En la sociedad de los ofendidos
Unas jornadas de la Fundaci¨®n Gabeiras sobre la censura debaten los l¨ªmites de la libertad art¨ªstica
La lista se ha hecho muy larga en los ¨²ltimos a?os: los artistas Eugenio Merino, Charo Corrales y Santiago Sierra, los raperos Valt¨°nyc y Pablo H¨¢sel, el actor Willy Toledo, activistas del co?o insumiso, la compa?¨ªa T¨ªteres dede Abajo¡ Todos creadores que han sufrido la censura. Sus obras han sido da?adas, prohibidas, secuestradas, se?aladas con el dedo de una moralidad concreta. En los casos m¨¢s graves, han tenido que enfrentarse a procesos judiciales con sentencias de prisi¨®n. Comparten los mismos delitos: se les acusa de enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona, delitos de odio y contra los sentimientos religiosos. Tipos penales recogidos en la legislaci¨®n que durante tres d¨ªas se han debatido en las jornadas De la Censura y las Censuras organizadas por la Fundaci¨®n Gabeiras en Madrid.
Una pregunta se ha repetido: ?Estamos en la sociedad del triunfo del ofendido? Bernardo de Rosal, catedr¨¢tico de Derecho de la Universidad de Alicante, as¨ª lo cree al considerar que en Espa?a ¡°se ha transitado a un derecho penal posmoderno muy regresivo¡±. El jurista opina que si no hay un cambio en este ¨¢mbito jur¨ªdico ¡°la sociedad tampoco cambiar¨¢¡±. Por eso, asegura, que ¡°si uno es creador o artista irreverente se le considera filoterrorista, generador de discursos de odio¡±.
La figura del ofendido, de aquel que pretende definir el buen gusto, no tiene respaldo jur¨ªdico. ¡°No existe un derecho a no ser ofendido¡±, apunta Marta Tim¨®n, letrada del Tribunal Supremo. ¡°Existe el derecho al honor que es personal¨ªsimo y cambia con los contextos sociales¡±, contin¨²a para explicar que la ponderaci¨®n de un juez, en su opini¨®n, ¡°no es censura ni previa ni posterior¡±.
La manera en la que los poderes p¨²blicos deciden c¨®mo adquirir o subvencionar el trabajo de los artistas supone para Tim¨®n y Alberto Gonz¨¢lez, miembro de la organizaci¨®n Freemuse, avalada por la Unesco por su trabajo en la defensa de la libertad de expresi¨®n en el arte, una forma de censura previa. Coinciden en que es ¡°la manera de comprobar que el arte se adecua a unos valores abstractos que permiten proteger una determinada idea de moralidad¡±. Es en este punto donde aparecen Abogados Cristianos o Hazte O¨ªr, dos de las organizaciones que m¨¢s denuncias interponen contra artistas en Espa?a por ofensa a los sentimientos religiosos. ¡°La buena noticia es que habitualmente estos procesos se archivan porque es dif¨ªcil determinar el dolo¡±, explica Tim¨®n. Un caso distinto fue el secuestro del libro Fari?a del escritor y periodista Nacho Carretero que tambi¨¦n particip¨® en las jornadas.
Espa?a, seg¨²n c¨¢lculos de Freemuse, se ha convertido en uno de los pa¨ªses del mundo con m¨¢s sentencias de penas privativas de la libertad dictadas contra artistas. En 2019, Valt¨°nyc, Pablo H¨¢sel y los 12 integrantes de La Insurgencia fueron condenados a prisi¨®n por exaltaci¨®n del terrorismo. El primero huy¨® de Espa?a para evitar la c¨¢rcel, H¨¢sel est¨¢ a la espera de la decisi¨®n de la Audiencia Nacional y el grupo de rap ha sido condenado a seis meses y un d¨ªa, por lo que no entrar¨¢n en prisi¨®n.
