Lo que ¡®Mrs. America¡¯ no cuenta: la guerra editorial de las feministas
La serie de HBO obvia que la lucha por los derechos de las mujeres de los sesenta y setenta fue tambi¨¦n una batalla en el sector cultural que descubri¨® un nicho de mercado al que se ha recurrido de forma intermitente desde entonces
En un momento dado de la excelente y necesaria Mrs. America (HBO), Gloria Steinem ¨Cen realidad, Rose Byrne en el papel de la fundadora de la revista Ms.¨C le da las gracias a Betty Friedan (Tracey Ullman) porque sin ella nada existir¨ªa. Convienen las distintas facciones del feminismo, dividido pese a todo en su lucha por la aprobaci¨®n de la ERA ¨Cla Enmienda de Igualdad de Derechos, en sus siglas en ingl¨¦s¨C en la totalidad de los Estados Unidos (algo que ocurri¨® finalmente a principios de este a?o) que sin La m¨ªstica de la feminidad (1963) ni ella ni ninguna de las dem¨¢s habr¨ªa despertado. El ensayo de Friedan abri¨® la caja de Pandora de la lucha por los derechos de la mujer, impulsando la llamada segunda ola del feminismo estadounidense, y descubri¨¦ndole a la edici¨®n un nicho de mercado sin explotar ante el que frotarse las manos.
?Qu¨¦ tienen en com¨²n las muy distintas l¨ªderes del movimiento, y su contrario, adem¨¢s de querer, o impulsar, o derrocar, la famosa ERA? Que todas tienen un contrato editorial, o est¨¢n pensando en conseguir uno. Steinem es, de todas, la m¨¢s famosa y preciada a principios de los setenta, pero la ¨²nica que no lo firm¨® hasta 1983, a?o en que public¨® Outrageous acts and everyday rebellions (Actos escandalosos y rebeld¨ªas cotidianas), centrada como estaba en la direcci¨®n de Ms., la revista que dio forma a esa primera ola, y que evidenci¨® que exist¨ªa un p¨²blico y era un p¨²blico cada vez mayor ¨Cagot¨® sus primeros 300.000 ejemplares en ocho d¨ªas, recibiendo aquella semana 26.000 suscripciones y unas 20.000 cartas¨C. Aunque, se dir¨ªa, la revista lleg¨® a un terreno abonado.
La m¨ªstica de la feminidad, que analiza pormenorizadamente la insatisfacci¨®n del ama de casa norteamericana de los cincuenta, condenada a vivir con la contradicci¨®n de su aparente y obligada felicidad ¨Cla felicidad de los anuncios de electrodom¨¦sticos¨C y la desesperaci¨®n y frustraci¨®n real de una vida que consiste, b¨¢sicamente, en servir, coloc¨®, en menos de un a?o, un mill¨®n de ejemplares, y se convirti¨® en el libro m¨¢s vendido de no ficci¨®n de 1964 en Estados Unidos. Las ideas de Friedan, sin embargo, no tardaron en encontrar contrincante. Ese mismo a?o, Phyllis Schlafly, la ultraconservadora futura l¨ªder del movimiento Stop ERA y fundadora del movimiento Eagle Forum, adem¨¢s de mano derecha del entonces a¨²n aspirante a presidente Ronald Reagan, public¨® A Choice Not An Echo, un volumen autoeditado del que vender¨ªa tres millones de ejemplares.
Si bien es cierto que en ese primer momento Schlafly, interpretada en la serie por una siempre majestuosa Cate Blanchett, no cargaba ¨²nicamente contra las feministas, s¨ª inclu¨ªa en su arenga ultraconservadora una menci¨®n al papel de la mujer ¨Cque, para ella, madre de cinco hijos que nunca estuvo del todo presente, estaba en el hogar, pese a todo¨C, aunque, convencida de que no habr¨ªa otra manera de que, como mujer, fuese aceptada como l¨ªder en la derecha m¨¢s conservadora, no tardar¨ªa en hacer de la lucha contra los derechos de su propio g¨¦nero su principal caballo de batalla. De ah¨ª que tenga un papel tan protagonista en la serie, algo que no ha gustado en absoluto a la verdadera Steinem, que hoy suma 86 a?os y que nunca la consider¨® poco m¨¢s que una an¨¦cdota.
