Ren¨¦e Zellweger renace con la ca¨ªda de Judy Garland
El ¡®biopic¡¯ de la m¨ªtica cantante supone la vuelta a la pantalla de la actriz, favorita al Oscar
El camino al Oscar a la mejor actriz de esta temporada parece estar pavimentado de baldosas amarillas. O, mejor dicho, doradas, el color de los premios que le est¨¢n lloviendo a Ren¨¦e Zellweger (Katy, Texas, 50 a?os) por su encarnaci¨®n de Judy Garland en la pel¨ªcula que ha supuesto su regreso triunfal a Hollywood despu¨¦s de un retiro autoimpuesto de varios a?os. En Judy, que se estrena en Espa?a ma?ana viernes, la int¨¦rprete se transforma en una leyenda hundida, t¨ªpico papel para sacar r¨¦dito en la temporada de premios y, por ¨¦l, Zellweger es favorita al Oscar (ser¨ªa el segundo de su carrera) y al Bafta tras haber logrado ya el Globo de Oro y el galard¨®n del Sindicato de Actores (SAG). Resulta parad¨®jico que mientras Judy muri¨® por una sobredosis accidental de barbit¨²ricos seis meses despu¨¦s de los acontecimientos que narra este biopic, la texana est¨¦ viviendo lo que los medios en ingl¨¦s han bautizado como The Ren¨¦essance (Ren¨¦ecimiento).
El reto de convertirse en la actriz de El mago de Oz empez¨® en 2017, cuando el productor David Livingstone le envi¨® el guion, basado en la obra de Peter Quilter Al final del arco¨ªris. Se vio inmersa en el proyecto casi sin ser consciente de haberlo aceptado. ¡°Realmente no s¨¦ si lo hice. David y Rupert Goold, el director, me dijeron: 'Vamos a probar unos looks, y hacer algunas fotos, tal vez cantar algunas canciones, entrenar un poco la voz y quiz¨¢ grabar alg¨²n tema¡±, cuenta la actriz a EL PA?S en la presentaci¨®n de la pel¨ªcula en Londres. ¡°As¨ª que reservaron unas horas de estudio en Abbey Road y a eso s¨ª que contest¨¦: '?S¨ª! ?Ir¨¦! Aunque solo sea para poder husmear en Abbey Road, ir¨¦¡±.
En diciembre de 1968, Judy Garland ten¨ªa 46 a?os, estaba arruinada y sin casa, enganchada al alcohol y las pastillas, y batallaba por la custodia de sus hijos. Acept¨® cinco semanas de conciertos en un club nocturno de Londres, The Talk of The Town, pero su comportamiento err¨¢tico hizo que cada noche all¨ª fuera imprevisible: algunas veces, alimentada por el amor de su p¨²blico, se comportaba como la estrella que siempre fue ¨Cla pel¨ªcula hace un gui?o a su condici¨®n de icono de la comunidad gay¨C; otras, consumida por la falta de sue?o y por sus demonios y adicciones, abandonaba el escenario entre abucheos. A Zellweger le intrig¨® que un filme con alma de homenaje se centrara en la ca¨ªda del mito y no en su ascenso. ¡°Rupert quer¨ªa contar la verdad sobre la vida de un int¨¦rprete, y el coste que eso le supuso", explica. "Porque si no miras los momentos dif¨ªciles de Judy, los desaf¨ªos que afront¨®, las ocasiones en las que desde fuera parec¨ªa que estaba derrotada, es imposible que aprecies lo verdaderamente extraordinaria que fue¡±.
Para perfeccionar una transformaci¨®n que nunca cae en la imitaci¨®n o la caricatura, Zellweger ley¨® obsesivamente, pas¨® horas en YouTube, estudi¨® la postura corporal de Garland ¨Calgo encorvada¨C y reprodujo sus gestos y tics. Pero, sobre todo, entren¨® con disciplina su voz para poder interpretar en directo y con audiencia los grandes ¨¦xitos de su repertorio, Over The Rainbow incluido; algo que, para Goold, curtido en teatro, era un requisito irrenunciable. ¡°?l buscaba reproducir esa magia indeleble que recuerda la gente que vio actuar a Judy, esa energ¨ªa compartida entre un int¨¦rprete y su p¨²blico... Quer¨ªa que resultara veraz, as¨ª que intent¨® eliminar todo lo que no fuera necesario en cuanto a maquillaje, o cualquier otro artificio. Fue una experiencia muy cruda, y me alegro de ello, porque yo habr¨ªa hecho trampa en un mont¨®n de cosas si me hubiera dejado¡±, r¨ªe. Nariz y dientes postizos, lentillas marrones y una peluca se cuentan entre los escasos trucos que utiliz¨® el dise?ador de peluquer¨ªa y maquillaje Jeremy Woodhead, tambi¨¦n nominado al Oscar.
De ni?a, Judy fue maltratada por una maquinaria despiadada que la convirti¨® en una estrella a costa de su salud f¨ªsica y mental, y la pel¨ªcula lo refleja con una serie de flashbacks que dejan en p¨¦simo lugar a Louis B. Mayer (la comparaci¨®n entre ¨¦l y Harvey Weinstein es, admite la actriz, ¡°obvia¡±). ¡°Al menos hoy estamos hablando de ello y cuestionando cosas a las que antes no nos plante¨¢bamos oponernos", apunta. "Cuando las j¨®venes llegan a la mayor¨ªa de edad y no conocen un mundo con un techo de cristal, es inevitable que pregunten sobre desigualdades y por qu¨¦ han de tolerar situaciones que son claramente abusivas¡±. Zellweger tambi¨¦n pag¨® el peaje de la fama y ha sufrido el escrutinio constante de los medios sobre su aspecto. Se apart¨® del cine entre 2010 y 2016 ¨Cregres¨® con Bridget Jones' Baby¨C, y no est¨¢ muy segura de que la industria que la ha recibido con los brazos abiertos sea tan distinta de la que abandon¨® hace una d¨¦cada para cuidarse m¨¢s, viajar, estudiar, escribir un piloto para una serie, hacer activismo feminista y, en suma, reordenar sus prioridades: ¡°No leo nada, no interact¨²o mucho y mi c¨ªrculo no es de Hollywood. Viajo, paseo a mis perros, estoy sola a menudo, y mi idea de salir es jugar a las cartas con amigos, escribir juntos, compartir ideas o tocar m¨²sica. As¨ª que me resulta dif¨ªcil calibrar si ha cambiado¡±.
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