Kit de supervivencia cultural para el encierro (d¨ªa 35)

UN LIBRO: Claus y Lucas, de Agota Kristof

Agota Kristof naci¨® en Hungr¨ªa en 1935 y muri¨® en Suiza en 2011. Entre esos dos lugares y esas dos fechas cabe una vida de exilio y una obra literaria sin concesiones cuyo buque insignia son tres novelas cortas ¨CEl gran cuaderno (1986), La prueba (1988) y La tercera mentira (1992)¨C que la propia autora llamaba, escuetamente, ¡°la trilog¨ªa¡± y que en Espa?a ha terminado titul¨¢ndose con el nombre de sus protagonistas. Cada entrega es una enigm¨¢tica variaci¨®n sobre la anterior, pero ni la segunda ni la tercera, con todas sus virtudes, tienen la fuerza de la primera, una obra maestra del presente de indicativo y de la crueldad infantil. "La abuela es la madre de nuestra madre. Antes de venir a vivir a su casa no sab¨ªamos que nuestra madre todav¨ªa ten¨ªa madre. Nosotros la llamamos abuela. La gente la llama La Bruja. Ella nos llama 'hijos de perra". Esto anotan en su cuaderno Claus y Lucas, dos gemelos que pasan la guerra ¡ªuna guerra¡ª en el pueblo. All¨ª tratan de sobrevivir mientras ocupan los d¨ªas en ejercicios para endurecerse: no moverse, ayunar, actuar como ciegos o como mendigos, mirarse a los ojos y repetirse ciertas palabras ¡ªde amor o de desprecio¡ª hasta que pierden su significado. El final es una traca digna del mejor thriller. ¡°Por triste que sea, un libro no puede ser tan triste como una vida¡±, leemos en La tercera mentira. La frase no es ret¨®rica. Agota Kristof tard¨® en aprender franc¨¦s ¡ªla lengua en la que termin¨® escribiendo¡ª porque en la f¨¢brica en la que trabajaba no pod¨ªa hablar con nadie. Cuando su hija necesit¨® ayuda con los deberes, no le qued¨® otro remedio. Luego se convirti¨® en un mito de la francofon¨ªa. Si en el Consejo de Ministras y Ministros leyeran El gran cuaderno relajar¨ªan el confinamiento de los ni?os. Javier Rodr¨ªguez Marcos

Claus y Lucas. Agota Kristof. Traducci¨®n de Ana Herrera y Roser Berdagu¨¦. Libros del Asteroide, 2019. Disponible como pr¨¦stamo gratuito en las bibliotecas p¨²blicas (eBiblio) y en Todos tus libros, Libelista, Amazon y Fnac.

UNA OBRA MUSICAL: The Unanswered Question, de Charles Ives

En estos d¨ªas se nos acumulan las preguntas, y casi todas empiezan por ¡°cu¨¢ndo¡±. ?Cu¨¢ndo permitir¨¢n que los ni?os salgan a las calles y a los parques? ?Cu¨¢ndo podr¨¦ volver a abrazar a mi madre? ?Cu¨¢ndo dejar¨¢n de ser peligrosos los besos? ?Cu¨¢ndo acabar¨¢ la pesadilla? ?Cu¨¢ndo volver¨¢ la vida a ser como antes o, preferiblemente, mejor? O, elevando el tono, y citando literalmente una carta que escribi¨® Beethoven a su amigo Heinrich von Struve el 17 de septiembre de 1795, y el ¨¦nfasis es suyo, ¡°?cu¨¢ndo llegar¨¢ el tiempo en que haya ¨²nicamente seres humanos?¡±. Por desgracia, no tenemos respuestas, aunque Beethoven aventur¨® una no muy alentadora para su propia pregunta: ¡°Pasar¨¢n siglos antes de que eso suceda¡±. Ello nos lleva inevitablemente a The Unanswered Question, una miniatura compuesta por Charles Ives en 1906, pero que no pudo escucharse hasta cuarenta a?os despu¨¦s. Compositor tan solo en sus ratos de ocio, lo que acentu¨® a¨²n m¨¢s su esp¨ªritu libertario e iconoclasta, Ives se adelant¨® a las vanguardias europeas en casi todo, convirtiendo la politonalidad, la superposici¨®n de estratos r¨ªtmicos e incluso tempi diferentes, o la coexistencia de tonalidad y atonalidad en el pan nuestro de cada d¨ªa.

