Suketu Mehta: ¡°Los trumpistas temen que EE UU deje de ser un pa¨ªs blanco en 2044¡±
El escritor indoamericano publica una apasionada defensa de la emigraci¨®n que le ha costado amenazas de muerte
El escritor Suketu Mehta (Calcuta, 58 a?os) conjuga la destreza al narrar del reportero que patea los sitios y la reflexi¨®n te¨®rica de quien lleva a?os metabolizando la materia de estudio. Durante una charla sobre su ¨²ltimo libro, Esta tierra es nuestra tierra. Manifiesto del inmigrante (Random House), desgrana perlas sobre la noci¨®n de identidad (¡°vamos asumi¨¦ndola por capas¡±), el fen¨®meno global del mundo en movimiento (¡°la migraci¨®n ya no es algo lineal; cada vez es m¨¢s circular¡±) y una ciudad, Nueva York, en cuya universidad da clases de Periodismo, y ¡°que ofrece lo m¨¢s interesante fuera de Manhattan¡±.
Anatema para los habitantes de la Gran Manzana, pero una verdad absoluta para quien lleg¨® de cr¨ªo a un barrio, Queens, ¡°que entonces era blanco y donde ahora puedes hablar s¨®lo bengal¨ª o urdu y comer arepas y tamales¡±. Las capas de las que habla este escritor mestizo, que va y viene y que, en un ejercicio de divulgaci¨®n y valent¨ªa que le cost¨® amenazas de muerte, ha puesto los puntos sobre las ¨ªes sobre un fen¨®meno demonizado y usado como arma pol¨ªtica por Donald Trump.
Autor de un libro colosal sobre Bombay (Ciudad total: Bombay perdida y encontrada, Literatura Random House), cuya adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, con guion suyo, est¨¢ en fase de preproducci¨®n, Mehta defiende el derecho a emigrar, ¡°al igual que las aves y los animales, el mundo es m¨¢s rico por ello¡±, con un mensaje militante, ¡°pero no apolog¨¦tico¡±. ¡°Yo mismo soy un migrante, mil millones de personas en el mundo lo son. Hemos migrado toda la historia de la humanidad. Mira d¨®nde estamos, en una ciudad donde dos de cada tres personas tienen ese origen. Hasta la llegada de Trump al poder se conced¨ªan un mill¨®n de green cards [permisos permanentes de residencia] al a?o. Pero Trump empez¨® a decir que perjudicaban a la econom¨ªa, y no hay ninguna prueba de eso. Hoy hay una resistencia global a la migraci¨®n, pero el debate se formula desde los pa¨ªses ricos: qu¨¦ emigrantes les convienen; cu¨¢ntos cualificados, cu¨¢ntos no. Pero¡ ?saben lo que nos conviene a nosotros? Para empezar el debate hay que preguntarse por qu¨¦ emigra la gente¡±.
Antes de escribir el libro, publiqu¨¦ un art¨ªculo sobre el tema en ¡®Foreign Policy¡¯. Y empec¨¦ a recibir todo tipo de correos de odio y amenazas de muerte: la gente escrib¨ªa en Twitter cosas horriblesSuketu Mehta
Mehta ha viajado por todo el mundo para hallar la respuesta. T¨¢nger, Tarifa, la frontera entre Hungr¨ªa y Serbia; la que separa India de Pakist¨¢n o, c¨®mo no, la valla entre Estados Unidos y M¨¦xico, donde presenci¨® la separaci¨®n f¨ªsica de familias contenidas por un muro f¨ªsico que es tambi¨¦n una barrera mental. ¡°?Qu¨¦ les empuja a dejar a sus familias y cruzar el Mediterr¨¢neo en un barco diminuto, con sus ni?os?¡±, plantea Mehta, que recuerda a la familia guineana que conoci¨® en T¨¢nger, dispuesta a sedar a su beb¨¦ para que no se agitara durante la traves¨ªa del Estrecho. ¡°Tengo hijos, y esa historia me conmovi¨®, porque los padres solo queremos una vida mejor para ellos, y eso no debe criminalizarse. Yo tambi¨¦n lo habr¨ªa hecho de haber nacido en Guinea¡±.
Explicar lo que vio en las fronteras no le sali¨® gratis. ¡°Antes de escribir el libro, publiqu¨¦ un art¨ªculo sobre el tema en Foreign Policy. Y empec¨¦ a recibir todo tipo de correos de odio y amenazas de muerte: la gente escrib¨ªa en Twitter cosas horribles¡±. El asedio lleg¨® al extremo de que unos desconocidos se presentaran un d¨ªa en el edificio del campus de la universidad donde se aloja cuando est¨¢ en Nueva York. ¡°Nunca me he enfrentado a algo as¨ª. Ann Coulter, una articulista de derechas, me atac¨® con sa?a en las redes¡±, pregunt¨¢ndose, perpleja, si Mehta pod¨ªa ser profesor siendo indio.
