La mirada psicol¨®gica de Rembrandt sobre la ?msterdam del siglo de Oro
El Thyssen dibuja el boyante mercado del retrato en la ciudad holandesa en el XVII
Entre 1590 y 1670 hab¨ªa registro en la ciudad de Amsterdam de nada menos que 130 pintores, retratistas en su mayor parte. Serv¨ªan, a diferencia de lo que ocurr¨ªa en el sur de Europa, a clientes que no pertenec¨ªan a la Iglesia o a la nobleza. La ciudad, convertida ya en basti¨®n calvinista, era un centro de poder y riqueza de clases medias que hab¨ªan hecho fortuna gracias al comercio o la industria. Todos quer¨ªan adornar sus lujosas viviendas con retratos individuales, familiares o gremiales. Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669) decidi¨® instalarse en la capital en 1631, con 25 a?os y ya un notable prestigio de artista. Fue el comienzo de una deslumbrante carrera que le llev¨® a la gloria en vida, pero tambi¨¦n a la ruina y el aislamiento. El Museo Thyssen-Bornemisza abre este martes al p¨²blico Rembrandt y el retrato en ?msterdam, 1590-1670, ambiciosa muestra dedicada al g¨¦nero durante Siglo de Oro neerland¨¦s, con un centenar de obras, 39 de ellas del genio, procedentes de museos y colecciones privadas de todo el mundo, con una abultada garant¨ªa del Estado (437 millones de euros), debido al alto valor de las piezas.
Distribuidas en nueve salas en orden cronol¨®gico, el centenar de obras reunidas intenta ser una completa narraci¨®n de la cima alcanzada por el g¨¦nero del retrato a lo largo de un siglo con la obra de Rembrandt siempre midi¨¦ndose con la de sus contempor¨¢neos. El comisario, Norbert Middelkoop, define la esencia de la retrat¨ªstica de Rembrandt: capturar el car¨¢cter del retratado (pagador de la obra) m¨¢s all¨¢ sus rasgos f¨ªsicos.
En su caso, son hombres y mujeres que miran al espectador desde un fondo de claroscuros y, siempre, dan una idea del poder que ostenta el sujeto retratado. Esos clientes residen en viviendas espaciosas y lujosas y se mueven dentro de gremios o cofrad¨ªas en cuyas paredes tiene que quedar claro qui¨¦nes son los que mandan. Middelkoop ha dedicado la ¨²ltima d¨¦cada de sus investigaciones a conocer el nombre de las personas retratadas, una tarea todav¨ªa inconclusa, gracias a la cual se avanza en el estudio biogr¨¢fico de las obras.
En la primera parte de la exposici¨®n, Rembrandt se enfrenta a quienes mandaban en el mercado del retrato antes de su llegada a la ciudad: Cornelis Ketel, Cornelis van der Voort, Werner van den Valckert, Nicolaes Eliasz, Pickenoy y Thomas de Keyser. En las salas siguientes, la comparaci¨®n se establece con quienes, como ¨¦l, llegaron de otras ciudades para repartirse el pastel de la incesante demanda: Bartholomeus van der Helst, Jacob Backer, Joachim von Sandrart, J¨¹rgen Ovens y Frans Hals.
Guillermo Solana, director art¨ªstico del Thyssen, asegura que han tenido mucho cuidado en que la exposici¨®n ¡ªque se podr¨¢ ver hasta el 24 de mayo y est¨¢ patrocinada por la Comunidad de Madrid y la empresa JTI¡ª no fuera una sucesi¨®n de nichos o de c¨¢psulas ante las que el visitante se aburriera. Para evitar esa sensaci¨®n de reiteraci¨®n, las obras se muestran enlazadas de manera que el espectador vea personajes reaparecer una d¨¦cada despu¨¦s y cu¨¢les eran los enlaces entre artistas, rivales, colegas y competidores. ¡°La historia de Rembrandt es la de un artista que consigue llegar a lo m¨¢s alto por las peticiones de los clientes y por rodearse de artistas que empiezan como disc¨ªpulos pero que al final le acaban desplazando por los caprichos del momento. La suya es una historia de ascensi¨®n y ca¨ªda o de esplendor y declive¡±.
Ese declive personal, que no art¨ªstico, se ve en las dos ¨²ltimas salas de la exposici¨®n. Mientras que los clientes quieren ser retratados en poses sugerentes mostrando lujosos ropajes y con t¨¦cnicas acad¨¦micas, Rembrandt, en plena depresi¨®n por la muerte de su madre, su mujer y su hijo, sigue extrayendo el car¨¢cter del retratado, a veces en su versi¨®n m¨¢s l¨²gubre y poco complaciente con el mercado.
El recorrido lo cierra con una peque?a sala en la que se concentran 15 grabados prestados por la Biblioteca Nacional y que muestran la esencia del Rembrandt retratista. All¨ª se incluye una de las joyas de la muestra: el fragmento de un peque?o dibujo preparatorio de Lecci¨®n de Anatom¨ªa del Doctor Jan Deijman, obra que fue gravemente da?ada durante un incendio en 1723. A partir de ese dibujo cabe recrear lo que fue la composici¨®n original.
Babelia
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