Los cuervos negros vuelven a volar
The Black Crowes, la banda que revolucion¨® el rock norteamericano de los noventa, se re¨²ne, cinco a?os despu¨¦s de su separaci¨®n por las disputas entre los hermanos Robinson, para ofrecer una gira mundial
La excitaci¨®n que se respira en el ambiente se quedar¨¢ peque?a en comparaci¨®n con lo que suceder¨¢ minutos despu¨¦s sobre el escenario. En el interior de Omeara, una sala ubicada en los alrededores del puente de Londres que recuerda a las dependencias de un sal¨®n palaciego decimon¨®nico, se concentran decenas de periodistas y miembros de la industria discogr¨¢fica brit¨¢nica en un concierto privado. Esperan la salida de The Black Crowes, la banda que revolucion¨® el rock norteamericano en los noventa y que hace cinco a?os se separ¨® por los enfrentamientos entre sus dos l¨ªderes y creadores, los hermanos Robinson, Chris y Rich. Ahora la expectaci¨®n es grande. Su regreso puede ser una simple jugada de marketing o un estupendo motivo para volver a disfrutar del trepidante rock and roll con alma negra de una formaci¨®n que situ¨® la mejor tradici¨®n de la m¨²sica americana de ra¨ªces en lo m¨¢s alto.
¡°Hace unos a?os hubiese visto imposible volvernos a juntar. No lo hubiese imaginado. Para ser sincero, me alegro de que haya pasado¡±, confiesa Chris Robinson, cantante de The Black Crowes. Su hermano Rich, sentado a su lado, asiente ligeramente con la cabeza. Ambos charlan en la habitaci¨®n de un hotel c¨¦ntrico de Londres el d¨ªa siguiente de la actuaci¨®n, que sirvi¨® para presentar su gira de reuni¨®n, organizada por Live Nation, promotora que invit¨® a EL PA?S a la capital brit¨¢nica para el concierto privado y la entrevista. La gira mundial de los cuervos negros, que pasar¨¢ por Madrid en noviembre, llega con motivo del 30? aniversario de la publicaci¨®n de su primer disco, Shake Your Money Maker. ¡°Me parece guay pensar que no estamos lejos de todo aquello¡±, arguye Rich. ¡°Fue todo exageradamente excitante. Tocamos en un solo disco el pico de lo que era ser una estrella del rock¡±, a?ade.
Shake Your Money Maker fue un debut que marc¨® un punto de inflexi¨®n en la m¨²sica norteamericana. Una obra que recuperaba el legado de la m¨¢s genuina savia del rock sure?o, como Lynyrd Skynyrd, The Allman Brothers Band o Tom Petty, y a su vez vibraba con coraz¨®n negro. Como si a Stax Records, la gran factor¨ªa del soul de Memphis, le diese por hacer rock and roll. O, tal y como sucedi¨® en el caso de The Black Crowes, como si los chicos blancos desmelenados se desviviesen por ser como Otis Redding. Tanto fue as¨ª que en el ¨¢lbum triunfaron con su versi¨®n del visceral Hard to Handle, a?adi¨¦ndole pegada rock. ¡°Siempre estuvimos en el soul, el blues o el g¨®spel. Fue nuestra alimentaci¨®n¡±, explica Chris, mucho m¨¢s expresivo que su hermano. ¡°Cuando sali¨® Shake Your Money Maker en 1990 no hab¨ªa un rock and roll como el nuestro¡±.
Aquel primer disco marcar¨ªa el camino de una banda que, con todos esos genes, acabar¨ªa por definir un estilo en mitad de una d¨¦cada marcada en Estados Unidos por el terremoto del grunge, el auge imparable del hip-hop y las vibraciones a¨²n recientes del heavy rock de los ochenta. Entre Nirvana, Public Enemy y Guns N¡¯ Roses, The Black Crowes abrieron una nueva v¨ªa, de un elegante clasicismo y una fuerte contundencia, gracias a m¨¢s discos destacados como The Southern Harmony and Musical Companion y Amorica. Un camino alternativo que no par¨® de sumar disc¨ªpulos, como Ben Harper, Drive-By Truckers, North Mississippi Allstars y Gov¡¯t Mule, pero tambi¨¦n p¨²blico: amantes del rock de siempre, adoradores de los sonidos ra¨ªces, oyentes provenientes del heavy o el grunge pero de o¨ªdos m¨¢s tolerantes¡
¡°Nosotros am¨¢bamos a los Faces y todos esos grupos de bar de los setenta, pero tambi¨¦n a Jimmy Reed, Chuck Berry y Hank Williams. Cuando la gente nos escuchaba, no escuchaba ninguna moda. Represent¨¢bamos a toda la tradici¨®n del rock¡±, dice Rich. Herederos directos de aquellos Rolling Stones tambi¨¦n fascinados con el soul, The Black Crowes se convirtieron a finales de siglo en una alternativa tan buena o mejor que los propios Stones. ¡°?ramos representantes de una feria de rock and roll itinerante, rockeros gitanos¡±, indica Chris con una risa. Luego, sin embargo, las dispu?tas internas, los cambios continuos de formaci¨®n y la falta de simbiosis restaron fiereza a un grupo que lleg¨® al siglo XXI como un coloso de la americana, pero con cierta par¨¢lisis vital.
