Cualquier tiempo futuro ser¨¢ mejor
La crisis actual ha recuperado la divisi¨®n entre apocal¨ªpticos y partidarios de un futuro mejor. Los fil¨®sofos se posicionaron con los segundos hasta la irrupci¨®n de la posmodernidad
¡°El socialismo podr¨¢ imponerse sin que usted o yo muramos en la guerrilla y si lo abandonamos a tiempo viviremos mucho mejor. Nuestro trabajo tiene un nivel de modificaci¨®n po¨¦tica de la historia: somos lo ¨²nico que se enfrenta a la descarada con el avance del comunismo, precisamente porque no nos importa que a la larga gane. (¡) Un revolucionario es como el santo, el m¨¢rtir o la virgen, un ventajista repugnante¡± porque ¡°sin la CIA no habr¨ªa ni historia ni dial¨¦ctica. Un agente de la CIA es no s¨®lo un poeta de la revoluci¨®n sino un legitimador de la revoluci¨®n (¡) es un h¨¦roe as¨¦ptico y total¡±. La larga cita pertenece a Yo mat¨¦ a Kennedy, la novela de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n publicada en 1972. Transcribe una conversaci¨®n entre un dirigente de la CIA y Pepe Carvalho, ex comunista espa?ol enrolado en la agencia, y refleja la fe de la izquierda en aquellos a?os en que el futuro ser¨ªa siempre mejor. No ya en Espa?a, con el franquismo a¨²n vivo, sino en el mundo. Una convicci¨®n de la que participaba tambi¨¦n la derecha, tras la derrota de los fascismos. Hoy, ya no.
Hay coincidencia en atribuir la idea de un tiempo hist¨®rico con un final feliz para la humanidad al cristianismo primitivo: la historia discurre entre la creaci¨®n y el fin del mundo. San Agust¨ªn a?ade al esquema un tiempo que culmina en el juicio final, la salvaci¨®n. John Gray sostiene que fue Joaqu¨ªn de Fiore (1135-1202) quien reinterpret¨® la Trinidad en t¨¦rminos de tiempo hist¨®rico. La etapa del Esp¨ªritu Santo, tras la del Padre y el Hijo, establece el reino de la armon¨ªa en la Tierra. Estas tres fases son similares a las triadas de la dial¨¦ctica hegeliana, en las que la raz¨®n se despliega hasta llegar a su realizaci¨®n definitiva. Marx invertir¨¢ el esquema para que el movimiento de la historia no dependa de la providencia sino de la acci¨®n humana. Es la acci¨®n del hombre la que modela el curso de la historia, su sentido; la que, tras las ¨¦pocas esclavista, feudal y burguesa, puede llevar a la humanidad a la supresi¨®n de los conflictos sociales y a la redistribuci¨®n de la riqueza. Lo m¨¢s parecido al para¨ªso terrenal.
Muy similares a las tres fases establecidas por De Fiore, pero en versi¨®n laica, son las de August Comte: la etapa religiosa, la metaf¨ªsica y, finalmente, la positiva, dominada por el progreso que supone el conocimiento cient¨ªfico. Marx participaba del optimismo de la Ilustraci¨®n, cuya idea central era que el conocimiento llevaba a mejorar la vida de los hombres. Catalina de Rusia pidi¨® consejo a Diderot y ¨¦ste, ingenuamente, le sugiri¨® c¨®mo organizar la educaci¨®n: ¡°Su funci¨®n no es producir una aristocracia mejor instruida, sino que es un arma contra la superstici¨®n, la intolerancia religiosa, el prejuicio y la injusticia social. El motor del progreso social y moral¡±. Educaci¨®n y conocimiento ser¨ªan la base de un mundo mejor.
Tras la crisis de las ideolog¨ªas universalistas (marxismo y liberalismo) se ha producido tambi¨¦n el hundimiento de la ¨²ltima fe: la de que todo el mundo se convertir¨ªa a la democracia capitalista
Esta idea del progreso se proyecta en Kant quien escribe en La paz perpetua: ¡°La raz¨®n moral condena la guerra y convierte la paz en un deber¡±. Para Kant el futuro no est¨¢ escrito y las mejoras ¡°podr¨¢n tener ¨¦xito o fracasar¡±, lo que no cabe es abandonar el proyecto. ¡°El progreso hacia lo mejor jam¨¢s retroceder¨¢ por completo¡±, pues ¡°una vez que la naturaleza ha desarrollado la semilla que cuida con extrema ternura, es decir, la inclinaci¨®n y vocaci¨®n al libre pensar¡±, siempre ¡°se encontrar¨¢n algunos hombres que piensen por s¨ª mismos¡± y ¡°tras haberse liberado del yugo de la minor¨ªa de edad, difundir¨¢n el esp¨ªritu de la estimaci¨®n racional del propio valor y de la vocaci¨®n de todo hombre a pensar por s¨ª mismo¡±. La novedad aqu¨ª es pensar a la vez en el progreso material y moral (la libertad). Y la v¨ªa ya no es la violencia jacobina sino el di¨¢logo y el pacto.
