¡®Babenco: Dime cu¨¢ndo muero¡¯, la carta de amor visual que representar¨¢ a Brasil en los Premios Oscar
El documental, dirigido por B¨¢rbara Paz, retrata los ¨²ltimos a?os de la lucha contra el c¨¢ncer de su pareja, el cineasta argentino H¨¦ctor Babenco
El cineasta H¨¦ctor Babenco siempre tuvo una confianza ilimitada en la suerte y en sobrevivir. Lo hizo durante 70 a?os, hasta que su coraz¨®n dej¨® de latir el 14 de julio de 2016. Llevaba d¨¦cadas conviviendo con un c¨¢ncer linf¨¢tico que le diagnosticaron a los 38 a?os. M¨¢s que la suerte, lo que le mantuvo vivo fue el cine. ¡°Siempre que estaba a punto de morirse, se inventaba una nueva pel¨ªcula¡±, cuenta a EL PA?S la actriz y directora B¨¢rbara Paz, responsable del documental Babenco: Dime cu¨¢ndo muero, que retrata la esencia del hombre al que am¨® durante seis a?os de lenta despedida. La Academia Brasile?a de Cine ha elegido este documental para representar al pa¨ªs en los premios Oscar de 2021.
¡°Es emocionante que la Academia haya elegido una pel¨ªcula sobre H¨¦ctor, un tipo que llev¨® el cine brasile?o al mundo¡±, celebra Paz. Babenco, argentino radicado en Brasil, produjo 11 largometrajes y represent¨® al pa¨ªs en la ceremonia de 1985, donde fue nominado al Oscar de mejor director con El beso de la mujer ara?a. Otros de sus t¨ªtulos son El rey de la noche (1975), el primer film que dirigi¨® en solitario; Lucio Flavio, el pasajero de la agon¨ªa (1977); Pixote, la ley del m¨¢s d¨¦bil (1981); Jugando en los campos del Se?or (1990); Coraz¨®n iluminado (1998); Carandiru (2003) y la producci¨®n argentino-brasile?a El pasado (2007).
El ¨²ltimo ¡ªy autobiogr¨¢fico¡ª fue Mi amigo hind¨² (2015), que cuenta el proceso de trasplante de m¨¦dula al que Babenco se someti¨® en Estados Unidos. En la pel¨ªcula, Diego, un cineasta interpretado por Willem Dafoe (amigo del director y de su mujer) sufre un c¨¢ncer terminal y comparte habitaci¨®n de hospital con un ni?o hind¨², con quien construye una amistad basada en el apego a la vida.
¡°No s¨¦ qu¨¦ ven¨ªa primero, si rodar o estar vivo¡±, dice Babenco ante las lentes de B¨¢rbara Paz. ¡°Ya viv¨ª mi muerte, solo me falta hacer la pel¨ªcula de mi muerte¡±, a?ade en otro momento. Paz decidi¨® rodar el documental cuando, un d¨ªa, vio a su marido en una de las muchas camas de hospital por las que pas¨® y tuvo miedo de que no tuviese m¨¢s tiempo para hablar de aquel hombre cuya fuerza la impresionaba. ¡°En el fondo, quer¨ªa que todo el mundo escuchara lo que yo estaba escuchando, que la gente conociese al pensador, m¨¢s all¨¢ del cineasta, a ese hombre que luchaba para sobrevivir porque se manten¨ªa vivo para hacer cine¡±, cuenta ella, que registr¨® la vida al lado de Babenco de 2010 a 2016.
El resultado es un retrato del hombre amado, un poema visual, una carta de amor que, m¨¢s que una biograf¨ªa informativa ¡ªa pesar de que las im¨¢genes de archivo y de las obras de Babenco cumplan primorosamente esa funci¨®n¡ª, es una invitaci¨®n a la intimidad del artista. Est¨¢n presentes referencias a su infancia en Mar del Plata, Argentina, y del universo que influy¨® en su est¨¦tica audiovisual, pero no hay una linealidad cronol¨®gica. El registro de la muerte en acci¨®n, en un proceso lento y constante, con el c¨¢ncer como hilo narrativo, se contrapone al afecto presente en toda la obra. Y, aunque la relaci¨®n rom¨¢ntica del cineasta y de Paz sea protagonista, ella apenas aparece en pantalla, aunque su presencia sea constante.
En una de las primeras escenas, en la que Babenco le regala una c¨¢mara, ¨¦l insiste en instruirla sobre los encuadres, pero a lo largo de la pel¨ªcula queda claro que la mirada de Paz es soberana. Es su visi¨®n del artista lo que hace que el hombre se abra en su intimidad fr¨¢gil y, a la vez, fuerte. ¡°Los ¨²ltimos a?os, cuando apareci¨® de nuevo el c¨¢ncer, ten¨ªa mucha prisa, quer¨ªa que lo grabaran todo el rato. Hice un teaser antes de que partiera, se lo mostr¨¦ antes de un examen, cuando ten¨ªa mucho miedo de que el c¨¢ncer le hubiera llegado a la cabeza. Le encant¨®: vio esos cinco minutos y dijo: ¡®?Parezco un hombre interesante y todo!¡±, cuenta la directora.
Ninguno de los dos quer¨ªa un documental al uso, con entrevistas. ¡°Eso ser¨ªa lo f¨¢cil¡±, asegura Paz. ¡°?l estaba vivo y quer¨ªa hablar. Hab¨ªa eso de gr¨¢bame para no morir jam¨¢s¡±, a?ade. Pero ?c¨®mo grabar a alguien al borde la muerte? ¡°Ten¨ªamos horas de grabaciones en hospitales; de hecho, podr¨ªa hacer una pel¨ªcula solo sobre su final. Pero quer¨ªa mostrar qui¨¦n era a trav¨¦s de nuestra relaci¨®n. Es un retrato ¨ªntimo de una pareja donde ¨¦l me cuenta su historia¡±, dice la realizadora.
En uno de los momentos m¨¢s conmovedores, el espectador presencia la grabaci¨®n de la ¨²ltima escena rodada por Babenco en el cine: Paz, aqu¨ª un h¨ªbrido de musa y mujer amada, baila, sonriente, bajo la lluvia, reinterpretando los movimientos de Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia. Cuando termina, abraza a su marido, ambos emocionados. ¡°Ese d¨ªa fue muy fuerte. Estaba reproduciendo una escena que le hice un d¨ªa que estaba muy enfermo. Al final, dijo: ¡®Esa es la escena final de mi pr¨®xima pel¨ªcula, que no s¨¦ cu¨¢l ser¨¢. Quiero que mi ¨²ltima escena sea con vida, que tenga sol¡¯. En el fondo, sab¨ªamos que ser¨ªa la ¨²ltima¡±, recuerda Paz.
Ese es el momento final de Mi amigo hind¨², pero no el de Babenco. El documental, que hace una oda a su obra y lo acerca a las generaciones queno conozcan su cine ¡ªal menos no m¨¢s all¨¢ de Carandiru¡ª, plasma la esencia del hombre, del cineasta, del pensador. Y nos hace pensar que es posible que est¨¦, como dice en cierto momento, a¨²n vivo, viviendo en un apartamento en primera l¨ªnea de playa, leyendo los obituarios de su muerte con una sonrisa en la cara.
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