Hegel

Un d¨ªa de primavera de 1980 mi profesor de filosof¨ªa del bachillerato escribi¨® en la pizarra este c¨¦lebre razonamiento del fil¨®sofo alem¨¢n G. W. F. Hegel: ¡°Todo lo real es racional, y todo lo racional es real¡±. Y me enamor¨¦ de esa frase, hasta convertirla en mi amada. Y en mi lema. Hegel me ense?¨® que la vida inteligente es hija primog¨¦nita de la historia. No somos solamente seres vivos, pues seres vivos son las ardillas y las moscas, nosotros en realidad somos seres hist¨®ricos.

Por eso desde Hegel se puede conjeturar la imposibilidad de inteligencia extraterrestre. Porque para nosotros la inteligencia es un producto de la historia, no de la vida biol¨®gica. Ay, Hegel, si hubiera tenido un bar de copas, Hegel lo hubiera llamado; si una banda de rock, Hegel tambi¨¦n. Con este hegelianismo serie B que llevo en la cabeza me he le¨ªdo de un tir¨®n el libro de Jacques D¡¯Hondt que acaba de editarse hace escasos d¨ªas en Espa?a, titulado Hegel. El ¨²ltimo fil¨®sofo que explic¨® la totalidad.

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Cu¨¢ntas veces habr¨¦ gritado en esta vida: ¡°Hegel, aux¨ªliame¡±. Podr¨ªan llevar al cine la vida de Hegel, veo a Bill Murray haciendo del autor de La fenomenolog¨ªa del esp¨ªritu. El libro de D¡¯Hondt insiste en que Hegel fue el ¨²ltimo hombre que se enfrent¨® a la inmortalidad del alma. Hay un w¨¦stern all¨ª, el ¨²ltimo hombre que desenfund¨® contra todo, contra la sociedad, contra la religi¨®n, contra la historia, contra la totalidad.

Hegel muri¨® de c¨®lera a la edad de 61 a?os, no entr¨® pues, como Philip Roth, en la vejez profunda. Leo a Hegel y leo sobre Hegel mientras escucho My Baby Just Cares for Me en la voz de Nina Simone. Y mientras oigo la voz de esa maravillosa mujer pienso en si un hombre tan inteligente como Hegel lleg¨® a creer en Dios de verdad.

?Cu¨¢nto medir¨ªa Hegel? No lo sabemos. ?Vio cosas que nosotros no vemos? ?No est¨¢ emparentada la dial¨¦ctica hegeliana con la f¨ªsica cu¨¢ntica? Nada que no sea apresado por nuestra inteligencia puede ser real, eso nos dijo. Y all¨ª seguimos. En el d¨ªa de la marmota interminable. Si Marx y Hegel vieran nuestro mundo y contemplasen que la historia no tiene la elevada finalidad que ellos imaginaron tendr¨ªan que reformular todo su pensamiento.

Hay una gran belleza en el error. Todos nos equivocamos. Resulta que la vida es m¨¢s sorprendente de lo que hab¨ªamos pensado, imaginado, so?ado. Los grandes ojos azules de Hegel, el hombre de los tres nombres de pila, nos miran todos los d¨ªas. A ver qu¨¦ hacemos con el esp¨ªritu de la historia. Hegel y Nina Simone, qu¨¦ gran pareja en este momento de mi vida. Un flechazo de amor real, racional e internacional.