La hermosa integraci¨®n

Guapo, listo, joven, abogado, triunfador, elegante, segur¨ªsimo de s¨ª mismo, engre¨ªdo, y polaco. Esto ¨²ltimo, cuando se vive en Alemania, cuando se quiere dominar laboral y socialmente en Berl¨ªn, a¨²n parece pesar. Es el estigma del emigrante, de cara a algunos c¨ªrculos del exterior y sobre todo en su propio interior. La directora polaca Urszula Antoniak ha compuesto en M¨¢s all¨¢ de las palabras un conflicto de evidente inter¨¦s: el repudio de los or¨ªgenes de un ser humano perfectamente integrado en su nuevo para¨ªso, incapaz de desequilibrarse ante nada, que sin embargo se tambalea en un doble sentido, cuando debe defender a un inmigrante africano y eso le hace colocarse en un lugar que podr¨ªa ser el suyo, pero del que intenta escapar, y cuando su padre ¡ªpolaco, claro¡ª, al que apenas conoce, hace acto de aparici¨®n en su reducto de brillantez para enturbiar sus relaciones y desazones personales.

Armada a partir de una sensacional fotograf¨ªa en blanco y negro, M¨¢s all¨¢ de las palabras, cr¨ªptica, experimental y escueta, de narrativa compleja y profunda carga simb¨®lica, atrapa en el primer trecho por su imagen impoluta, y por el recuerdo de lo que fueron las formas de una parte del Nuevo Cine Alem¨¢n y de la mayor¨ªa de los Nuevos Cines del Este de los a?os sesenta, tan aplicadamente pol¨ªtico. El de obras de artistas de diferentes pa¨ªses ¡ªel Volker Schl?ndorff de El joven T?rless; el Jerzy Skolimowski de La barrera; la Kira Mur¨¢tova de Breves encuentros¡ª, pero de disposici¨®n sociopol¨ªtica semejante.

Sin embargo, en el n¨²cleo central, la pel¨ªcula amenaza con ser tan altanera como su protagonista: bell¨ªsima en su imagen exterior, pero con tendencia a lo insoportable cuando se empieza a escuchar lo que dice por culpa de su pretenciosidad. Antoniak, que suele trabajar con producci¨®n de Pa¨ªses Bajos desde su debut, el muy interesante y enigm¨¢tico Nada personal (2009), tambi¨¦n con protagonismo antip¨¢tico, tiene tantas ¨ªnfulas de autor¨ªa que a veces se pierde en su propio castillo. Eso s¨ª, tras explicitar finalmente el conflicto, en el ¨²ltimo acto vuelve la sugesti¨®n: la de una obra no apta para buscadores de relato y s¨ª para exploradores de estilo.