Pese a ello y hasta 2016, a?o de su muerte, Schlafly, que, como las feministas, fue instrumentalizada por la pol¨ªtica masculina, public¨® 19 libros. Buena parte de ellos trataban el tema en el que era experta y en el que querr¨ªa haber hecho (e hizo, a su manera) carrera: el de Defensa. El ¨²ltimo llevaba por t¨ªtulo The Conservative Case for Trump y se public¨® el mismo a?o de su muerte. Era evidentemente un libro pro Trump. Su p¨²blico lector fue siempre el mismo, y no dependi¨® tanto del momento ¨Clas distintas olas de feminismo¨C como s¨ª lo hizo en el caso de las feministas, que a principios de los setenta vivieron tambi¨¦n su peque?a edad dorada de no tanto el ensayo ¨Caunque lo hubo, incluso lo practicaron hombres, como Jack Nichols, que lanz¨® en 1975 Men¡¯s Liberation: A New Definition of Masculinity¨C como del memorialismo relacionado con el activismo. Bella Abzug, abogada, pol¨ªtica y fundadora de la Asamblea Pol¨ªtica Nacional de Mujeres, interpretada en la serie por Margot Martindale, public¨® en 1972 el tambi¨¦n archivendido Ms. Abzug Goes to Washington, cuando los dem¨®cratas a¨²n la inclu¨ªan en sus filas.
Ese a?o, 1972, es un a?o fundamental para la segunda ola y tambi¨¦n para la edici¨®n de libros sobre feminismo, y no es casualidad que coincidiera con un a?o electoral ¨Cni que fuese el a?o de la convenci¨®n dem¨®crata de Miami en el que explot¨® todo lo que hab¨ªa estado gest¨¢ndose desde la d¨¦cada anterior en lo que se refiere a la lucha por los derechos de las mujeres¨C. Es el a?o de La vida er¨®tica de la esposa norteamericana, de Natalie Gittelson (la interpreta Miriam Shor en la serie), y el de la ca¨ªda de Shirley Chislholm, la primera afroamericana en llegar al Congreso (a quien encarna Uzo Aduba, la Crazy Eyes de Orange is the New Black), que hab¨ªa publicado tambi¨¦n sus memorias, Unbought and Unbossed, en 1970.
Como ocurre con todo movimiento que reta al sistema, el feminismo tambi¨¦n fue domesticado y explotado por el mismo. Y no solo a nivel editorial. Como puede verse en Mrs. America, tanto republicanos como dem¨®cratas utilizaron la causa para ganar votos y luego la abandonaron. Dejaron en la cuneta a las l¨ªderes que les hab¨ªan ayudado a llegar hasta all¨ª: de un lado Bella Azbug y del otro, Phyllis Shlafly. Y lo mismo ocurri¨® con todas ellas a nivel editorial. Porque Friedan import¨® mientras vend¨ªa. En el momento en el que Steinem ensombreci¨® su liderazgo, esta se convirti¨® en el objeto de deseo del sector editorial, y quiz¨¢ por ello es la que m¨¢s habla de lo que le cuesta escribir en la serie. ¡°?Para cu¨¢ndo tu libro?¡±, le preguntan a menudo, y ella responde con evasivas. Mi vida en la carretera lleg¨®, de hecho, en 2016. Import¨® de todas formas, porque lo hac¨ªa justo antes de que se desatara en 2017 la cuarta ola de feminismo (que culmina con el #MeToo), demostrando que, desde mediados de los sesenta, el sector ha recurrido de forma intermitente e interesada al movimiento para hacer negocio.
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