Palabra de Latin King
Uno de los l¨ªderes que impulsaron el proceso de legalizaci¨®n del grupo en Catalu?a publica junto al antrop¨®logo Carles Feixa una autobiograf¨ªa a mitad de camino entre lo acad¨¦mico y lo literario
C¨¦sar Andrade explica que ¨¦l ha nacido dos veces. La primera, en la provincia ecuatoriana de Manab¨ª en 1976 con el nombre de C¨¦sar, el que le dieron sus padres: un operario de una f¨¢brica de secado de caf¨¦ llamado Marcos y Elsa, una estricta mujer trabajadora que se ocup¨® de la casa, de ¨¦l y de sus dos hermanas. Y la segunda vez fue en 1996, en Santo Domingo, cuando le coronaron con el nombre de King Manaba como rey de los Latin Kings, por entonces uno de los grupos callejeros m¨¢s temibles de Ecuador. Lo cuenta El Rey. Diario de un Latin King, la autobiograf¨ªa que firma junto al antrop¨®logo Carles Feixa y que publica la editorial Ned.
Dos han sido tambi¨¦n las veces que Andrade ha pasado por la c¨¢rcel en Espa?a, adonde emigr¨® en 2003, huyendo de la polic¨ªa y de grupos rivales. La primera, estuvo encerrado entre 2009 y 2013 por tr¨¢fico de drogas; lo hizo, necesitaba el dinero, cometi¨® el error y pag¨® por ello, admite. La segunda, esta vez asegura que injustamente, pas¨® poco m¨¢s de mes y medio de prisi¨®n preventiva a mediados de 2015, acusado entre otras cosas de tr¨¢fico de drogas y de liderar una organizaci¨®n criminal. Entre medias, King Manaba hab¨ªa impulsado la legalizaci¨®n de los Latin Kings en Catalu?a, el primer proceso de este tipo en todo el mundo, que acab¨® fracasando ("al menos, parcialmente", apunta Feixa) y qued¨® completamente sepultado el d¨ªa de la segunda detenci¨®n?de Andrade.?El juicio se celebr¨® en diciembre de 2018 y la sentencia que finalmente le ha absuelto de todos los cargos la conoci¨® el mes pasado.
Justo a tiempo para incluirlo en forma de posescriptum como feliz cierre del libro que acaba de publicar (llegar¨¢ a las librer¨ªas el 3 de marzo) junto al que hoy es su jefe. Andrade forma parte del equipo de un ambicioso proyecto financiado por la UE y liderado por el profesor de la Universidad Pompeu Fabra Carles Feixa. Bajo el t¨ªtulo de Transgang, investigar¨¢n hasta 2022 las bandas juveniles en 12 ciudades del mundo. Se conocieron hace ya 15 a?os, cuando el profesor inici¨® una investigaci¨®n en pleno proceso de constituci¨®n del grupo en asociaci¨®n. Y casi desde entonces Andrade le ha estado proponiendo escribir su historia. ¡°Yo le insist¨ªa y ¨¦l siempre me dec¨ªa: ¡®Ya en verano, en verano me pongo¡¡¯, y mira el tiempo que ha pasado¡¡±, explica en un despacho del campus universitario del barrio barcelon¨¦s de Poble Nou.
Al final, el libro ha llegado. Y, efectivamente, cuenta su vida, pero lo hace de una forma particular, a mitad de camino entre lo acad¨¦mico y lo literario. ¡°Es un formato un poco h¨ªbrido, en el que la base es su vida y su relato, su capacidad de contar cosas¡±, explica Feixa. As¨ª, el n¨²cleo es una serie de entrevistas hechas por el profesor a C¨¦sar / King Manaba durante esos tres lustros. A trav¨¦s de ellas, el retrato se va conformando tanto por lo que se cuenta como por lo que se sugiere y omite (algunas lagunas se van completando con el paso del tiempo y otras tendr¨¢ que completarlas el lector). Y, en ocasiones, por las rectificaciones y enmiendas al propio relato, fruto del paso de los a?os, de los cambios de contexto o del punto de vista de un protagonista que va madurando.