Esta gira de reuni¨®n no viene sin pol¨¦mica. Se podr¨ªa afirmar que los hermanos Robinson son los Gallagher de la m¨²sica norteamericana. Siempre tir¨¢ndose los trastos y compitiendo entre ellos. Cuando se separaron en 2015, Rich calific¨® la actitud de su hermano de ¡°inaceptable¡±, y Chris se iba metiendo con ¨¦l p¨²blicamente por distintos programas de radio mientras se enorgullec¨ªa de su nuevo grupo, Chris Robinson Brotherhood.
¡°Estaba lleno de rabia. Lo reconozco. Pasa en todas las familias. No pod¨ªa entender que se pudiese poner fin a algo que nos hab¨ªa dado tanto. Estuvimos sin hablarnos mucho tiempo¡±, reconoce Chris, quien agrava su voz para explicar que el suicido de Neal Casal, amigo y guitarrista de Chris Robinson Brotherhood, tambi¨¦n le hizo pensar: ¡°Tragedias as¨ª tienen efectos que no te imaginas. Abri¨® mi mente y me ayud¨® a centrarme realmente. Me pregunt¨¦ si yo quer¨ªa vivir sin el amor de mi hermano¡±.
La reunificaci¨®n de The Black Crowes ha llegado antes que la de Oasis, y aseguran que sus motivaciones, m¨¢s all¨¢ del acuerdo millonario que han cerrado con Live Nation, son ¡°aut¨¦nticas¡±. ¡°No podr¨ªamos juntarnos solo por dinero. Hay un c¨ªrculo ¨ªntimo y real entre nosotros¡±, dice Chris. Un c¨ªrculo en el que han dejado fuera a un miembro determinante como el baterista Steve Gorman, quien en su autobiograf¨ªa critic¨® a los hermanos, pero tambi¨¦n a m¨¢s nombres ilustres, como los talentosos Luther Dickinson y Marc Ford. ¡°En este grupo no han parado de entrar y salir m¨²sicos, pero no queremos mirar al pasado. La energ¨ªa negativa no tiene cabida en este proyecto. En eso fue en lo primero que estuvimos de acuerdo mi hermano y yo¡±, sentencia Rich.
La sala Omeara vibra como en un garito de carretera pasado de rosca. Chris canta plet¨®rico, ¡°a?adiendo acentos¡±, en sus propias palabras, a las notas de la guitarra ac¨²stica de su hermano. En la gira mundial ir¨¢n con banda. Se contonea y da palmas mientras ara?a el aire con su voz rota y punzante, como si fuera un Wilson Pickett con pintas de Keith Richards. ¡°Hab¨ªa olvidado lo que era sentir esta m¨²sica otra vez. Los sentimientos que me causan y consigo transmitir. Todo lo que puedo ser con esta m¨²sica¡±, reconoce Chris. ¡°Es estupendo volver a subirse al escenario para recordar lo que fuimos hace 30 a?os¡±, a?ade Rich.
Tres hitos
No inventaron nada, pero lo recuperaron con tanto entusiasmo que The Black Crowes volvieron a dar un relumbr¨®n nuevo y apasionante al rock norteamericano. Con Shake Your Money Maker, muchos se preguntaron d¨®nde hab¨ªa estado este sonido enterrado durante los ochenta. Amorica confirm¨® que su alcance era de p¨²blico masivo, propio de audiencias del pop. Ya con el cambio de siglo, se mantuvieron fieles a su estilo, destacando en ¨¢lbumes como Wairpaint, gracias al riego blues que aportaba el guitarrista Luther Dickinson.
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