Charo Corrales es una de las artistas a la espera de declarar por exponer en 2019 Con flores a Mar¨ªa, un fotomontaje de ella misma en la que aparece desnuda tapada con una tela. La obra fue rajada y retirada de una sala de exposiciones en C¨®rdoba por petici¨®n del PP, Vox y Ciudadanos que alegaron que se trataba de una ofensa a los sentimientos religiosos. ¡°Recib¨ª amenazas e insultos por las redes sociales. El bloqueo emocional es enorme. Sent¨ª la violencia sobre m¨ª, no solo sobre la obra¡±, cuenta la artista. Todas esas frases despectivas las bord¨® sobre tela y las convirti¨® en arte cuando al poco de sufrir esta agresi¨®n ¡°despert¨®¡±. ¡°Vivo con la campanita puesta¡±, asegura, ¡°es un reto ir dando pasos m¨¢s all¨¢. Aunque el caso se quede en nada, es un coste para artistas con una econom¨ªa normal¡±.
Israel Elejalde, fundador del teatro Kamikaze en Madrid, es tajante: ¡°El arte debe cuestionar nuestras creencias¡±. El actor recibi¨® presiones de grupos de bandos ideol¨®gicos opuestos d¨ªas antes del estreno de Jaur¨ªa, la obra que recreaba la sentencia del caso La Manada. Desde la izquierda le acusaban de lucrarse con el dolor de la v¨ªctima. Desde la derecha por tratar el tema. ¡±No siento en peligro mi libertad de expresi¨®n, s¨¦ que puede provocar determinadas reacciones legales¡±, asegura. Asume como parte de su oficio lidiar con las cr¨ªticas de los ofendidos. ¡±El problema no est¨¢ en la obra, sino en la educaci¨®n¡±.
A este origen se retrotrae la cineasta y guionista In¨¦s Par¨ªs. ¡°Los ciudadanos no tienen capacidad cr¨ªtica porque el sistema educativo es p¨¦simo¡±, afirma. ¡°Mucho menos visi¨®n de g¨¦nero¡±, dice para vincular tambi¨¦n la censura con el machismo. ¡°En el mundo audiovisual se venden proyectos en un mercado dominado en un 90% por hombres que aseguran que no te quieren discriminar, que se basan en criterios objetivos, pero al final recurren a referencias previas, que son todas masculinas¡±.
Un derecho aut¨®nomo
¡°Si a los juristas especializados en libertad de expresi¨®n se nos pregunta si la libertad de creaci¨®n art¨ªstica es un derecho aut¨®nomo el titular ser¨ªa: Todav¨ªa no, pero esperamos que lo sea pronto¡±, asegura Laura D¨ªez. La directora general de Asuntos Constitucionales y Coordinaci¨®n Jur¨ªdica del Gobierno explica que tanto en Europa como en Estados Unidos los tribunales protegen la libertad de creaci¨®n art¨ªstica como se preserva cualquier tipo de expresi¨®n. ¡°El bien jur¨ªdico que se resguarda en la libertad de arte y en la libertad de expresi¨®n es el mismo: el intercambio de ideas y el discurso en una sociedad democr¨¢tica. En consecuencia, la libertad de arte forma parte de la libertad de expresi¨®n¡±. D¨ªez no comparte esta teor¨ªa. Pone de ejemplo de intercambio de ideas la obra de Santiago Sierra Presos pol¨ªticos, retirada de ARCO en 2018. Un ejemplo, no una norma en el arte, por eso considera que ¡°la protecci¨®n de la libertad de arte debe ser superior a la de la libertad de expresi¨®n porque cuando protegemos una creaci¨®n art¨ªstica protegemos algo m¨¢s que la mera libertad de expresi¨®n¡±.
Adriana Moscoso, directora general de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperaci¨®n en el Ministerio de Cultura a?ade otra consideraci¨®n en el debate sobre la censura: los derechos de autor. ¡°Vamos a trasladar a Espa?a una normativa europea que es garant¨ªa del reparto justo de los intereses morales y materiales que corresponden a los autores¡±, recuerda sobre una norma que, al contrario de lo que opinan sus cr¨ªticos, no va a ser un obst¨¢culo a la libertad de expresi¨®n. ¡°Me rebelo ante esta interpretaci¨®n, es maniquea. Se han perseguido los fines de desregulaci¨®n del mercado en favor de unos pocos intereses. Se puede imponer la ley del m¨¢s fuerte si se limita todo a la negociaci¨®n particular¡±.
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