Exposiciones colectivas de verano, mucho m¨¢s que un tr¨¢mite
Muchas de las galer¨ªas de Madrid tiran de la cl¨¢sica ¡°colectiva de verano¡± reinventando el formato de una exposici¨®n que cada vez gana m¨¢s inter¨¦s
Para una galer¨ªa de arte el verano es sin¨®nimo de inventario. Por mucho que puedan estar ordenados los almacenes siempre hay flecos sueltos que van acumul¨¢ndose en el curso del a?o. De ese trabajo, de hecho, han salido muchas de las exposiciones colectivas que suelen cerrar la temporada en julio. Un trabajo que este a?o surge, tambi¨¦n, a traspi¨¦s. Juana de Aizpuru empez¨® a revisar su stock en cuanto lleg¨® el confinamiento y, desde entonces, ofrece a sus clientes muchas de las obras que tiene en la rec¨¢mara con un descuento digno de las terceras rebajas. Toda estrategia es poca para no dejar que el pulso se apague. Lo saben las veteranas, las que han visto en las crisis el peor y el mejor momento para darle la vuelta al sistema del arte. Es la comidilla entre los galeristas que estos d¨ªas intentan buscar normalidad revisando piezas y artistas con los que llevan a?os trabajando, como si buscaran en su propia historia una especie de br¨²jala emocional. La que colg¨® Nieves Fern¨¢ndez a modo de foto hace unos d¨ªas en su Instagram emociona. Ah¨ª estaba su abuela, con su mismo nombre y su misma profesi¨®n: galerista a pleno pulm¨®n. Recordar de d¨®nde venimos siempre ha sido el mejor impulso para poder dar otro mayor hacia un futuro que se avecina m¨¢s que incierto.
La exposici¨®n Obra temprana / Early Works, en la galer¨ªa Elba Ben¨ªtez, va en esa l¨ªnea. Las primeras obras siempre causan una fascinaci¨®n especial, sobre todo vistas tras un desfase temporal que no hace m¨¢s que acumular cambios y constantes revisiones en los artistas. Una muestra llena de curiosidades, como volver a ver la obra Untitled (1986) de Cristina Iglesias, donde ya puede verse la combinaci¨®n entre fundamento y ligereza que tan protagonista ser¨¢ en su escultura a?os despu¨¦s. O Pictures of Holes (1997), de Vik Muniz, siempre escultor, aunque lo que tengamos enfrente sea una obra bidimensional llena de chocolate, desecho o juguetes, signos todos de la sociedad que est¨¢ por venir. El icono es, de hecho, el hilo conductor en la galer¨ªa Heinrich Ehrhardt, que acoge la exposici¨®n Cuando B se encuentra con C y D, una inteligente muestra llena de perspectivas invertidas con la n¨®mina de artistas habituales de la galer¨ªa. Aunque vean entre ellos diferencias abismales entre s¨ª, todo tiene una coherencia casi imposible de explicar, como las afinidades colectivas que nos definen sin saber por qu¨¦. Andr¨¦ Butzer, Julia Sp¨ªnola, Mauro Cerqueira o Thilo Heinzmann entre otros, tratan de recrear ese espacio org¨¢nico de lo com¨²n poniendo en escena un bonito baile entre apariencia y representaci¨®n: la quintaesencia del arte.
Tras la colectiva de la galer¨ªa Traves¨ªa Cuatro se colocan dos de las cabezas m¨¢s j¨®venes de su equipo, a modo de lanzadera profesional. Tiran de palabras clave que definen el arte contempor¨¢neo hoy: arqueolog¨ªa del presente, cr¨ªtica al Antropoceno y lenguaje molecular con un t¨ªtulo que remite a la realidad palpable como punta del iceberg de un mundo oculto que apenas conocemos: Rascando la superficie. Rascamos un poquito la superficie visual y encontramos un di¨¢logo del arte con la naturaleza muy en sinton¨ªa con el que Joan Jonas lanza desde las salas del Museo Thyssen. Diversidad cultural traducida en un sinf¨ªn de paisajes de un presente pensado como estrato f¨ªsico que acumula el tiempo del mismo modo en que una bater¨ªa almacena energ¨ªa. Mucha va a hacer falta de capear este complejo a?o desde el mundo del arte. A ello parece hacer referencia tambi¨¦n la colectiva titulada Scroll, en la galer¨ªa The Goma. Alude a una mezcla entre stroll (paseo en ingl¨¦s) y strolch (vagabundo en alem¨¢n), para hablar del movimiento como intensificaci¨®n de la vida ps¨ªquica y como ese ejercicio escapista de nuestras rutinas. La ausencia, el aislamiento, el tiempo extendido, la pantalla del ordenador como ventana a la realidad en mano de los artistas habituales de este espacio, de Pierre Descamps, a Enrique Radigales pasando por Cristina Garrido.
Algo m¨¢s sofisticada es la exposici¨®n que presenta la galer¨ªa NoguerasBlanchard: One strike, everything is scattered. Hans- Peter Feldmann, Marine Hugonnier, Perejaume, Valeska Soares y Antoni T¨¤pies piensan sobre pintura en su vertiente m¨¢s tradicional alejados del tradicional cubo blanco y en una puesta en escena que nos acerca a la idea de Sal¨®n de Par¨ªs que naci¨® en 1673 con la primera exposici¨®n de arte semip¨²blica organizada por la Real academia de pintura y escultura, y que tuvo lugar en el Sal¨®n Carr¨¦ del Louvre. La recreaci¨®n de ese esp¨ªritu y el gi?o a los cuadrados de Lissitsky en el t¨ªtulo abren la obra de estos artistas tan diferentes entre s¨ª a un sinf¨ªn de cosmolog¨ªas comunes.
Otra vuelta al alcance de la visi¨®n le da Sabrina Amrani en la colectiva que tiene actualmente en su galer¨ªas. Ver versus ver reflexiona sobre lo que hay m¨¢s all¨¢ de lo visible, con obra de muchos artistas con los que habitualmente trabaja. Amrani es una de las galer¨ªas que se ha pasado a la visita virtual en 3D, con la se puede recorrer su fant¨¢stico espacio viendo la exposici¨®n desde cualquier lugar. Un h¨¢ndicap positivo a una galer¨ªa que siempre ha tenido una clara visi¨®n de por d¨®nde va el futuro del arte y que no ha dudado en arriesgar al abrir un espacio en un barrio tan poco transitado por el contexto art¨ªstico de Madrid como Carabanchel. Aunque si alguien se ha lanzado a inventariar lo que puede dar de s¨ª una colectiva es el t¨¢ndem MaisterraValbuena. Lo hacen a modo de exposici¨®n en cadena con un ciclo de 28 exposiciones cortas que se extienden hasta febrero. El primer Encuentro (as¨ª titulan el ciclo) es entre dos pintoras a reivindicar: Amalia Avia y Sarah Grilo. Idea excepcional para un momento excepcional.
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