En un espacio similar al de cl¨¢sicos de la antropolog¨ªa como Los Hijos de S¨¢nchez (el pol¨¦mico libro de Oscar Lewis que cuenta la vida de una familia pobre en el M¨¦xico de mediados del siglo XX), El Rey?ofrece adem¨¢s cartas breves de personas que se han cruzado en la vida de Andrade. Est¨¢n sus dos hermanas y hay otros miembros de los Latin Kings, de otros grupos como los ?etas, polic¨ªa, t¨¦cnicos y alg¨²n cura que participaron en el proceso de mediaci¨®n. Diseminadas por todo el texto, sus voces ¡°completan y contrastan la subjetividad del protagonista¡±, explica Feixa. El libro, entre otras cosas, trata de escuchar a aquellos a los que no se les suele preguntar. Y de explicar el amor salvaje y desaforado de los miembros de los Latin Kings por una Naci¨®n [as¨ª se refieren al conjunto de miembros] que ha traspasado fronteras: el grupo naci¨® en Chicago a mediados del siglo pasado, de all¨ª salt¨® a Nueva York, luego a Ecuador en los noventa y m¨¢s tarde a Espa?a y otros puntos de Europa¡
Quien busque en esta obra detalles v¨ªvidos y truculentos sobre actividades delictivas o violentas de los Latin Kings no los va a encontrar. Se habla en general de ¡°los errores¡±, de las ¡°cosas malas¡± que protagonizaron. Se mencionan luchas violentas contra otros grupos en la ¨¦poca de Ecuador: ¡ª¡°Con veinte a?os lo que uno quiere es ganarse el respeto en las calles, [¡]?hubo muchas agresiones, heridos de otros grupos [¡] tuvimos muchas p¨¦rdidas de hermanitos¡±¡ª, y castigos f¨ªsicos (siempre en pasado) por incumplir las reglas internas. A partir de ah¨ª, la imaginaci¨®n del lector...
Pero Manaba insiste una y otra vez en desvincular los Latin Kings (al menos los que ¨¦l considera los verdaderos Latin Kings) y la delincuencia, defendiendo una organizaci¨®n que concibe como una hermandad de apoyo mutuo en contextos de exclusi¨®n, que ofrece alternativas a los j¨®venes a trav¨¦s de actividades culturales, formativas y deportivas, como las que pusieron en marcha durante el proceso de legalizaci¨®n. Admite, sin embargo, que no todos los hermanitos lo entendieron y aceptaron, que hubo errores y divisiones, escisiones en diferentes facciones y luchas por el poder¡
Unos problemas similares a los que se han producido cada vez que se ha intentado un proceso parecido en otras partes del mundo: ¡°Mientras las personas no se concentren en la progresi¨®n de s¨ª mismas, continuaremos viendo a la Naci¨®n alejarse m¨¢s y m¨¢s de nuestro verdadero prop¨®sito. Desafortunadamente, el atractivo de la vida de pandillas siempre generar¨¢ una nueva membres¨ªa¡±, escribe para el libro, desde Arizona, King Mission.
Manaba entiende esa atracci¨®n juvenil por el universo violento y pandillero: "Yo tambi¨¦n lo viv¨ª en Ecuador", explica. Pero asegura que se puede convencer a los j¨®venes para que no cometan los mismos errores que ¨¦l, hacerles entender que la violencia y la delincuencia no llevan a ninguna parte. Y esa es una de las motivaciones del libro, asegura: ¡°Cuando vine aqu¨ª [a Espa?a] vi una nueva vida diferente como Latin Kings y es lo que yo quiero que vean los j¨®venes y se den cuenta. Que ellos pueden ser j¨®venes, pero tambi¨¦n pueden ser productivos para la sociedad. O sea, podemos integrarnos tranquilamente sin tener ning¨²n tipo de prejuicios¡±.
