Una gran hero¨ªna ¡®millennial¡¯

Esta nueva versi¨®n de Emma, el cl¨¢sico de Jane Austen, con el que debuta en la direcci¨®n la fot¨®grafa Autumn de Wilde, es una de esas delicias donde todo se saborea como si fuese la primera vez. Tanto, que esa chica ¡°guapa, rica e inteligente¡± que reza el principio del filme al referirse a la vanidosa y un pel¨ªn manipuladora Emma Woodhouse, podr¨ªa ser la perfecta hero¨ªna millennial. La definici¨®n, por cierto, tambi¨¦n valdr¨ªa para la propia pel¨ªcula, cuyo derroche est¨¦tico jam¨¢s resulta banal. Porque todo, desde la fotograf¨ªa, la direcci¨®n de arte, el vestuario o la m¨²sica, que firma Isobel Waller-Bridge en una banda sonora en la que el folk ingl¨¦s se da la mano con Mozart, contribuye a disfrutar de cada minuto de esta comedia rom¨¢ntica y de aprendizaje tocada por la eterna gracia y sabidur¨ªa de Jane Austen.

Desde que en 1995 Amy Heckerling traslad¨® Emma a un instituto de Beverly Hills en Clueless, con Alicia Silverstone de protagonista, casi todos los intentos de adaptar la novela han resultado bastante decepcionantes. Algo que no ocurre con esta versi¨®n de De Wilde, que se empapa de la ligereza de la alta sociedad pueblerina y la belleza de la campi?a inglesa hasta lograr la frescura atemporal de las comedias cl¨¢sicas. En grand¨ªsima medida el acierto de la pel¨ªcula tiene que ver con un reparto que fluye de maravilla entre peque?os y grandes sentimientos. Como no pod¨ªa ser de otra manera, destaca, en la piel de Emma, la actriz Anya Taylor-Joy. Entre una gustosa ornamentaci¨®n de ¨¢rboles de glicinias, camisas de lino y pendientes de corales, radiante y adorable, la actriz se las ingenia para que olvidemos los comportamientos m¨¢s censurables de su personaje.

Con la mirada puesta en la cima de las comedias de Howard Hawks y en sus enormes personajes femeninos, la actriz y la directora logran llevar al personaje a un terreno donde su exceso de arrogancia se encuentra con una faceta m¨¢s p¨ªcara, carnal y, en definitiva, vulnerable. Taylor-Joy (que empez¨® a ser conocida gracias a La bruja, de Robert Eggers, y ahora est¨¢ de actualidad por la serie Gambito de reina) parece destinada a convertirse en una gran estrella y esta pel¨ªcula solo demuestra que hay motivos de sobra para que lo sea. Pero su presencia no es la ¨²nica, y el m¨²sico Johnny Flynn en la piel del se?or Knightley es una inesperada sorpresa y un contrapunto perfecto para hacer cre¨ªble que esta altiva y autosuficiente hero¨ªna se digne al fin a enamorarse.