La nueva generaci¨®n de escritores que no quiere ser una generaci¨®n
Los j¨®venes autores espa?oles no se identifican por su a?o de nacimiento, solo tienen en com¨²n su forma cr¨ªtica de abordar la realidad desde un feminismo transversal
Primera aclaraci¨®n: los escritores y editores que nacieron entre principios de los noventa y principios de 2000 no se identifican por el a?o de nacimiento, tampoco por la etiqueta asignada a su generaci¨®n. Ni Z, ni centenial, ni tardo milenial. Cualquier nombre les parece (a tenor de las respuestas de todos los entrevistados) una limitaci¨®n. ¡°Una imposici¨®n anglosajona. Responde a necesidades de la mercadotecnia¡±, en palabras del fil¨®sofo y youtuber Ernesto Castro (Madrid, 29 a?os), uno de los miembros de este colectivo. ¡°Es interesante hablar sobre lo que se resiste a ser nombrado como generacional, porque adem¨¢s, esas reducciones son muy f¨¢cilmente asimilables por el mercado¡±, acompa?a la poeta ?ngela Segovia (Las Navas del Marqu¨¦s, 33 a?os). Por eso ¡ªsin ¨¢nimo de inventar otra categor¨ªa¡ª, sus costuras est¨¢n tejidas con los temas de los que escriben que son tambi¨¦n los que comparten en sus redes sociales (donde suele empezar y acabar todo para ellos).
Para ser m¨¢s precisos ¡ªen este ejercicio de mantenerse en los m¨¢rgenes de cualquier delimitaci¨®n¡ª, aqu¨ª llega la segunda aclaraci¨®n otra vez planteada con incisiva insistencia en sus respuestas: este grupo de autores se encuentra en el feminismo, pero no lo considera un tema, ¡°m¨¢s bien una perspectiva cr¨ªtica que nos obliga a revisar cada tem¨¢tica de manera social y ¨¦ticamente responsable¡±, apunta Juan F. Rivero (Sevilla, 28 a?os), poeta (Can¨ªcula) y editor. ¡°Es una forma de problematizar la realidad¡±, explica Rosa Berbel (Granada, 23 a?os), autora de Las ni?as siempre dicen la verdad (Hiperi¨®n), premio Antonio Carvajal de Poes¨ªa. ¡°?De qu¨¦ sirve que todas hablemos sobre feminismo si los discursos son reblandecidos y absorbidos por el sistema?¡±, se plantea Segovia, premio Nacional de Poes¨ªa Joven Miguel Hern¨¢ndez en 2017 y autora de Pusieron debajo de mi mare un mag¨¹ey? (La u?a RoTa).
¡°No hay nada nuevo bajo el sol¡±, aclara la escritora Haizea M. Zubieta (Madrid, 27 a?os) especializada en literatura juvenil (Infinitas, Roca), ¡°pero no creo que tenga mucho que ver el mensaje sobre el amor y la identidad que puede transmitir un hombre de clase alta, cishetero, blanco, de edad avanzada, con el que puede narrar una persona joven que no entre en ninguna de estas categor¨ªas. Lo que nos distingue es la manera de abordar los temas¡±.
El t¨¦rmino generaci¨®n es, para Ernesto Castro, "una imposici¨®n anglosajona que responde a necesidades de la mercadotecnia¡±
Esa mirada que menciona Zubieta est¨¢ puesta en los j¨®venes, sus coet¨¢neos. Este colectivo escribe de precariedad ¡ª¡°En un sentido amplio: econ¨®mico-laboral pero tambi¨¦n amoroso y familiar¡±, dice Berbel¡ª, del colapso medioambiental, de la identidad y la teor¨ªa queer, de la Espa?a vac¨ªa y las ciudades, del lenguaje (su puesta constante en duda), de c¨®mo se redefine la pol¨ªtica desde el 15M hasta el 8M (incluido el conflicto catal¨¢n).
¡°Hay una ruptura con la identidad social y pol¨ªtica. Con las expectativas de lo que se espera de un buen ciudadano: el trabajo, la casa, la familia¡±, opina Angelo Nestore (Lecce, Italia, 33 a?os), escritor y editor de Letraversal, el sello que ha publicado Excepci¨®n de Elizabeth Duval (Madrid, 19 a?os). ¡°Es una revisi¨®n de T. S. Elliot y las protestas del a?o pasado en Catalu?a¡±, describe del primer poemario de la que es ya una de las caras m¨¢s visibles de esta generaci¨®n.
