Mar¨ªa Teresa Vera, la gran dama de la trova cubana
Voz imprescindible de la historia de la m¨²sica habanera, grab¨® cerca de 200 canciones de diferentes estilos en sus 50 a?os de carrera, pero su repertorio ten¨ªa m¨¢s de mil
Mar¨ªa Teresa Vera conoci¨® desde ni?a los ambientes bohemios de principios del siglo XX, as¨ª que, cuando le aconsejaron aprender a tocar la guitarra no lo dud¨® y se abri¨® ante ella un mundo apasionante de posibilidades. Su primera actuaci¨®n en p¨²blico, a los 16 a?os, confirm¨® que se dedicar¨ªa a la m¨²sica toda su vida, ya que interpret¨® la canci¨®n ¡®Mercedes¡¯ acompa?ada por su autor, y fue tal el ¨¦xito que tuvo que repetirla seis veces.
Desde ese momento comenz¨® una carrera musical que la llev¨® a formar numerosos d¨²os y sextetos, a viajar a Estados Unidos y, sobre todo, a popularizar los sones de la m¨²sica cubana en sus diferentes estilos: capricho cubano, guaracha, rumba, clave, criolla, canci¨®n, bambuco, son, habanera, bolero, melopea,¡ pero destacando en uno, la trova, con el que se convirti¨® en la gran dama musical de Cuba y en voz imprescindible de la historia de la m¨²sica en el pa¨ªs caribe?o al ser de las pocas mujeres cantante en aquella ¨¦poca.
Mar¨ªa Teresa Vera naci¨® en la localidad cubana de Yaguajay el de 6 de febrero de 1895. Fue nieta de esclavos e hija de un militar espa?ol al que no lleg¨® a conocer, pero creci¨® al amparo de una familia adinerada en cuya casa su madre trabajaba como sirvienta.
En aquella mansi¨®n a la que acud¨ªan grupos de la trova tradicional cubana comenz¨® a relacionarse sin querer con un ambiente bohemio y a manifestar aptitudes musicales. All¨ª conoci¨® al famoso autor Manuel Corona, que fue quien le aconsej¨® que aprendiera a tocar la guitarra y le ense?¨® algunas de sus canciones, convirti¨¦ndose en la influencia m¨¢s decisiva de la peque?a Mar¨ªa Teresa.
Cuando ten¨ªa 16 a?os Mar¨ªa Teresa Vera inici¨® su carrera art¨ªstica en un d¨²o con Rafael Zequeira, present¨¢ndose por primera vez en el teatro Politeama Grande de La Habana. Fue el 18 de mayo de 1911 e interpret¨® la canci¨®n ¡®Mercedes¡¯ acompa?ada por su autor. Fue tal el ¨¦xito y los aplausos que tuvo que repetirla seis veces. Desde entonces comprendi¨® que ese era el camino a seguir.
En 1918 viaj¨® a Nueva York para actuar en el teatro Apolo junto a Rafael Zequeira, con quien form¨® un d¨²o de leyenda grabando sus primeros discos y popularizando de inmediato muchas de sus canciones, como ¡®A llorar a Pap¨¢ Montero¡¯. En esos primeros a?os viaj¨® a Estados Unidos casi en una decena de ocasiones.
Su carrera musical dio un gran salto en 1922 al firmar un contrato por la casa discogr¨¢fica RCA Victor. En esos a?os, hasta la muerte de Zequeira en 1924, Mar¨ªa Teresa grab¨® 149 obras, primero con Zequeira y despu¨¦s con Manuel Corona.
Despu¨¦s de una etapa en la que actu¨® sola o acompa?ada espor¨¢dicamente por otro trovador, y despu¨¦s de varias uniones musicales, Mar¨ªa Teresa termin¨® formando el famoso Sexteto Occidente. Estaba compuesto por m¨²sicos de brillantes carreras y supuso para ella una etapa de gran ¨¦xito dentro de la gran tradici¨®n cubana que hab¨ªa para los sextetos de son y de la demanda que exist¨ªa de este tipo de agrupaciones musicales.
El grupo, a pesar del ¨¦xito, tuvo una corta carrera y realiz¨® escasas grabaciones, sobre todo por la competencia de otro grupo de similares caracter¨ªsticas, el Sexteto Habanero. Ambas formaciones desarrollaron la forma de tocar el son conocida como "a la habanera", y fueron los primeros en popularizar este tipo de m¨²sica con caracter¨ªsticas propias.
