio¡±, como quien propina un sonoro pu?etazo sobre la mesa ante lo que considera ¡°la bulimia consumista¡± en la que anda inmerso el espectador contempor¨¢neo. ¡°Todo lo que se produce hoy en d¨ªa est¨¢ en exceso mascado, porque as¨ª nos quiere el sistema, controlados. No hay poso ya en lo que consumimos, solo hay ideolog¨ªa, e intenci¨®n: una necesidad de alimentar la m¨¢quina con productos que nada tienen que ver con el cine, porque nada tienen que ver con la visceralidad, y el cine es, tambi¨¦n, para el creador, inconsciente, alg¨²n tipo de abismo, dolor¡±, dice. El mundo animal, tan presente en esta historia, tambi¨¦n ¡°de una maternidad salvaje¡±, apunta en ese sentido.
El hecho de que no aparezca ning¨²n hombre, y de que el tema sea la maternidad, una no deseada que se vuelve, de repente, ante la p¨¦rdida, ¨²nica salida, no tiene que ver, dice, con ning¨²n posicionamiento pol¨ªtico. ¡°La creaci¨®n es femenina, y si quieres hablar sobre ella, debes hacerlo a trav¨¦s de personajes femeninos, porque son ellos los que nacen con la capacidad de crear¡±, asegura.
El beb¨¦, cuyo llanto es lo ¨²nico que se oye ¡ªla ¨²nica voz humana¡ª durante el largometraje, representa la obra que no deja de llamar a su creadora, porque necesita que la cuiden. ?Est¨¢ el cine, de alguna manera, necesitado de ese cuidado? ¡°Lo est¨¢, el sistema es cada vez m¨¢s agresivo¡±, insiste, ¡°y conservar la libertad creativa es un imposible¡±, a?ade, y antes de levantarse de la mesa y ajustarse la mascarilla, insiste en su necesidad de ¡°mostrar la belleza¡± del mundo en el que vivimos, y de la complejidad del ser humano, y su apuesta por ¡°un espectador inteligente¡±. Se muestra preocupado por las posibilidades de Baby m¨¢s all¨¢ de su proyecci¨®n en Sitges, por culpa de ¡°la fealdad¡± que lo asola todo.
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