La obra es brev¨ªsima: cinco p¨¢ginas de partitura y poco m¨¢s de seis minutos de duraci¨®n. La trompeta entona en solitario un breve dise?o atonal ¡ª¡°la pregunta perenne de la existencia¡±¡ª en dos variantes casi id¨¦nticas. Por debajo, largos acordes est¨¢ticos de la cuerda en pianissimo y con sordina, apenas audibles. Por encima, las maderas, aparentemente ajenas al resto, tejen entrecortada y animadamente disonancias hasta que, por fin, desisten en su empe?o, con un dejo casi burl¨®n. Son tres mundos aparte, que parecen convivir en compartimentos estanco, y las preguntas quedan suspendidas sucesivamente en el aire: una y otra vez sin respuesta alguna, por supuesto. Terrence Malick utiliz¨® la m¨²sica de Ives en su pel¨ªcula La delgada l¨ªnea roja y tambi¨¦n apareci¨® en un episodio de la cuarta temporada de la serie Frasier, titulado significativamente No me hagas preguntas. Ives nos ense?a en The Unanswered Question, una miniatura que puede escucharse ad infinitum, que s¨ª hay que hacerlas. O hac¨¦rnoslas, aunque carezcamos de respuestas. Luis Gago

The Unanswered Question. Charles Ives. Disponible en m¨²ltiples versiones en Spotify y otras plataformas.

UNA PEL?CULA: El viaje a ninguna parte, de Fernando Fern¨¢n G¨®mez

Con los a?os, a Fernando Fern¨¢n G¨®mez se le ha reconocido su talento no solo como actor y escritor, sino tambi¨¦n como director. A t¨ªtulos como esta obra maestra que es?El viaje a ninguna parte, o?El extra?o viaje, La vida por delante, La vida alrededor, Mambr¨² se fue a la guerra y Mi hija Hildegart, se le ha sumado el estreno de la restauraci¨®n de?El mundo sigue, recuperando as¨ª un filme fundamental para entender la Espa?a de los a?os sesenta. Sin embargo, es probable que la pel¨ªcula m¨¢s cercana al coraz¨®n de este artista fuera?El viaje a ninguna parte (1986), cr¨®nica del hundimiento de un mundo, el de los actores de compa?¨ªas de teatro itinerantes, gente que apasionadas por lo que hac¨ªan viv¨ªan llevando sus obras de pueblo en pueblo, y que sufrieron en los a?os cuarenta y cincuenta la popularizaci¨®n del cine. Basada en la novela hom¨®nima del mismo Fern¨¢n G¨®mez, el drama ¡ªque triunf¨® en la primera edici¨®n de los Premios Goya¡ª dibuja c¨®mo los amores, los problemas econ¨®micos, los devenires emocionales, los egos art¨ªsticos, la desilusi¨®n de las nuevas generaciones y las penurias de la posguerra socavan a un grupo de gente, los Galvanes, que acabar¨¢ a?orando un pasado que en realidad no fue mejor. De una forma a la vez cruda y melanc¨®lica, Fern¨¢n G¨®mez retrata esa Espa?a dolida y doliente, en la que los titiriteros, definici¨®n que ellos defienden con orgullo y otros usan como insulto vacuo, van difumin¨¢ndose en las cunetas. Y que ha dejado para la historia, adem¨¢s de la sutileza y maestr¨ªa con la que Fern¨¢n G¨®mez y Jos¨¦ Sacrist¨¢n construyen una relaci¨®n paternofilial, la frase ¡°?Me cago en el padre de los hermanos Lumi¨¨re!¡±, escupida por el director de cine que encarna Jos¨¦ Mar¨ªa Caffarel. Gregorio Belinch¨®n

El viaje a ninguna parte. Fernando Fern¨¢n G¨®mez. 1986. La pel¨ªcula est¨¢ disponible en FlixOl¨¦.

UNA SERIE: Undone?

En los ¨²ltimos a?os, la animaci¨®n para adultos en la televisi¨®n cada vez se atreve m¨¢s a adentrarse en temas complejos. M¨¢s all¨¢ del ya habitual humor y la cr¨ªtica social, algunos creadores se valen de la animaci¨®n para ahondar en asuntos como la salud mental y con g¨¦neros y propuestas visuales diferentes. En Undone, Raphael Bob-Waksberg y Kate Purdy, dos de los responsables de otro enorme ejemplo de esa madurez de la animaci¨®n reciente que es BoJack Horseman, se atreven a usar un marco de ciencia ficci¨®n para hacer un retrato profundo y muy interesante de la enfermedad mental.

