A favor y en contra de la posmodernidad
Nuevos libros y reediciones relatan las batallas culturales sobre los defectos de las sociedades liberales y la posibilidad de fomentar la igualdad
¡°Sucedi¨® con la gran moda posmoderna, que se adopt¨® en sus formas externas por la cultura de este pa¨ªs sin haberse consumado y saturado su ingreso en la modernidad¡±. La afirmaci¨®n, que marca m¨¢s distancia contra determinadas interpretaciones del posmodernismo que contra los pensadores posmodernos mismos, es de Eugenio Tr¨ªas y figura en el volumen de conversaciones que mantuvieron con ¨¦l Jorge Alem¨¢n, psicoanalista, y el periodista Sergio Larriera. Las charlas se centran en la relaci¨®n del fil¨®sofo barcelon¨¦s con el psicoan¨¢lisis. Pero la obra recorre las motivaciones filos¨®ficas de Tr¨ªas, al hilo tanto de sus textos te¨®ricos como de su biograf¨ªa, plasmada en El ¨¢rbol de la vida, libro que recoge su trayectoria vital e intelectual hasta los 33 a?os. Coincide la publicaci¨®n de estos textos hasta ahora in¨¦ditos con la reedici¨®n en castellano y en catal¨¢n de La Catalu?a Ciudad, un librito publicado en 1984 y que hoy admite una lectura m¨¢s que actual, como anota en el pr¨®logo su hermano, Miguel Tr¨ªas.
Los fil¨®sofos, desde siempre, se han interesado por el mundo natural y por la posibilidad de conocerlo, pero nunca han olvidado la filosof¨ªa ¡°pr¨¢ctica¡±: la ¨¦tica y la pol¨ªtica. O, para decirlo con expresi¨®n de Richard Rorty, evocando a Hegel, ¡°la filosof¨ªa consiste en captar la propia ¨¦poca con el pensamiento¡±. Despu¨¦s de todo, ¡°la cuesti¨®n no es lograr que los humanos vivan de acuerdo con la naturaleza sino que convivan con otros con nociones distintas¡±, a?ade Rorty. La filosof¨ªa ser¨ªa, pues, un pensamiento forjado a partir de la reflexi¨®n hecha desde una recomendaci¨®n casi marxista: pensar a partir de la propia pr¨¢ctica.
Tr¨ªas no era marxista, aunque m¨¢s de una vez expres¨® su indignaci¨®n contra quienes, creyendo nadar a favor de la corriente, ¡°trataban a Marx como perro muerto¡±, expresi¨®n que es par¨¢frasis de la que el propio Marx hab¨ªa utilizado para defender a Hegel. Tampoco fue marxista Richard Rorty, m¨¢s bien todo lo contrario (si algunos adjetivos pueden tener un contrario claro), de quien acaban de llegar a las librer¨ªas dos vol¨²menes: una reedici¨®n (Filosof¨ªa y futuro) y una novedad en forma de entrevista: Contra los jefes, contra las oligarqu¨ªas. Una serie de conversaciones mantenidas con Derek Nystrom y Kent Puckett en las que se habla tanto de filosof¨ªa, su situaci¨®n y tendencias, como de pol¨ªtica. El primero de los t¨ªtulos citados incluye tambi¨¦n una entrevista, hecha en 1968 cuando Rorty acept¨® una plaza en Stanford, firmada por Wolfgang Ullrich y Helmut Mayer, as¨ª como un texto titulado Orqu¨ªdeas silvestres y Trotski, marcadamente autobiogr¨¢fico.
Reflexiona Rorty sobre las ¡°batallas culturales¡± que se libran en Estados Unidos entre los ¡°posmodernos¡± que ¡°opinan que la moderna sociedad liberal est¨¢ plagada de defectos irreparables¡± y quienes, como ¨¦l mismo, cre¨ªan que cabe la posibilidad de ¡°fomentar la igualdad de derechos y la disminuci¨®n del sufrimiento¡±, porque ¡°en una sociedad plenamente democr¨¢tica no habr¨ªa sufrimiento innecesario¡±. Los posmodernos, defend¨ªa con rotundidad, ¡°est¨¢n filos¨®ficamente en lo justo, pero pol¨ªticamente son rid¨ªculos¡±.