Dos circunstancias obligaron en ese momento a Mar¨ªa Teresa a dar un giro a su carrera: la primera, el cicl¨®n de 1926, uno de los m¨¢s grandes y devastadores que ha sufrido la isla; y la segunda, que la religi¨®n que profesaba, la yoruba, le prohib¨ªa seguir con su carrera art¨ªstica. La joven cantante y guitarrista acept¨® esta segunda condici¨®n y vendi¨® el sexteto, que pas¨® a denominarse Sexteto Nacional.
Diez a?os estuvo la ya famosa trovadora en silencio para el mundo. Decidi¨® hacerse santera y dej¨® la m¨²sica hasta 1936, dedic¨¢ndose a sus barajas y lecturas de la religi¨®n afrocubana. Pasado ese tiempo obtuvo una dispensa de las autoridades yoruba y pudo continuar con su otra ¡®religi¨®n¡¯, la m¨²sica y cantar.
Ese a?o reapareci¨® de forma ef¨ªmera en un programa de radio con un cuarteto compuesto por Justa Garc¨ªa, Dominica Verges y Lorenzo Hierrezuelo. Con este ¨²ltimo, a partir de ese momento form¨® un d¨²o que dur¨® m¨¢s de veinticinco a?os, y con el que Mar¨ªa Teresa se reafirm¨® como la gran dama de la trova al revolucionar todo el movimiento musical habanero.
Mar¨ªa Teresa y Lorenzo se identificaron tanto profesionalmente que se pod¨ªan permitir el lujo de ensayar en contadas ocasiones. Con ¨¦l realiz¨® en 1947 una gira por M¨¦xico. Dos a?os despu¨¦s, en 1959, fue contratada por la emisora de radio CMZ, del Ministerio de Educaci¨®n, y durante un largo periodo particip¨® en diversas emisoras habaneras programas de divulgaci¨®n del cancionero cubano.
Sin embargo, no todo fue esplendor y ¨¦xito. En lo profesional Vera tambi¨¦n sufri¨® el momento del chachach¨¢, del mambo y de los discos de larga duraci¨®n y en lo personal hasta tuvo que ir a declarar a los tribunales por falta de recursos para pagar su alquiler. En medio de esta situaci¨®n de embargo cre¨® en el a?o 1957 otras grandes obras: ¡®Sufrir y esperar¡¯, ¡®Ya no te quiero¡¯ y ¡®Te digo adi¨®s¡¯.
A lo largo de su vida art¨ªstica, que se extendi¨® por medio siglo, Mar¨ªa Teresa Vera no compuso muchas canciones, y entre las que cant¨® destacan ¡®Por qu¨¦ me siento triste¡¯, ¡®No me sabes querer¡¯, ¡®Yo quiero que t¨² sepas¡¯, y la conocid¨ªsima y siempre vigente ¡®Veinte a?os¡¯, considerada una de las m¨¢s bellas canciones cubanas de todos los tiempos.
Los textos de sus canciones se los hac¨ªan amistades que escrib¨ªan poes¨ªa, ya que era amiga de renombrados aunque nunca cant¨® canciones del teatro l¨ªrico ni boleros que no fueran los tradicionales, porque prefiri¨® no quebrar su l¨ªnea estil¨ªstica.
Sus ¨²ltimas presentaciones en p¨²blico tuvieron lugar en 1961 y desde ese momento, enferma, se retir¨® de la actividad musical. Falleci¨® el 17 de diciembre de 1965 en La Habana, a los 70 a?os de edad.
A pesar del tiempo transcurrido, Cuba la tendr¨¢ siempre entre sus figuras emblem¨¢ticas y hasta el propio Silvio Rodr¨ªguez ha reconocido que la voz de Mar¨ªa Teresa Vera ¡°era sin vibrato, seca; tocaba las notas y solo se prolongaba para ¡®glisar¡¯ de un tono a otro, lo cual le imprim¨ªa una gracia, o m¨¢s bien un car¨¢cter, muy singular. Su emisi¨®n era aparentemente descuidada, natural, popular; incluso a veces se le rajaba la voz, pero sin desafinar. Siempre hac¨ªa variantes de las melod¨ªas originales, por lo que, en este sentido, tambi¨¦n interpretaba creadoramente¡±.
En 1995, con motivo del centenario de su nacimiento, se edit¨® un disco homenaje de t¨ªtulo ¡®A Mar¨ªa Teresa Vera¡¯, en el que int¨¦rpretes como Omara Portuondo, Martirio, Pablo Guerrero, Gema y P¨¢vel, Jacqueline Castellanos, Ux¨ªa y Argelia Fragoso interpretaron algunas de sus canciones.
Babelia
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