Al despertar del coma tras un accidente de coche, Alma empieza a experimentar visiones y viajes espaciotemporales acompa?ada de su padre fallecido. ?l le ense?a a vivir en varias realidades a la vez mientras que el espectador se encuentra inmerso en una trama sobre la depresi¨®n, la familia y las complicaciones de no saber estar en paz con uno mismo. La experiencia emocional que es el visionado de esta serie se intensifica con el uso de la animaci¨®n rotosc¨®pica, que consiste en pintar sobre los fotogramas de grabaci¨®n real, una t¨¦cnica que ya se ha usado en pel¨ªculas como Heavy Metal o Tron y que sirvi¨® para dar vida a personajes como Betty Boop o Popeye en cortos animados en los a?os treinta del siglo pasado. Adem¨¢s, Undone usa en algunos fondos la pintura al ¨®leo. Rosa Salazar y Bob Odenkirk encabezan el reparto real de esta serie que sorprende tanto en la forma como en el fondo. Natalia Marcos

Undone. Raphael Bob-Waksberg y Kate Purdy. Amazon Prime Video. 2019. Los ocho episodios de media hora est¨¢n disponibles en Amazon Prime Video.

UN C?MIC: Intrusos, de Adrian Tomine

A principios de los a?os noventa se populariza en el c¨®mic independiente americano una tendencia que podr¨ªamos denominar de ¡°comic-book de autor¡±, que aprovechaba el formato mayoritario de edici¨®n de tebeos en? Estados Unidos para desarrollar un discurso personal y diferenciado. Series m¨ªticas como Eight ball, de Daniel Clowes, ACME Novelty Library, de Chris Ware, o Palookaville, de Seth, por solo citar algunas, consolidan un modelo de c¨®mic de autor que recuperaba en cierta medida la insurgencia del fanzine underground de los sesenta, pero desde una lectura posmoderna de clara influencia literaria y con una concepci¨®n gr¨¢fica personal y alejada del mainstream, unida generalmente a editoriales de prestigio como Fantagraphics o Drawn & Quaterly. Podr¨ªa considerarse como una peligrosa integraci¨®n del fanzine dentro del sistema, pero lo cierto es que la libertad autoral fue la norma y ¨¦xito de este cambio. Una de las ¨²ltimas series que llegaron a esta lista fue Optic Nerve, de Adrian Tomine. Fuertemente influenciado por autores como Clowes, Ware o los Hern¨¢ndez, las historias cortas que compon¨ªan cada entrega navegaban por la autoficci¨®n y la contemplaci¨®n de su entorno. Pero poco a poco, las influencias fueron dejando paso a una personalidad propia, a una concepci¨®n de la narrativa pausada sobre la que siempre descansaba una subterr¨¢nea iron¨ªa, muy carveriana, que cristalizar¨ªa en obras como Intrusos (Sapristi C¨®mics). Historias cortas que hablan de soledad en una sociedad hiperconectada que es incapaz de mirarse a los ojos, pero que en esta obra generan adem¨¢s un atroz retrato de una sociedad donde el individuo se invisibiliza y desaparece si no sigue las normas, en una muerte en vida que lo recluye en un espacio de olvido indiferente m¨¢s espantoso que cualquier tumba. Tomine fija con estos relatos una foto espeluznante de una soledad abandonada. ?lvaro Pons

Intrusos. Adrian Tomine. Sapristi C¨®mics, 2015. El c¨®mic est¨¢ disponible en Todos tus libros y Amazon.

UN VIDEOJUEGO: Braid

Braid, lanzado al mercado en 2008, es un juego de plataformas construido sobre las bases de los Marios de Super Nintendo: pantallas en dos dimensiones que recorremos de izquierda a derecha. Y, sin embargo, el gran acierto de la obra cumbre de Jonathan Blow, la mente detr¨¢s de este juego y del tan personal como desafiante The Witness (2016), es que con los mismos mimbres narrativos (un personaje que busca una princesa que ha secuestrado un grandull¨®n), retuerce la historia para sembrar la duda y la ambig¨¹edad, y se atreve a plantear hip¨®tesis oscuras y adelantadas a su tiempo. ?Y si nosotros somos, no el rescatador, sino el monstruo del que huye la chica? La vuelta de tuerca en la historia (que tambi¨¦n tiene gui?os al holocausto nuclear), junto con algunas mec¨¢nicas muy audaces (control del tiempo y la gravedad, rebobinado de nuestras acciones) convierten al juego en, s¨ª, una obra maestra. Jorge Morla

Braid. Jonathan Blow. 2008. El juego est¨¢ disponible para Linux, Mac OS X, Windows, PSN y Xbox Live.