La audacia con la prudencia
Un par de d¨ªas en el Festival de Almagro bastan para convencerse de que el teatro es un lugar seguro
La extensa pero ordenada cola en forma de u ante el estreno de C¨¦falo y Pocris en la Universidad Renacentista de Almagro es indicador inequ¨ªvoco de que la pandemia no ha herido la afici¨®n al teatro y de que el p¨²blico en su mayor¨ªa sabe estar. Un par de d¨ªas en el festival especializado en el Siglo de Oro de referencia internacional bastan para convencerse de que el teatro es un lugar seguro, pues permite mantener en todo momento distancias f¨ªsicas entre espectadores mayores que las que mantienen los extra?os en un tren, un bus o un avi¨®n, y en una sala di¨¢fana, con muchos metros hasta la altura del telar.
La 43 edici¨®n se abri¨® con la entrega del Premio Corral de Comedias a Ana Bel¨¦n, que tras mirarlo extra?ada (¡°es una viga del corral¡±, le aclar¨® Ignacio Garc¨ªa, director del Festival), se lo dedic¨® a los sanitarios espa?oles: nada mejor que una viga para apuntalar la sanidad p¨²blica. La premiada le dio un abrazo a Vicente Molina Foix, encargado de glosar su figura, y otro al director del festival: mientras haya un ser humano, habr¨¢ expresi¨®n del afecto. La actriz acredit¨® su m¨¦rito cantando unos versos de El rufi¨¢n Castrucho, que represent¨® en Almagro en los a?os setenta bajo la direcci¨®n de Miguel Narros, y recitando con maestr¨ªa otros de El s¨ª de las ni?as y de La hija del aire.
Al finalizar la entrega, a la que asisti¨® Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte, entre otras autoridades (incluido Jes¨²s Santacruz, alcalde accidental de Almagro, pues el alcalde electo est¨¢ afectado por la covid-19), los asistentes a la ceremonia desalojamos el Palacio de los Oviedo improvisadamente. No se aplic¨® el protocolo met¨®dico que un d¨ªa despu¨¦s se seguir¨ªa en el mismo recinto y con el mismo aforo, tras la representaci¨®n de El gal¨¢n fantasma, id¨¦ntico al que se sigue a diario rigurosamente en todos los espacios esc¨¦nicos del festival, consistente en una salida ordenada fila por fila.
El programa de espect¨¢culos se abri¨® con el estreno de En otro reino extra?o, espect¨¢culo coral donde la Joven Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico habla del amor a partir de versos de Lope y de reflexiones que sus int¨¦rpretes compartieron por zoom durante la pandemia. Todos ellos se mueven en escena sin tocarse, como piezas de ajedrez en un tablero, con intenci¨®n, al parecer, de que su proceder sirva de modelo. La escena entre dos amantes que se dicen su amor mirando a p¨²blico cada uno en un extremo del escenario, separados por un abismo, es calco de las que el teatro alem¨¢n ofrece a su p¨²blico desde tiempos de Brecht: los germanos son maestros del distanciamiento. Extra?a ver a los j¨®venes de la CNTC hablar de pasiones sin rozarse, pero tir¨¢ndose por el suelo que pisan.
Luis Sorolla, autor de la dramaturgia de En otro reino extra?o, y David Boceta, su director, aciertan al seleccionar fragmentos apasionados de Castelvines y Monteses (el Romeo y Julieta de Lope), La prueba de los ingenios y La boda de dos maridos, obras estas do ¨²ltimas donde un F¨¦nix fun¨¢mbulo pone sobre el alambre el tema de la homosexualidad subrepticiamente, como si estuviera hablando de otra cosa, para sobrevolar la censura.
Del amor mitol¨®gico entre C¨¦falo y Pocris, Calder¨®n hizo una parodia grotesca que Juan Dolores Caballero y su compa?¨ªa Teatro del Velador subrayan con trazo tirando a grueso. A alguno de sus int¨¦rpretes se le escuchaba con dificultad. En el elenco sobresali¨® Bel¨¦n Lario, int¨¦rprete de Pocris, por su dicci¨®n expresiva, la proyecci¨®n de su voz y la definici¨®n meridiana de su personaje. De la variedad infinita de la paleta de Calder¨®n da fe tambi¨¦n El gal¨¢n fantasma, comedia mayor de la que el director canario Rafael Rodr¨ªguez hace un relato limpio, claro, bien servido por un elenco resolutivo y ferviente.
La instalaci¨®n El sue?o. De la idea al proyecto, sobre el viaje de Magallanes, parece inspirada en su cara A en las cajas de Joseph Cornell, y la B en el Napole¨®n de Abel Gance, pel¨ªcula proyectada a tres pantallas. Jugosa y variada es la exposici¨®n Una fiesta de los sentidos. Autos sacramentales calderonianos. La pieza de Juan G¨®mez Cornejo Lighting for Pandur, reci¨¦n incorporada al Museo Nacional del Teatro, es un caleidoscopio al que cabe acercarse y asomarse como a un abismo.
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