La voz de una generaci¨®n
Los d¨ªas h¨¢biles de Carlos Catena (Ja¨¦n, 25 a?os), premio Hiperi¨®n, sobre la precariedad laboral de los j¨®venes (en verso) es otro de los exponentes para muchos de estos autores. Ninguno, sin embargo, es capaz de dar un nombre o una obra y convertirla en la voz de su generaci¨®n. Otro concepto (y ya van tres aclaraciones) que consideran anticuado.
Desde El guardi¨¢n entre el centeno (J. D. Salinger) hasta Gente normal (Sally Rooney), la historia de la literatura se ha empe?ado en buscar portavoces. Ninguno de los entrevistados quiere el t¨ªtulo, aunque se pudieran convertir en herederos de Jack Kerouac, Joan Didion, Zadie Smith y Lena Dunham, entre otros. Duval resumi¨® bien el rechazo en la presentaci¨®n de su ¨²ltimo libro: ¡°Somos unos privilegiados¡±. Es decir, con el foco medi¨¢tico encima prefieren evitar asumir esta carga.
¡°?De qu¨¦ sirve que todas hablemos sobre feminismo si los discursos son reblandecidos y absorbidos por el sistema?¡±, se pregunta ?ngela Segovia
Castro, autor de El trap (Errata Naturae) lo materializa con n¨²meros: ¡°Hay una cosa que se llama literatura que nadie consulta hasta que se imprimen muchas p¨¢ginas y entonces parece que Ernesto Castro y el coronavirus son igual de relevantes. Pero es una importancia rid¨ªcula: puedo vender 3.000 ejemplares en un pa¨ªs de 47 millones de habitantes¡±.
Con esta cuenta en la cartera y mente de esta generaci¨®n, vivir en exclusiva de la literatura, dicen, es ¡°una cuesti¨®n quim¨¦rica¡±. Se definen ¡ªesta vez s¨ª¡ª por categor¨ªas binarias: son escritores y editores, escritores y profesores, escritores y periodistas, escritores y candidatos eternos a becas que les permitan financiar su trabajo.
Poes¨ªa y First Dates
La poes¨ªa, por ahora, ha conseguido el benepl¨¢cito de este grupo autores para marcar ciertos rasgos de una personalidad com¨²n. ¡°Cuaderno de campo, de Mar¨ªa S¨¢nchez (La Bella Varsovia, 2017), no solo ha logrado sucesivas reimpresiones, sino que adem¨¢s ha generado una corriente estil¨ªstica clara. O las apuestas po¨¦ticas de autoras como Berta Garc¨ªa Faet, ?ngela Segovia, Rodrigo Garc¨ªa Marina o Enrique Fuenteblanca, que extraen e imbrican su lenguaje con la oralidad m¨¢s actual, tal y como yo mismo he tratado de hacer en Can¨ªcula (2019)¡±, dice Juan. F. Rivero.
"Lo dif¨ªcil es pararse a pensar: ¡®Vaya, si a los j¨®venes les gusta esta cosa, ?ser¨¢ posible que tenga alg¨²n valor?¡±, dice?Haizea M. Zubieta
Algo similar sucede con la autoficci¨®n. En esta categor¨ªa incluye Duval su primera novela,?Reina (Caballo de Troya). Y dentro de este g¨¦nero, en concreto, en la autoficci¨®n francesa de autoras como Virginie Despentes, enmarca Castro parte de las coincidencias de esta generaci¨®n. A?ade otras dos corrientes literarias: el ensayo y la filosof¨ªa, para, dice ¡°contar la superaci¨®n de la posmodernidad y la deshipsterizaci¨®n de la cultura¡±.
Se alejan ¡ªo eso dicen¡ª de lo hipster y tambi¨¦n de cualquier intento de seguir con el debate de lo que es alta y baja cultura. ¡°Existen tribunas y p¨²lpitos que se mantienen apartados ¡ªcon una condescendencia despreciable¡ª de todo lo que no refuerce directa o indirectamente el statu quo que les da de comer¡±, dice Rivero. ¡°Hay que analizar el centro, mancharse las manos, eso es lo que ha hecho Elizabeth con sus libros, al apropiarse de los haters [los insultos que recibe en redes se plasman en las fajas de sus libros] o al ir a un programa como First Dates¡±, prosigue Nestore. Zubieta a?ade: ¡°El elitismo envenena. Lo dif¨ªcil es pararse a pensar: ¡®Vaya, si a los j¨®venes les gusta esta cosa, ?ser¨¢ posible que tenga alg¨²n valor?¡±. Y Segovia remata: ¡°Quiz¨¢s en esta generaci¨®n, en Espa?a, se haya empezado a ver una especie de 'si no puedes con el enemigo ¨²nete a ¨¦l' en t¨¦rminos ultrair¨®nicos que es una manera de reaprovechar e intentar desviar los recursos que genera el sistema neoliberal¡±.
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