Para Rorty, ¡°las reflexiones filos¨®ficas sobre cuestiones de moral no han contribuido mucho a la eliminaci¨®n de la la esclavitud ¡° y en cambio s¨ª lo han hecho ¡°algunas historias sobre la vida de los esclavos¡± de ah¨ª que atribuya mayor incidencia social a la literatura y al periodismo que a muchos discursos filos¨®ficos: ¡°Los ingenieros y cient¨ªficos contribuyen a mejorar nuestra vida material; los poetas y novelistas fomentan que nos volvamos m¨¢s amables y tolerantes (...) ampl¨ªan nuestro lenguaje¡±. Este inter¨¦s por la ficci¨®n se debe a que los relatos pueden hacer visibles esas injusticias que pueblan el presente y que habr¨ªa que contribuir a eliminar. En vez de eso, muchos intelectuales acad¨¦micos (¡°una izquierda foucaultiana¡±, cr¨ªtica pero carente de propuestas), parece m¨¢s interesada en controlar los departamentos de las facultades que en llegar al gobierno.
Rorty marca distancias respecto al marxismo y respecto a Foucault, pero tambi¨¦n, y con no poca sa?a, frente a la filosof¨ªa anal¨ªtica: ¡°Que en los pa¨ªses anglosajones la filosof¨ªa sea casi exclusivamente anal¨ªtica ha causado mucho da?o¡±, sostiene. Y asegura que los anal¨ªticos se comportaban en la selecci¨®n del profesorado universitario ¡°de forma autoritaria, como matones¡±.
Que Tr¨ªas y Rorty gustaran del di¨¢logo como forma de expresi¨®n se debe a motivos muy diferentes. Al primero le llega desde Plat¨®n. Rorty, en cambio, defiende la conversaci¨®n frente a lo que tilda de presunto rigor cientificista: ¡°Espero que transcurrido otro siglo m¨¢s, la distinci¨®n entre filosof¨ªa anal¨ªtica y no anal¨ªtica carezca de importancia para los historiadores del pensamiento (¡) y se abandone el modelo cientificista (¡) por un modelo conversacional¡±.
Si Tr¨ªas insiste en su conversaci¨®n con Alem¨¢n y Larriera en la influencia de algunas im¨¢genes de su infancia en la elaboraci¨®n de su pensamiento, Rorty hace lo propio y narra el ambiente liberal (en el sentido que se da en Estados Unidos al t¨¦rmino) vivido en casa durante su ni?ez y c¨®mo aquellos valores radicales siguieron vigentes a lo largo de su vida y en su obra. Valores que le convencieron de que la tolerancia es la principal virtud social y la flexibilidad, la principal virtud privada. Tambi¨¦n de que ¡°lo importante de un gobierno representativo es que da a los pobres y d¨¦biles el poder de oposici¨®n que pueden emplear contra los ricos y poderosos¡±. El papel de la ¡°instituciones democr¨¢ticas: prensa, universidad, justicia¡ que pueden detectar las formas a¨²n desapercibidas de crueldad y sufrimiento¡±. La Universidad debe, adem¨¢s, ¡°formar conciencias de las nuevas generaciones¡±, para lograr enfrentarse operativamente a ¡°los fundamentalistas y los demagogos sin escr¨²pulos que cada cierto tiempo logran salir de sus jaulas y conducir a las masas al frenes¨ª¡±.
Cerca de Rorty, pero cada vez menos, se halla un autor como Vattimo, quien, como dice Ramoneda en el pr¨®logo a su ¨²ltimo libro, Alrededores del ser, revisa su propia trayectoria. Al hablar de Rorty asegura: ¡°No s¨®lo un gran pensador estadounidense, sino un muy querido amigo¡± para emplear luego una sentencia suya: ¡°Cuida de la libertad y la verdad cuidar¨¢ de s¨ª misma¡±. A partir de ah¨ª empiezan las diferencias. Y es que los asuntos que m¨¢s interesan a Vattimo en el conjunto de textos que se incluyen en el volumen no son s¨®lo los hermen¨¦uticos, aunque la hermen¨¦utica est¨¦ en la base de su discurso, sino la pol¨ªtica. Su pretensi¨®n es mostrar una hipot¨¦tica continuidad entre la filosof¨ªa de ra¨ªz heideggeriana y la ¡°lucha de los pueblos contra el capitalismo internacional¡±. Para ello resulta vital, sostiene, una ¡°filosof¨ªa de la transformaci¨®n social basada en la afirmaci¨®n de la identidad cultural como arma en la lucha contra el orden capitalista e imperialista¡±. Occidente vive, sostiene Vattimo, ¨¦pocas de desconcierto para quienes pretenden una transformaci¨®n social. Esos proyectos, si existen, deber¨ªan mirar mejor hacia Am¨¦rica latina. Las transformaciones siempre ¡°se han producido gracias a individualidades c¨®smico-hist¨®ricas: Lenin, Mao, Castro, Ch¨¢vez, Lula¡±, personajes que juegan un papel hist¨®rico central porque ¡°incluso en el caso de una victoria electoral, la figura de un l¨ªder carism¨¢tico resulta decisiva¡± como si fuera el caso que ¡°el nihilismo exige un ?bermensch¡±, expresi¨®n nietzscheana que se ha venido traduciendo por ¡°superhombre¡±.