Feixa, por su parte, sin quitarle importancia ni gravedad, siempre ha defendido que el fen¨®meno de las llamadas ¡°bandas latinas¡± en Espa?a se ha magnificado a base de mitos y exageraciones. Habla de un proceso que tiene m¨¢s que ver con el racismo y la exclusi¨®n que con una mafia organizada, sostenida a base de robo y extorsi¨®n. ¡°Aunque ha habido alg¨²n caso grave (cuyas v¨ªctimas suelen ser los propios pandilleros), en general los delitos supuestamente cometidos son de escasa entidad econ¨®mica, vinculados al peque?o tr¨¢fico de drogas, a peleas o a la simple pertenencia al grupo¡±, escribe en el pr¨®logo.
Esta posici¨®n, junto a su implicaci¨®n en el proceso de legalizaci¨®n de las bandas, le ha costado duras cr¨ªticas. As¨ª que este libro, que de alguna manera tambi¨¦n describe la experiencia del profesor, le ha servido de terapia y para cerrar aquella etapa. De la hipervisibilidad ¡ª¡°Cada semana me llamaban de un medio de comunicaci¨®n o de alg¨²n Ayuntamiento¡±¡ª, al desencanto ¡ª¡°Intent¨¦ crear un equipo de investigaci¨®n, pero las rencillas¡¡±¡ª, a la expulsi¨®n ¡ªlas administraciones pensaron "que una vez iniciado el proceso de legalizaci¨®n ya el investigador no hac¨ªa falta"¡ª?y a los ajustes de cuentas: ¡°Todo lo bueno y todo lo malo se me atribuye a m¨ª, cuando ni una cosa ni la otra es as¨ª. Por ejemplo se me atribuye a que la legalizaci¨®n me lo invent¨¦ yo y no es verdad, fueron ellos los que lo pidieron y quisieron constituirse como asociaci¨®n juvenil. El Ayuntamiento [de Barcelona] fue valiente y acept¨® el reto. Hoy no s¨¦ si se atrever¨ªa¡±.
La posici¨®n de un sector de los Mossos d¡¯Esquadra, predominante durante estos a?os, es que aquel intento de mediaci¨®n fracas¨® porque las pandillas aprovecharon la mano tendida para delinquir m¨¢s. Hasta que el cambio de estrategia en 2012, recuperando la mano dura, conllev¨® un descenso de la violencia y la actividad delictiva. Manaba y Feixa describen, sin embargo, un proceso m¨¢s complejo, en el que acabaron echando todo por la borda una serie de conflictos cruzados, entre grupos distintos dentro de las pandillas, pero tambi¨¦n dentro de las instituciones, entre el mundo acad¨¦mico y los Mossos d'Esquadra, y en el mismo seno del cuerpo policial.?
Pero, sobre todo, apuntan a la ineficacia del cambio de estrategia hacia la mano dura. ¡°No es que haya mejorado, es que se han vuelto a esconder¡±, asegura Manaba. Feixa, a?ade que, en su opini¨®n, la violencia podr¨ªa ser hoy, incluso, mayor, aunque ya no se le adjudique a las bandas. El antrop¨®logo tiene en mente la posibilidad de contar en otro libro, con m¨¢s detalles y entrevistas a m¨¢s implicados, su visi¨®n de aquel proceso.
De momento, lo seguro es que continuar¨¢ con su proyecto de TRANSGANG. Y que Andrade seguir¨¢ trabajando con ellos, estudiando un curso de t¨¦cnico de sonido, ofreciendo talleres de mediaci¨®n con las asociaciones que se lo pidan y rematando su proceso de regularizaci¨®n en Espa?a (perdi¨® los papeles la primera vez que estuvo en prisi¨®n) para poder visitar a su hijo en Ecuador.
Ahora vive en el barrio de Sant Mart¨ª, en una habitaci¨®n que le alquila a un hermanito?de los Latin Kings que, cuenta con orgullo, es ingeniero. Pese a todo, Andrade va a seguir siempre siendo un rey de la Naci¨®n, nunca va a renegar de ello. ¡°En el juicio, me preguntaron si yo segu¨ªa en los Latin Kings, porque los dem¨¢s dec¨ªan que hab¨ªan estado pero ya no. Y yo le dije al juez: 'Se?or¨ªa, yo creo que esto es un sentimiento que se lleva guardado para toda la vida'. Aunque no est¨¦ activo 100%, yo me considero un Latin Kings, no puedo negar que lo soy desde los 17 a?os¡±.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.