La idea de la mejora social aparece tambi¨¦n en la ficci¨®n. Las utop¨ªas, en general, proyectan un para¨ªso terrenal posible, pasado o futuro; las distop¨ªas, en cambio, tienden a describir un mundo en el que se perfila un agravamiento de las condiciones de vida (materiales y espirituales) del conjunto de la humanidad. En general, las utop¨ªas positivas acostumbran a hablar del futuro. La tendencia contraria es dibujar un para¨ªso perdido (G¨¦nesis) o un proceso de degradaci¨®n humana (Plat¨®n). Hoy predominan las distop¨ªas. Curiosamente, la pandemia ha recuperado la divisi¨®n entre los partidarios de un futuro mejor y los apocal¨ªpticos.
Ya en el plano del pensamiento, toda la posmodernidad (con la excepci¨®n del ¨²ltimo Gianni Vattimo) se desentiende del futuro mejor. De una forma diferente razona John Gray en Misa negra: ¡°La fe en la utop¨ªa ha muerto, puede resurgir, pero no es probable que lo haga en las pr¨®ximas d¨¦cadas¡±. Tras la crisis de las ideolog¨ªas universalistas (marxismo y liberalismo), que pensaban en t¨¦rminos de mejora para toda la humanidad, se ha producido tambi¨¦n, dice, el hundimiento de la ¨²ltima fe: la de que el mundo en general se convertir¨ªa en una democracia capitalista al modo de Estados Unidos. Idea que subyace en El fin de la historia, de Francis Fukuyama.
Desde la izquierda, Josep Fontana (El futuro es un pa¨ªs extra?o) tambi¨¦n ha reflexionado sobre las perspectivas de organizaci¨®n de una hipot¨¦tica mejora: ¡°No s¨¦ si el socialismo se replantea el futuro. Lo que falta es la capacidad de presentarse como alternativa a un sistema corrompido y depredador. Esta alternativa no puede ser ni una socialdemocracia que se ha acomodado y podrido ni el socialismo identificado al mundo sovi¨¦tico, que tambi¨¦n fall¨®. La prueba es que, cuando se hunde la Uni¨®n Sovi¨¦tica, detr¨¢s no deja nada¡±. Pero su conclusi¨®n no segu¨ªa por derroteros negativos. Retomando la propuesta gramsciana, del optimismo de la voluntad frente al pesimismo de la inteligencia, a?ad¨ªa: ¡°Hay que recuperar la idea de que cabe la esperanza¡±. Gray le dir¨ªa que eso no es posible, que el progreso existe, pero que la fe en el progreso es s¨®lo un mito, un relato destinado a dar sentido a las vidas de los hombres. Y, tal vez desde el pasado quepa recordar la canci¨®n de Mary Hopkin: ¡°Qu¨¦ tiempo tan feliz, que nunca olvidar¨¦; tuvimos fe y deseos de vencer¡±. Una versi¨®n actualizada del ¨¢ngel de la historia, dibujado por Klee y descrito por Walter Benjamin: ¡°Su rostro est¨¢ vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, ¨¦l ve una cat¨¢strofe ¨²nica que amontona ruina sobre ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Para¨ªso sopla un hurac¨¢n que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ¨¢ngel ya no puede cerrarlas. Este hurac¨¢n le empuja irresistiblemente hacia el futuro, al que da la espalda, mientras los escombros se elevan ante ¨¦l hasta el cielo. Ese hurac¨¢n es lo que nosotros llamamos progreso¡±.
Lecturas
La ciudad de Dios. San Agust¨ªn. Traducci¨®n de Jos¨¦ Mor¨¢n. Biblioteca de Autores Cristianos, 1958.
Misa negra. John Gray. Traducci¨®n de Albino Santos. Paidos, 2008.
Manifiesto comunista. Karl Marx. Pr¨®logo de Francisco Fern¨¢ndez-Buey. Editorial El Viejo Topo.
Tesis sobre la la historia. Walter Benjamin. Traducci¨®n de Bol¨ªvar Echeverr¨ªa. Editorial Itaca, 2008.
El fin de la historia. Francis Fukuyama. Traducci¨®n de P. El¨ªas. Editorial Planeta, 1992.
La paz perpetua. Immanuel Kant. Traducci¨®n de Joaqu¨ªn Abell¨¢n Garc¨ªa. Editorial Tecnos, 2013.
Diderot y el arte de pensar libremente. Andrew S. Curran. Traducci¨®n de Vicente Campos. Ariel, 2020.
El futuro es un pa¨ªs extra?o. Josep Fontana. Ediciones de Pasado y Presente, 2013.
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