Frente a pensadores como Vattimo y otros se alza la obra de Francisco Erice (En defensa de la raz¨®n). Y es que a la posmodernidad no s¨®lo se llega a trav¨¦s del cari?o (hermen¨¦utico) tambi¨¦n se puede uno aproximar a ella desde la cr¨ªtica. En este caso, feroz. Se trata de un libro honesto, seguramente destinado a recibir muchos palos o, peor a¨²n, a ser ignorado. Francisco Erice escribe desde la tradici¨®n marxista, asumiendo como primera imposici¨®n la reflexi¨®n sobre la propia pr¨¢ctica. La obra revisa las tendencias en la historiograf¨ªa actual y los conceptos y pr¨¢cticas que subyacen a las diversas corrientes, centr¨¢ndose primero en lo que ¨¦l llama ¡°posmodernismo¡±, que abarca mucho m¨¢s que a los autores que se reconocen como posmodernos. Empieza por sus or¨ªgenes: Nietzsche y Heidegger. Posiblemente el cap¨ªtulo m¨¢s flojo. Las citas que de ellos se hacen son, en general, por autor interpuesto y, adem¨¢s, cr¨ªtico respecto a ambos. No ocurre as¨ª con el resto de fil¨®sofos e historiadores, aunque la tendencia a apoyarse en visiones cr¨ªticas se mantiene en todo el volumen. Quiz¨¢s esa tendencia se justifique en el convencimiento expresado desde el inicio de que los posmodernos escriben de forma densa y confusa, tal vez porque buscan ocultar que tienen poco que ofrecer.
Analiza Erice a Foucault pero tambi¨¦n a algunos de los inspiradores de lo que se ha dado en llamar ¡°populismo de izquierdas¡± como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe o Toni Negri, sin dejar de ajustar cuentas con Ricoeur, Vattimo y Derrida. El libro tiene como uno de sus objetivos ¡±poner en cuesti¨®n la v¨ªa muerta y contradictoria a la que algunas teor¨ªas posmodernas pueden arrastrar¡± a los movimientos sociales basados en la historia.
El trabajo del autor ha sido ¨ªmprobo: ha rastreados sus filias, y tambi¨¦n sus fobias, tanto en pensadores como en corrientes del pensamiento actual, con tes¨®n y constancia, de ah¨ª que el volumen sea, al cabo, un buen estado de la cuesti¨®n sobre la vigencia del marxismo y las cr¨ªticas a ese pensamiento. Incluso se dir¨ªa que Erice ha acabado por encari?arse con algunos de los posmodernos y, tras las cr¨ªticas, es capaz de valorar sus trabajos, especialmente cuando se?alan lo que ¨¦l llama los ¡°puntos ciegos del marxismo¡±.
Aquellos que creen que en Espa?a se evita, casi por norma, la pol¨¦mica cultural, tienen aqu¨ª una prueba de lo contrario. Ahora s¨®lo falta que la otra parte se reconozca y recoja el guante.
Lista de novedades
Contra los jefes, contra las oligarqu¨ªas. Conversaciones con Derek NYstrom y Kent Puckett. Traducci¨®n de Antonio L?pez. P¨¢gina Ind¨®mita. Barcelona, 2020. 152 p¨¢ginas. 17 euros.
Filosof¨ªa y futuro. Richard Rorty. Traducci¨®n de Javier Calvo y ?ngela Ackermann. Gedisa. Barcelona 2020. 188 p¨¢ginas. 21,90 euros.
La Catalu?a ciudad. Eugenio Tr¨ªas. Pr¨®logo de Miguel Tr¨ªas. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2020. 136 p¨¢ginas. 15,90 euros.
Raz¨®n fronteriza y sujeto del inconsciente. Conversaciones con Eugenio Tr¨ªas. Jorge Alem¨¢n y Sergio Larriera. Ned ediciones. Barcelona, 2020. 1888 p¨¢ginas. 14,90 euros.
En defensa de la raz¨®n. Contribuci¨®n a la cr¨ªtica del posmodernismo. Francisco Erice. Editorial Siglo XXI. Madrid. 2020. 584 p¨¢ginas. xxx euros.
Alrededores del ser. Gianni Vattimo. Pr¨®logo de Josep Ramoneda. Traducci¨®n de Teresa O?ate. Galaxia Gutenberg. Barcelona 2020. 344 p¨¢ginas. 23,50 euros.
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