El autor denuncia la hipocres¨ªa de las naciones a la hora de rechazar a los extranjeros. ¡°Los pa¨ªses ricos quieren que lleguen legalmente, pero ?cu¨¢ndo Francia o Inglaterra pidieron permiso para ir a ?frica o la India? El 40% de las fronteras nacionales en el mundo las han trazado estos dos pa¨ªses. ?C¨®mo dejaron el pa¨ªs al irse? Estamos aqu¨ª porque ellos estuvieron all¨ª; somos acreedores. La gente ha emigrado y emigra por el colonialismo, el colonialismo corporativo [de las grandes multinacionales], las guerras y el cambio clim¨¢tico. Lo que est¨¢n diciendo es: estoy aqu¨ª porque t¨² estuviste all¨ª. La migraci¨®n como reparaci¨®n¡±.
?Y por qu¨¦ llamamos inmigrantes a los que huyen de la miseria pero expatriados a los blancos que se van a trabajar a otros pa¨ªses? ¡°Al migrar, la etimolog¨ªa es el destino. Tu clasificaci¨®n cuando cruzas la frontera, tu nacionalidad define tu humanidad. As¨ª que los estadounidenses que van a Par¨ªs, son expatriados y todo es glamuroso. Pero si un africano viene a Europa, inmigrante o solicitante de asilo, hay que devolverlo. No tiene sentido¡±. Mehta cita su experiencia durante una temporada como docente en Abu Dabi: ¡°Con mi pasaporte estadounidense pod¨ªa entrar en todas partes, tuve un trato especial. Qu¨¦ distinto habr¨ªa sido con mi pasaporte indio, se me habr¨ªan aplicado reglas completamente diferentes¡±.
El dominio del colonialismo pervive bajo la forma del colonialismo corporativo, explica Mehta, que considera ?frica el caso protot¨ªpico de explotaci¨®n de recursos y creaci¨®n de ¨¦lites a imagen acomodaticia del colono, ¡°pa¨ªses robados ciegamente por las corporaciones occidentales, y cuyos beneficios se escapan a para¨ªsos fiscales cada a?o, unos 150.000 millones de d¨®lares que deber¨ªan quedarse en ?frica¡±.
El autor indoamericano se considera un simple narrador: ¡°Me atraen las historias, y me esfuerzo por contarlas con atenci¨®n a los detalles, la atm¨®sfera y los personajes¡±. Un buen representante de ese periodismo narrativo, literario en su justa medida ¡ªla que no empa?a la historia¡ª, que tanta tradici¨®n tiene al otro lado del Atl¨¢ntico. Y por ser un gran narrador, sabe desenmascarar a los impostores. ¡°Hoy presenciamos una gran batalla narrativa global. Populistas como Trump y Putin son narradores dotados. Pero cuentan historias falsas, aunque entretenidas. La ¨²nica manera de combatirlos es contar la verdad y hacerlo mejor que ellos. Por eso a los periodistas nos atacan en todas partes¡±.
Trump, y los suyos, lo que temen es que sus hijos no puedan competir con los m¨¦dicos indios, porque no les han preparado para el siglo XXISuketu Mehta
Como antiguo vecino de Queens, el barrio de Nueva York donde naci¨® Trump, puede definir el miedo cerval del republicano: el temor del hombre blanco en un mar de teces y de lenguas; tambi¨¦n la crisis de masculinidad, de competencia. ¡°Crec¨ª en Queens, fui a una escuela cat¨®lica muy racista. Mis compa?eros eran bravucones blancos que se met¨ªan conmigo por ser indio. Hoy es un lugar multicultural profundamente amenazante para Trump. EE UU dejar¨¢ de ser un pa¨ªs blanco en 2044. Y Trump, y los suyos, lo que temen es que sus hijos no puedan competir con los m¨¦dicos indios, porque no les han preparado para el siglo XXI. Pero no les cuentan eso, sino que los inmigrantes, unos seres perezosos y criminales, vienen a quitarles el trabajo o a violar a sus mujeres. Los or¨ªgenes de la ola de populismo que recorre el mundo se remontan a la crisis financiera de 2008, y a los pol¨ªticos que azuzaron a la clase blanca obrera no contra las ¨¦lites responsables de la crisis, sino contra los inmigrantes¡±. Qu¨¦ iluso pensar, adem¨¢s, que en el lapso hasta 2044 vaya a corregirse la tendencia, ¡°porque en muchas partes de Nueva York el ingl¨¦s ha sido sustituido ya por el espa?ol, el nepal¨ª o el urdu¡±.
Cin¨¦filo empedernido, guionista de cuatro pel¨ªculas, para Mehta el ideal de la creaci¨®n ser¨ªa remedar literariamente lo que hizo V¨ªctor Erice en El sol del membrillo: ¡°Contar c¨®mo crece el ¨¢rbol en el patio de mi casa mientras la luz se desvanece¡±. Pregunta detalles sobre el paradero de Erice, uno de sus cineastas favoritos, y demuestra un buen conocimiento del cine espa?ol.
Y a?ade: ¡°Espero poder vivir en Espa?a alg¨²n d¨ªa. Tengo una habitaci¨®n en Bombay, otra en Londres, dos m¨¢s en Par¨ªs y Sao Paulo, m¨¢s la de Nueva York. No soy rico, pero tengo familia y amigos en esos pa¨ªses, donde he vivido temporadas. Estoy orgulloso de ello. Porque la identidad no es algo fijo e inmutable. A medida que viajamos, acumulamos m¨¢s identidades y eso nos enriquece, no nos menoscaba. Cuando me traslad¨¦ de la India a Estados Unidos, me hice m¨¢s estadounidense, pero no me volv¨ª menos indio¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.